La semana pasada nos divertimos discutiendo los jugadores con menos suerte en el 2015. Por demanda popular, vamos a examinar ahora los jugadores con más suerte de la temporada.

Nathan Eovaldi, Yankees de Nueva York, y Drew Hutchison, Azulejos de Toronto

Digamos que Shelby Miller de Atlanta odia a estos chicos. Eovaldi lidera las mayores en porcentaje de victorias con su record de 14-2, y Hutchison se ubica en el tercer puesto con su record de 13-3. Seguro, se siente bien levantarse en las mañanas y ver ese record de victorias y derrotas junto a tu nombre, pero ¡los records de victorias y derrotas pueden ser engañosos! De hecho, los Azulejos están 10 juegos por encima de los .500 cuando Hutchison abre y solo ocho juegos sobre .500 cuando cualquier otro lanzador abre, aunque él tiene efectividad de 5.07. Los Azulejos han anotado seis carreras o más en 19 de sus 26 aperturas. El porcentaje de victorias de Hutchison de .813 podría ser el más alto para un lanzador con efectividad superior a las 5.00 que califique para el cetro de efectividad. La marca anterior: Roxie Lawson tuvo marca de 18-7 (.720) para los Tigres de 1937 a pesar de tener porcentaje de carreras limpias de 5.26.

Eovaldi ha lanzado un poco mejor - especialmente en el último par de meses - con efectividad de 4.17, pero además ha sido bendecido con gran apoyo ofensivo.

Zack Greinke, Dodgers de Los Angeles

Puede ser algo engañoso al analizar lanzadores. Greinke tiene efectividad de 1.59 pero 2.63 de fildeo independiente de pitcheo. Eso sugiere que quizás ha tenido algo de suerte al compilar esa efectividad baja, y no muchas carreras inmerecidas, porque ha permitido solo dos de esas. Una clave en la prevención de carreras de Greinke ha sido un porcentaje de dejados en base de 85.9, el mejor en las mayores, y la tasa más alta desde Pedro Martínez en 2000. Greinke ha tenido tasas de 81 y 80 en las pasadas dos temporada, así que ha sido muy bueno en esto desde que llegó a los Dodgers. Pero además ha estado en el otro extremo: En 2011 con los Cerveceros, tuvo una tasa de dejados en base de 69.8 por ciento, así que su efectividad de 3.83 fue mucho mayor que su FIP de 2.98. La efectividad de Greinke viene de mucha habilidad pero probablemente también algo de buena fortuna.

Miguel Sanó, Mellizos de Minnesota

No me malinterpreten, yo adoro a Sanó, y su despliegue de poder ha sido obviamente impresionante. Batea .293/.400/.609 aunque se ha ponchado en el 36 por ciento de sus apariciones en el plato, con 79 chocolates en 184 apariciones. Así que, ¿cómo es posible que batee .293? Tiene porcentaje de .424 en pelotas en juego. Recuerden, el BABIP saca los jonrones de la ecuación. La marca de Sanó de .424 es la más alta para cualquier bateador con por lo menos 100 apariciones en el plato desde 2000. Sí, él batea duro la pelota, y eso ayuda a tener un BABIP más alto, pero un .424 es insostenible a largo plazo, así que si va a seguir bateando .293, va a tener que poner más pelotas en juego.

Stephen Piscotty, Cardenales de San Luis

Otro novato que ha estado encendido, con números de .345/.377/.547 en 40 juegos, un gran impulse del promedio de .272 que tuvo en Triple-A. Su historia es igual que la de Sanó: un BABIP alto. Su promedio de .420 es el tercer más alto desde 2000 para un jugador con por lo menos 100 apariciones en el plato.

He aquí un buen recordatorio para el BABIP en una temporada: Danny Santana de los Mellizos tuvo un BABIP de .405 BABIP el año pasado en camino a batear .319. Su BABIP este año es de .297 y batea .217. No estoy sugiriendo que Sanó y Piscotty sigan la misma ruta de Santana en el 2016, pero ambos están muy por encima de sus promedios de bateo proyectados.

Cuerpo de lanzadores de los Cardenales

Los Cardenales tienen una asombrosa efectividad colectiva de 2.72, que sería la más baja desde el 2.66 que lograron los Astros en 1981 y la más baja en una temporada completa desde los Atléticos en 1972. Esto a pesar de ubicarse séptimos en las mayores en promedio de bateo de los contrarios y 10º en tasa de ponches. Igual que Greinke, los Cardenales han dejado muchos corredores en los senderos: 79.9 por ciento. Eso es más de 5 por ciento más alto que el equipo No. 2 (los Dodgers) y es tan alto que los ubicaría novenos entre todos los abridores calificados. Es además el número más alto para un cuerpo de lanzadores en la era de la pelota viva desde 1920. Al igual que con Greinke, hay que darle crédito a los Cardenales aquí: Ellos están logrando los outs cuando los necesitan. Pero también hay algo de buena suerte de su lado.

J.D. Martínez, Tigres de Detroit

De acuerdo con el Seguidor de Cuadrangulares de ESPN, Martínez lidera las mayores con 15 cuadrangulares conectados "con lo justo". Pero hey, estos batazos cuentan igual en el pizarrón.

Kendrys Morales, Reales de Kansas City

Morales está cuarto en las mayores con 99 remolcadas y debido a eso va a aparecer entre los primeros 10 en muchas boletas de votación para el JMV. No me malintepreten, él ha tenido una muy buena temporada, y batea .358 con corredores en posición de anotar. (No hagan que se molesten los fanáticos de los Marineros.) De todos modos, el conteo de carreras remolcadas es parcialmente producto de ese buen bateo pero también resultado de tener la tercera mayor cantidad de corredores en base al llegar a batear. Solo Carlos Santana y Todd Frazier han tenido más corredores en base. Comparen eso con, digamos, Mike Trout, quien lidera las mayores en OPS con corredores en posición de anotar pero apenas tiene 74 RBIs. Trout ha tenido 285 corredores en base en comparación con 392 para Morales. Así que para Morales, le ha rendido frutos el ser buenos y estar en el lugar correcto en la alineación de bateo.

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