Fuera de eso, hay muchos cabos sueltos entrando al penúltimo fin de semana del calendario regular de la campaña del 2018 en el béisbol mayor de Estados Unidos.
En uno de sus torneos menos competido de la historia, la Liga Americana ya tiene dos monarcas divisionales y otros tres potenciales invitados a los playoffs que arrancarán en la primera semana de octubre. Boston (104-49) y Cleveland (85-67) ganaron las divisiones Este y Central, respectivamente, por tercer año consecutivo, y Boston virtualmente garantizó terminar con el mejor récord de MLB y la ventaja de la casa para todas las series que disputen.
En el Oeste, los campeones Astros de Houston (95-57) superan por 3.5 juegos a los Atléticos de Oakland (92-61) y tienen el número mágico en dos para asegurar al menos un puesto comodín a la postemporada. Houston intenta conquistar banderines divisionales consecutivos por primera vez desde que se mudó de la Liga Nacional a la Liga Americana en el 2013. Los Astros ganaron tres años seguidos la Central del viejo circuito de 1997 a 1999.
Los Yankees de Nueva York (93-59) tienen ventaja de 1.5 juegos sobre Oakland en la batalla por el primer comodín y la ventaja de la casa para el juego de muerte súbita del miércoles 3 de octubre. En caso de que Nueva York y Oakland terminaran empatados en el primer comodín, con ambos clasificados, los Yankees serían locales en el choque de Wild Cards debido a su mejor récord intradivisional, que es el segundo criterio para desenredar empates.
Los sorprendentes Rays de Tampa Bay (85-67) y los Marineros de Seattle (84-58) han tenido buenos desempeños, pero están muy lejos (a 6.5 y 7.5 juegos de Oakland) con tan poco espacio (10 juegos) para maniobrar. En resumen: En el joven circuito es cuestión de tiempo para que Astros, Yankees y Atléticos se unan a Indios y Medias Rojas en el cuadro de postemporada.
En la Liga Nacional es todo lo contrario: Nada está decidido y nueve de 15 equipos siguen en la carrera por llegar a la tierra prometida.
Los que se encuentran en la situación más cómoda son los Bravos de Atlanta (85-68), que tienen ventaja de 6.5 juegos sobre los Filis de Filadelfia (78-74) en la División Este. Los Bravos, que tienen el número mágico en cuatro para atrapar su primer banderín divisional desde el 2013 y el segundo en 13 años, solamente necesitan ganar dos de tres a Filadelfia en el fin de semana, para coronarse.
En la División Central, Cachorros de Chicago (89-63), Cerveceros de Milwaukee (87-66) y Cardenales de San Luis (84-69) pelean el banderín al tiempo que dominan las dos plazas comodines del viejo circuito. Los Cachorros tienen el número mágico en ocho para conquistar la división, pero una cómoda ventaja de siete juegos sobre los Rockies de Colorado en el segundo Wild Card de la liga.
La misión de Milwaukee es acosar a los Cachorros y mantener la ventaja de la casa para el potencial encuentro de comodines. Cerveceros y Cardenales jugarán una serie decisiva entre ellos de lunes a miércoles de la próxima semana en e Busch Stadium, mientras que Cachorros y Cardenales cerrarán la vuelta regular con una serie de tres encuentros en el Wrigley Field.
Tras ser barridos en Dodger Stadium comenzando la semana, Colorado (82-70) se alejó a 2.5 juegos de los Dodgers de Los Angeles (85-68) en la recia batalla por el banderín de la División Oeste, en tanto que los Diamondbacks de Arizona se encuentran a seis de Los Angeles y a cinco de San Luis en el segundo comodín.
Los Dodgers, que tienen el número mágico en ocho para quedarse con su sexto banderín consecutivo, enfrentan a los Padres de San Diego en el fin de semana y luego visitarán a sus acérrimos enemigos Diamondbacks y Gigantes de San Francisco para concluir la temporada regular.
Colorado recibe a Arizona en el fin de semana y terminará la campaña jugando en Filadelfia y Washington, en tanto que los Diamondbacks cerrarán el año en San Diego.
En la Americana: Medias Rojas de Boston (101-46) ya clasificó a postemporada y tiene el número mágico en seis para ganar su tercer título consecutivo de la División Este; Indios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro, mientras que los Astros de Houston (92-54) están muy cerca de garantizar u n puesto comodín y dominan por 3.5 juegos el sector oeste.
Los Yankees de Nueva York (90-56) y Atléticos de Oakland (89-58) batallan ferozmente la ventaja de casa para el partido de comodines, pero no están en real peligro de quedarse fuera de la postemporada. Los Marineros de Seattle (80-66) están a 8.5 juegos del segundo Wild Card.
Milwaukee y San Luis ocupan las plazas de comodides del viejo circuito, pero Los Angeles, Arizona y Filadelfia están a uno, cuatro y seis juegos. Para poner las cosas más sabrosas, Dodgers y Cardenales juegan una serie de fin de semana, cuyos resultados impactarán las divisiones central y oeste y los comodines.
Con las diferentes modificaciones que ha sufrido el sistema de determinar el campeón de la temporada, la pelota estadounidense se ha visto en la necesidad de hacer variaciones a las reglas de resolver embotellamiento en la tabla de lugares a lo largo de sus más de 140 años de historia.
Al principio todo era muy básico. Entre 1876 y 1900, el equipo que más victorias acumulaba durante la temporada regular era declarado campeón de la Liga Nacional y del béisbol (recordando que las ocho series que se jugaron entre los campeones de la Liga Nacional y la Asociación Americana entre 1884 y 1892 fueron considerados eventos de exhibición).
No fue hasta la creación de la Serie Mundial en 1903, por un título máximo entre los campeones de la Nacional y la nueva Liga Americana (fundada en 1901), que nació oficialmente la postemporada de Grandes Ligas.
Hasta 1968, los dos mejores clubes de cada liga iban directo al clásico de otoño. En 1969 se crearon dos divisiones en cada liga y se agregaron las Series de Campeonato para decidir los dos finalistas. En 1994 emergió la figura del Wild Card (comodín) y se creó una tercera ronda en los playoffs, las Series Divisionales, y en 2012, cuando agregaron un segundo comodín, se estableció el formato actual de cuatro instancias.
Desde entonces, los dos mejores equipos de cada liga que no ganaron sus divisiones, juegan un partido de muerte súbita para determinar el rival del conjunto con el mejor récord de liga en las Series Divisionales. La inclusión del segundo comodín también obligó a que se cambiaran algunas reglas en el sistema de definir empates de temporada regular.
EMPATES DE DOS EN DIVISIÓN O COMODINES
Un partido extra de desempate se juegan cuando dos equipos queden empatados con el mismo récord en una de las tres divisiones o el segundo puesto comodín de la liga. Estos partidos se jugarán el día posterior a la finalización de la temporada, en la casa del club que obtuvo la ventaja de local, que se determina usando una serie de criterios que citaremos más adelante.
Desde la implementación de la figura del comodín en 1994 hasta el final de la temporada del 2011, se implementó una regla diferente. Dos equipos empatados para una división no jugaron un desempate si sus récords eran mejores que todos los ganadores fuera de su división en su liga. Básicamente, si dos estaban empatados en la división y como sea estaban clasificados a los playoffs, se usaban varias consideraciones cuál era campeón divisional y cual era comodín. Punto y bolita.
Sin embargo, con la adopción de un segundo puesto de comodín y un juego entre comodines desde el 2012, el ganador de la división con el mejor récord de la liga enfrentaría una posible eliminación en el primer día de la postemporada, lo que obligó a variar las reglas.
Con las nuevas reglas de desempate, si dos equipos quedan empatados en la división, tendrán que jugar un partido extra incluso si ambos equipos ya se han clasificado para la postemporada. El equipo que pierde el juego de desempate ahora calificará para un puesto de comodín solo si su récord de temporada regular se encuentra entre los dos mejores récords de la liga que no ganaron una división. Esto quiere decir que empatar en la divisió no garantiza nada, más allá del juego de desempate.
Si ese equipo está empatado en el segundo puesto de comodín, entonces se jugará un segundo juego de desempate. Si el empate es en el primer comodín, no es necesario un juego extra, sino que ambos avanzan y la ventaja de la casa se determina con los criterios de desempate establecidos. Tampoco se necesita un juego extra para definir el mejor récord de la liga entre dos ganadores de división que terminen con la misma foja.
Para determinar cuál equipo tendrá la ventaja de la casa en un partido extra, tanto para desempatar una división y el segundo comodín y la ventaja de la casa como mejor récord de la liga son:
El equipo con ventaja en la serie particular, el equipo con el mejor récord global en juegos intradivisionales, el equipo con el mejor récord global en juegos intraligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 81 juegos de la temporada, ignorando los partidos interligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 82 partidos de la temporada (siempre que el juego agregado no esté entre los equipos empatados), se extiende hacia atrás hasta que se rompe el empate (los juegos de interliga se omiten e ignoran en este proceso).
JUEGOS DE DESEMPATE
En la historia de Grandes Ligas, en 14 ocasiones se ha necesitado jugar un partido (10 ocurrencias) o una miniserie (cuatro ocurrencias) para resolver empates de de serie regular. El fenómeno se repitió cuatro veces entre el 2007 y el 2013, pero no fue necesario en las cuatro temporadas anteriores.
En 1946, Dodgers y Cardenales debieron chocar en una serie al mejor de tres juegos para decidir el campeón de la Liga Nacional. San Luis ganó en dos choques y avanzó a la Serie Mundial, donde venció a los Boston Red Sox.
En 1948, Cleveland derrotó a Boston en un juego extra para definir el monarca de la Liga Americana y siguió inspirado para vencer a los Bravos de Boston en el clásico de otoño. En 1951, cuando Dodgers y Gigantes de Nueva York empataron en la cima del viejo circuito, se juegó una serie de tres encuentros, que terminó con el famoso jonrón de tres carreras del 3B Bobby Thomson al derecho Ralph Branca en la novena entrada para dejar a los Dodgers en el terreno en el Polo Grounds de Manhattan.
El campeón de la Nacional también se decidió en mini series después de la serie regular en 1959 (Dodgers venció a Milwaukee) y 1962 (Gigantes superó otra vez a Dodgers).
Boston y Nueva York quedaron empatados en la División Este de la Americana con 99-63 en 1978 y se tuvo que jugar un partido extra, que ganaron los Yankees 5-4 en el Fenway Park. Dos años después, Houston y Dodgers empataron en el oeste de la Nacional con 92-70 y en el juego de muerte súbita, los Astros superaron a los Dodgers en Dodger Stadium. En 1995, los Marineros ganaron a Anaheim en un encuentro por desempatar el oeste de la Americana.
Hubo desempates por el puesto comodín en 1998 (Cachorros sobre Gigantes), 1999 (New York Mets sobre Cincinnati Reds), 2007 (Colorado sobre San Diego Padres) y 2013 (Tampa Bay Rays ganó a Texas Rangers), en tanto que la División Central de la Americana necesitó un día extra en 2008 (Medias Blancas de Chicago derrotó a Mellizos de Minnesota) y 2009 (Minnesota doblegó a Tigres de Detroit).
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El primero fue Bryan Price, de los Rojos de Cincinatti , despedido sorpresivamente apenas tres semanas después de iniciada la campaña, cuando el equipo exhibía récord de 3-15.
Y el 15 de julio, durante la pausa del Juego de las Estrellas, los Cardenales echaron a Mike Matheny en su séptima campaña al frente del equipo.
A falta de poco más de un mes para completar el calendario regular, lo más probable es que los equipos esperen hasta el final antes de tomar decisiones sobre sus dirigentes.
Hay varios de ellos en la cuerda floja, incluidos dos que recién se estrenaron en esas funciones este año, en lo que podría ser debut y despedida.
Dave Roberts
Si Los Dodgers de Los Angeles no logran clasificar a la postemporada, probablemente sea Roberts el primer manager despedido tan pronto terminen las acciones regulares el 30 de septiembre.
Como estratega es de lo peor que hay en la Mayores, con todo y el premio de Manager del Año de la Liga Nacional que recibió en el 2016.
Y no le echen la culpa a las lesiones, porque en una temporada tan extensa, todos los equipos pasan por eso.
Roberts es malo, muy malo, con uno de los mejores equipos posibles en sus manos, con el que no pudo ganar la Serie Mundial del 2017 debido en gran medida por sus errores de juicio.
Buck Showalter
Todo indica que después de nueve años, el camino de Showalter al frente de los Orioles de Baltimore se acabará con el último out de la campaña regular.
Tenía en las manos un equipo con posibilidades de plantar batalla en la competitiva división Este de la Liga Americana, con todo y el favoritismo de los Medias Rojas de Boston y los Yankees.
Pero los Orioles son hoy el peor conjunto de todo el béisbol, con una proyección para terminar con 115 derrotas.
Después de 20 campañas al frente de los Yankees, los Diamondbacks de Arizona , los Rangers de Texas y Baltimore, ni siquiera llegó a una Serie Mundial.
Mike Scioscia
Con un título de Serie Mundial en el 2002, Mike Scioscia lleva 19 temporadas al frente de Angelinos de Los Angeles, toda una rareza en estos tiempos de poca paciencia de las gerencias.
Pero Scioscia parece haber agotado su largo ciclo, encaminándose a su tercera campaña negativa consecutiva.
Aunque el veterano estratega ha negado rumores de que vaya a renunciar después de esta temporada, cuando el río suena, piedras trae y para los Angelinos sería conveniente un cambio.
Ned Yost
No tenía mucho con qué competir Yost, tras perder de golpe a varias piezas claves del núcleo del equipo que fue a dos Series Mundiales seguidas en el 2014 y 2015, con trofeo incluido en la última de estas.
Pero la reconstrucción iniciada por los Reales de Kansas City podría requerir nueva dirección y según la prensa local, el equipo está mirando para el 2019 hacia Matheny, el despedido manager de los Cardenales.
Dave Martínez
"Ya no sé qué más hacer". Así lo reconoció el manager de los Nacionales de Washington el pasado 14 de agosto, en medio de una racha perdedora de su equipo.
Y con esa frase se puso él solo la soga al cuello.
Si un conjunto partió como superfavorito para arrasar en su división, ese fue el de Washington, que a duras penas coquetea con récord de .500.
Luego de años a la sombra de Joe Maddon, primero en los Tampa Bay y luego en los Cachorros de Chicago, Martínez recibió en el 2018 su primera oportunidad para dirigir...y no ha podido hacerlo peor.
Mickey Callaway
Otro debutante en el 2018, Callaway no ha podido sacarle jugo a los Mets, el equipo llamado a luchar con los Nacionales por la división Este de la Liga Nacional.
Tan mal lo han hecho los Mets, que en cierto momento llegaron a estar en el último lugar de su grupo, por debajo incluso de los Marlins de Miami , conjunto que acababa de sufrir una profunda reestructuración.
Don Mattingly
Los jóvenes Marlins necesitan un verdadero líder para llevar adelante el proceso de reconstrucción que planea Derek Jeter.
Ese líder no es Mattingly, cuya personalidad aparentemente indiferente y conformista exaspera a los reporteros que cubren día a día sus ruedas de prensa en el Marlins Park.
Ha tenido récord perdedor en cada una de las tres temporadas que lleva en Miami y sus constantes errores en el ABC del béisbol lo hacen blanco permanente de críticas de la fanaticada.
Su posible reemplazo sería un viejo conocido de Miami, Joe Girardi, quien ganó el premio de Manager del Año en el 2006, cuando debutó como director con los Marlins, a pesar de lo cual, el entonces dueño Jeffrey Loria lo despidió por diferencias con él.
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Las tragedias naturales tienden a sacar lo mejor de los seres humanos y la solidaridad supera diferencias sociales, políticas y económicas ante la certeza de que nadie queda es inmune a la fuerza de la Madre Naturaleza.
Por eso provoca rabia cuando alguien, nadando contra la corriente, trata de especular con la desgracia o simplemente se mantiene indiferente ante el sufrimiento.
Hoy no hay un equipo más odiado en todas las Grandes Ligas que los Rangers de Texas y merecido lo tiene.
Las redes sociales han estallado contra la gerencia de Texas por su falta de solidaridad cuando parte de ese estado sufre los embates del huracán Harvey.
Los Astros de Houston debían recibir en el Minute Maid Park a los Rangers para una serie de tres juegos entre martes y jueves, pero con la ciudad bajo las aguas tras el paso del ciclón, era imposible llevar a cabo los partidos en ese escenario.
Fue entonces que los Astros hicieron una propuesta lógica: intercambiemos nuestras series, teniendo en cuenta que los dos equipos tienen previsto otro enfrentamiento en el Ballpark de Arlington, sede de los Rangers, entre el 25 y el 27 de septiembre.
La respuesta fue negativa y los argumentos más que ridículos, sobre todo porque esconden un egoísmo crudo y brutal en momentos donde peligran las vidas de miles de personas y lo menos importante es el béisbol.
Para colmo, se trata de equipos de la misma patria chica, del mismo estado de Texas, independientemente de la rivalidad que pueda existir entre los dos conjuntos.
Caramba, cuando los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, la gente de los Medias Rojas de Boston tendieron su mano a sus archirrivales Yankees de Nueva York.
De igual modo, los Yankees expresaron su solidaridad con los Medias Rojas tras el ataque de la maratón de Boston el 15 de abril del 2013.
Y son dos equipos que se piden la cabeza, que han protagonizado varias de las reyertas más sonadas en la historia del béisbol.
Pero hay momentos en que todo eso tiene que pasar a un segundo plano para dar paso a lo que realmente importa.
El gerente de Texas, Jon Daniels, dijo que aceptaba recibir a los Astros entre martes, miércoles y jueves en Arlington para la serie que tocaba ahora en Houston, pero sin intercambio de sede, pues, según señaló, el equipo tenía preocupaciones por sus fanáticos que habían comprado ya sus boletos para la serie del 25 al 27 de septiembre.
Además, a Daniels sólo le interesaba que si ellos hacían el intercambio, los Rangers habrían jugado fuera de casa en cuatro de las últimas cinco series de la temporada.
''No sentimos que era correcto darle a nuestros fanáticos un aviso apenas 24 horas antes de que sus boletos para finales de septiembre se tendrían que usar ahora esta semana'', dijo el gerente.
¿En serio? Estas excusas son indignantes y sólo muestran a unos Rangers que tratan de sacar provecho de la desgracia de Houston.
Lamentablemente, la clase no se compra. Es una manera de conducirse en la vida.
Después no se quejen quienes obran malintencionadamente si cae sobre los Rangers una maldición como la del Bambino, que tuvo a Boston sin un título por 86 años, o la de la cabra, por la que los Cachorros de Chicago estuvieron más de siete décadas sin ir a una Serie Mundial.
Los Yankees de Nueva York y Dodgers de Los Ángeles sacaron la mayor ganancia al concluir la fecha límite para canjes en las Grandes Ligas, que este año careció de esos cambios espectaculares que estremecen el mercado y cotizó muy al alza a los lanzadores relevistas.
Para que se tenga una idea de lo lento que se movió el mercado de cambios, vale mencionar que dos de los jugadores más deseados, los abridores derechos Sonny Gray y Yu Darvish, no se mudaron hasta minutos antes de expirar el plazo este lunes, a las cuatro de la tarde.
Los Yankees adquirieron a Gray de los Atléticos de Oakland para reforzar su rotación, que ya perdió por el resto de la temporada al dominicano Michael Pineda, para encarar la recta final de la temporada.
Una semana antes, Nueva York apuntaló su bullpen con los derechos Tommy Kahnle y David Robertson, a sabiendas de que los últimos campeonatos se han ganado con sólidos cuerpos de relevistas.
Y de paso, en el paquete vino Todd Frazier, un antesalista que si de deseos se trata, debe aportar mucho a la causa de los ilustres rayados, pues siempre soñó con vestir ese uniforme.
En la misma cuerda tocaron los Dodgers, al recibir al japonés Darvish de los Rangers de Texas, además de dos apagafuegos, Tony Watson, de los Piratas de Pittsburgh, y Tony Cingrani, de los Rojos de Cincinnati.
Los Nacionales de Washington resolvieron su mayor problema, al recibir al cerrador Brandon Kintzler de unos Mellizos de Minnesota que tiraron la toalla después de una muy buena mitad.
Kintzler (2-2, 28 salvados y 2.78 de efectividad) atraviesa por su mejor campaña, al punto de asistir a inicios de este mes a su primer Juego de las Estrellas.
Otros que reforzaron su staff de relevo fueron los Cachorros de Chicago, en medio de su mejor momento de la campaña, tras una primera mitad de récord negativo.
En esta segunda parte, en la que los abridores de los campeones mundiales han permitido dos o menos carreras en 15 partidos seguidos, era necesario apuntalar el bullpen, que no las ha tenido todas consigo.
Por eso llegó de los Tigres de Detroit, Álex Wilson, quien se ocupará de prepararle el camino al cerrador Wade Davis. Con Wilson vino en el paquete el cátcher Álex Ávila, quien disfrutaba de su mejor año, pero que ahora será relegado a la banca ante la presencia de Willson Contreras, como le ocurrió a Miguel Montero. Buena suerte con Joe Maddon y sus estrategias.
Los Astros de Houston mejoraron su pitcheo abridor con la llegada desde Toronto del zurdo dominicano Francisco Liriano, lejos de aquel estelar de hace cuatro o cinco años, pero que debe ser de gran ayuda en la parte trasera de la rotación.
Hubo canjes que no tuvieron mucho sentido, como la adquisición por los Mets de Nueva York del cerrador AJ Ramos, de los Marlins de Miami, para consolidar el bullpen, para un día después enviar al apagafuegos Addison Reed a los Medias Rojas de Boston.
Y mientras tanto, nadie se arriesgó a hipotecar su futuro para obtener a Zach Britton de los Orioles de Baltimore.
Britton, quien lleva 57 rescates seguidos y no desperdicia una oportunidad de salvamento desde septiembre del 2015, vale un potosí, pero nadie quiere desprenderse de sus mejores prospectos por un hombre elegible para un arbitraje en el que pedirá plata a manos llenas y que será agente libre un año más tarde.
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Darvish vs. Tanaka en su primer choque en Grandes Ligas
Cada jugador lanzó en la liga japonesa por siete temporadas. Darvish ganó el Premio Sawamura una vez, en 2007, y Tanaka lo capturó dos veces, en 2011 y 2013. El Premio Sawamura se le otorga al mejor lanzador en la Liga Profesional de Japón ((el equivalente a Cy Young). IMPACTO DE GRANDES LIGAS
En las Mayores, Darvish tiene efectividad de 3.30 en 115 aperturas. Esa es la 4ª mejor efectividad en la Liga Americana desde que entró a la liga en 2012 (mínimo de 100 aperturas), solo detrás de Chris Sale, Felix Hernandez y David Price. Pero solo ha hecho dos aperturas en su carrera en postemporada, ambas derrotas -- ante los Orioles en el juego de comodines de la LA 2012, y ante los Azulejos en el Juego 2 de la Serie Divisional de la Liga Americana 2016. Tanaka tiene efectividad de 3.56 en 89 aperturas de por vida. Esa es la 9ª mejor efectividad en la Liga Americana desde que entró a la liga en 2014 (mínimo de 85 aperturas). Solo ha iniciado un partido en postemporada, que resultó en derrota ante los Astros en el juego de comodines de la Liga Americana 2015. INFORMACIÓN CONTRACTUAL
Cuando Darvish fue colocado en el sistema de posta en Japón en 2011, los Vigilantes de Texas fueron los ganadores del derecho a negociar con él por una tarifa de posta de más de $51.7 millones. Entonces ellos lo firmaron con un contrato de 6 años y $56 millones (el que expira luego de esta temporada). Pero luego de la temporada 2013, MLB y la Liga Profesional de Japón negociaron una revisión al sistema, en el que las tarifas de posta tienen un tope de $20 millones. Poco después, Tanaka fue colocado en el sistema, y los Yankees de Nueva York solo le debían a su equipo $20 millones. Pero ellos firmaron a Tanaka con un contrato de siete temporadas y $155 millones hasta el 2020 (él puede salirse del acuerdo luego de esta temporada).
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El jugador que hay que ver en cada equipo de Grandes Ligas
Liga Americana
Orioles de Baltimore: Mark Trumbo Esto no es un golpe en contra de Manny Machado. ¡Machado es sensacional! Es uno de los 10 mejores jugadores en el deporte y mil millones de veces más divertido de ver que Pedro Báez. Aunque nosotros sabemos que Machado será grandioso, Trumbo vale la pena observarlo porque no sabemos lo que va a hacer. ¿Conectará de nuevo 47 jonrones? ¿Cuánto tiempo pasará en los jardines? Medias Rojas de Boston: Chris Sale A la prensa en Boston y a los fanáticos de los Medias Rojas les gusta creer que jugar en Boston es de algún modo más difícil que jugar en otras ciudades (excepto Nueva York) debido al intenso escrutinio. Yo no estoy totalmente de acuerdo con esa teoría, pero se puede decir que eso le añade otra dimensión al observar a Sale esta temporada. Yankees de Nueva York: Greg Bird Bateó para .451 en los entrenamientos primaverales con ocho jonrones y más boletos que ponches. Probablemente no termine siendo el próximo Joey Votto, pero ¿quizás lo pueda lograr? Rays de Tampa Bay: Kevin Kiermaier Observar a este chico jugar en el jardín central me hace feliz. Ha ganado dos Guantes de Oro en forma seguida y merecidos los tiene, ya que atrapa todo lo que debe atrapar y también algunos batazos que no debería. Además ha mejorado lo suficiente en el plato para convertirse en un bateador promedio con el potencial de conectar 20 jonrones. Azulejos de Toronto: José Bautista Me encanta ver lanzar a Marcus Stroman, y Josh Donaldson siempre juega como si tuviera sus pantalones encendidos en fuego, pero la actitud de juego de Bautista es siempre como si tuviera una viga en el hombro del tamaño del CN Tower luego de que básicamente nadie lo quisiera como agente libre y se viera forzado a volver a Toronto. Luego de perder tiempo de juego por lesiones en el 2016, él quiere problema que sigue siendo el mismo jugador que conectó 40 jonrones en el 2015. Medias Blancas de Chicago: Tim Anderson En un año de reconstrucción, el joven torpedero es dinámico y atlético, con la velocidad y la fuerza de brazo para hacer tiros de igual forma que Derek Jeter desde la parte más profunda del hoyo. Lo que no sabemos es cuán bueno va a ser, particularmente sis u estilo agresivo le limita su producción ofensiva. Indios de Cleveland: Francisco Lindor Los Indios deben ganar su división, y si Mike Trout parpadea, el modo de juego doble de Lindor lo podría convertir en candidato al JMV. Por supuesto, no es solo el hecho que pueda batear para .300 con algo de poder mientras juega defensiva de Guante de Oro. Es también el hecho que juega el deporte con la alegría de un chico que acaba de conectar su primer jonrón en Pequeñas Ligas. Tigres de Detroit: Miguel Cabrera Cabrera ha conectado para .300 o más en 11 temporadas en su carrera. Algo que no es particularmente inusual. Es uno de 38 jugadores que ha hecho eso desde 1901. Si le cambiamos el parámetro a "desde 1947", que abarca la era post integración y elimina un gran grupo de jugadores de la década de los 20 y los 30 (cuando todo el mundo bateaba .300), ese número baja a 15 jugadores. Solo siete de ellos eran derechos. Tres de ellos -- Jeter, Paul Molitor y Roberto Clemente - no tenían el poder de Cabrera. Así que realmente estamos viendo un grupo compuesto por Hank Aaron, Vladimir Guerrero y Manny Ramírez (Albert Pujols, Willie Mays y Edgar Martinez están cerca con 10 temporadas de .300). Es solo otra forma de decirles lo que ya ustedes saben: Cabrera es una leyenda viviente. Reales de Kansas City: Eric Hosmer Yo estoy fascinado no solo por ver lo que Hosmer hace, sino con la posibilidad de que sea cambiado antes de llegar a la agencia libre luego de la temporada. Si logra batear .300 (algo que ya hizo una vez, en el 2013) con más de 20 jonrones (algo que ya hizo una vez, la pasada temporada), podría recibir un buen contrato. Pero su OPS-plus de por vida es el mismo que el de Kiermaier, y mucha gente piensa que los Rays le dieron a Kiermaier demasiado dinero al firmarlo con una extensión que podría terminar costándoles $66.15 millones en siete temporadas, con un salario máximo anual de $13 millones. Nota: Hosmer no juega el jardín central. Mellizos de Minnesota: Byron Buxton Él ya hizo dos atrapadas en zambullida en el Día Inaugural. Coj Buxton, Kiermaier, Kevin Pillar y Jackie Bradley Jr., nos encontramos en una era dorada defensiva en el jardín central en la Liga Americana. Queda la interrogante de si Buxton va a batear, pero lució excelente en la recta final de la pasada temporada luego de regresar de las menores (.287 y nueve jonrones en septiembre). Astros de Houston: José Altuve ¡Es más pequeño que mi abuela y terminó tercero en la votación del JMV! Angelinos de Los Angeles: Mike Trout Quiero decir, no es una ofensa para C.J. Cron o Ricky Nolasco. Atléticos de Oakland: Khris Davis Hasta ahora bola. Marineros de Seattle: Edwin Díaz Normalmente no consideraría a un cerrador para esto, pero Díaz no es un cerrador normal. Con una recta que puede llegar al triple dígito, abanicó 88 bateadores en 51 2/3 entradas. Si lo vieron lanzando por Puerto Rico en el Clásico Mundial, pudieron ver a un lanzador con presencia y energía dinámica en la loma. Él tiene que aprender a llevar esa energía en una temporada completa, pero tiene el potencial de ser el siguiente mejor cerrador en el juego. Vigilantes de Texas: Rougned Odor Tiene una combinación fascinante de poder (33 jonrones) y frustración (135 ponches ante apenas 19 boletos), pero además tiene apenas 23 años. Ah, y nunca se sabe cuándo va a golpear a alguien en la cara.Liga Nacional
Bravos de Atlanta: Dansby Swanson ¿Acaso es el siguiente gran torpedero joven? Marlins de Miami: Giancarlo Stanton RIP, José. Mets de Nueva York: Noah Syndergaard Uno se preocupa que quizás, como le pasó al final de su carrera a Nolan Ryan, el alboroto supere los resultados actuals. Pero, al igual que Ryan, Syndergaard es tan único, con tanto potencial de dominio, que uno siente que tiene la oportunidad en cada salida de hacer algo asombroso y maravilloso. Filis de Filadelfia: Odúbel Herrera Nunca cambies, Odúbel. Nacionales de Washington: Trea Turner/Bryce Harper Empatados. Sí, así que yo dije un chico por equipo. Quizás haga dos de los Nacionales y ninguno de los Padres. (Estoy bromeando, fanáticos de los Padres, estoy bromeando). Cachorros de Chicago: Anthony Rizzo Saben, me encanta ver a Addison Russell en el campocorto. Javier Báez hace cosas - como su out sin mirar en el Clásico Mundial - que son mitad alocadas, y mitad extraordinarias. Mirar a Kris Bryant se disfruta simplemente por lo bueno que es y porque sus ojos son tan azules como el Mar de los Sargazos. Kyle Schwarber juega con su almuerzo en su bolsillo trasero. Jake Arrieta tiene el potencial de lanzar un partido sin hits en cada salida. Pero ninguno de ellos ha hecho una referencia a "Anchorman" en el medio del Juego 7 de la Serie Mundial. Rojos de Cincinnati: Joey Votto Asumo que la mayoría de ustedes podría decir que es Billy Hamilton, y no hay duda que Hamilton será más mostrado en los videos de repeticiones. Pero en el día a día, yo sigo apreciando una buena base por bolas y un tipo que pueda batear .300. Cerveceros de Milwaukee: Jonathan Villar ¡Diversión con los números! Jugadores con al menos 60 robos, 19 jonrones y promedio de bateo de .285 en la misma temporada: Villar, José Reyes, Rickey Henderson y Joe Morgan. Esa es como la lista más asombrosa de poder-velocidad de todos los tiempos (aunque debería incluir a Eric Davis, quien tuvo temporadas de 27 jonrones/80 robos y 37 jonrones/50 robos. Y sí, esta fue una mera excusa para mencionar a Davis). Piratas de Pittsburgh: Tyler Glasnow El gran derecho luce imbateable por momentos, maniatando a los contrarios a promedio de .189 en las menores. Pero también luce como Nuke LaLoosh en ocasiones con su control, así que su rango de posibles actuaciones varía desde un potencial abridor No. 1 que aplasta los corazones de los bateadores contrarios a un futuro brazo de bullpen si no puede lanzar suficientes strikes. Cardenales de San Luis: Carlos Martínez Luego de observar la devastación hecha a los Cachorros en el Día Inaugural, estoy totalmente con él. Diamondbacks de Arizona: Paul Goldschmidt Lo sé, ustedes probablemente esperaban a Robbie Ray -- ¡Miren esa tasa de ponches! - pero le tengo un afecto especial a un inicialista que se robó 32 bases. Una corta lista de jugadores que nunca se robaron 32 bases: Bo Jackson, Ken Griffey Jr., Dustin Pedroia, David Eckstein, Andruw Jones, Bernie Williams, Speed Kelly, Horace Speed. Rayos, Joe DiMaggio apenas se robó 30 bases en toda su carrera. Él se parece mucho como el recién electo al Salón de la Fama Jeff Bagwell, un tipo que se convirtió en un gran corredor de bases a pesar de ser uno de los mejores bateadores en el deporte y un gran defensor. Rockies de Colorado: Nolan Arenado El Club de Fanáticos de Gerardo Parra todavía no ha podido superar en números al Club de Fanáticos de Nolan Arenado.Comentarios
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