MÉXICO -- A principio del año, muchos marcamos en nuestro calendario la Semana 12. Después de todo, se trataba de una nueva oportunidad para ver en acción a los que han sido, por mucho, los dos mejores jugadores de su generación, independientemente de la posición; Tom Brady y Peyton Manning.

Lastimosamente, Manning no estará presente para disputar la edición N° 17 del Brady-Manning Bowl --incluyendo postemporada--, cuando los New England Patriots visiten a los Denver Broncos por la noche. Sin embargo, eso no significa que el partido esté desprovisto de tramas a seguir, de las cuales mencionamos tres:

El sucesor. Brock Osweiler iniciará por segunda ocasión en su carrera, en lugar de Manning. La inexperiencia constituye una obvia desventaja en la posición de mariscal de campo para Denver, sobre todo, si se considera quién es el rival que tendrán enfrente: Bill Belichick. No obstante, Osweiler no lo hizo mal en su primera salida como titular en lugar de Manning, la semana pasada, y la única manera de probar sus cualidades reales es retar a los mejores. En este caso, los mejores en la AFC son los invictos Patriots.

Los ausentes. En New England, las lesiones se siguen acumulando, particularmente en la posición de receptor abierto. Este domingo, la ofensiva estará sin Aaron Dobson, quien aterrizó en la lista de reservas lesionados. Por si fuera poco, al que realmente van a extrañar es a Danny Amendola, desactivado a causa de una lesión en la rodilla. Todo indica que ante la falta de Amendola y Julian Edelman, lo lógico sería suponer que los Patriots intentarán correr más el ovoide pero es peligroso hacer suposiciones cuando se trata de New England. Veremos cuál es el plan de juego de hoy.

La siembra de la AFC. Los Patriots marcan con marca invicta de 10-0 y, siendo realistas, la visita a Denver es una de las aduanas más complicadas que restan en su calendario para lo que resta de la campaña. Si los Broncos no logran aprovechar las ausencias de los Pats, y su condición de localía, crecen exponencialmente las posibilidades de que New England culmine de manera invicta la temporada regular, con partidos ante Eagles, en Texans, ante Titans, en Jets y en Dolphins para cerrar la campaña.

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MÉXICO -- El primer partido de la temporada regular del 2015 en la National Football League es historia. Los campeones defensores New England Patriots derrotaron en casa a los Pittsburgh Steelers por 28-21, comenzando con el pie derecho la defensa de su título de Super Bowl. Aquí están los puntos más rescatables del encuentro.

La Vendetta de Tom Brady. Meses de escándalo y cuestionamientos rodearon a Brady por el asunto de los balones del Juego de la AFC de la pasada postemporada, y aunque el asunto todavía no ha quedado del concluido, fue una victoria para el mariscal de campo de los Patriots jugar esta noche. Originalmente, la liga suspendió a Brady por los primeros cuatro partidos de la campaña, pero un juez federal revirtió esa decisión es Brady pudo participar.

Rob Gronkowski, Tom Brady
AP PhotoGronkowski y Brady maltrataron a Pittsburgh

Sabíamos que Brady iba a salir encendido, con algo por demostrar. Lo hizo. Completó 25 de 32 pases para 288 yardas con cuatro touchdowns y cero intercepciones. En algún momento del partido, completó 19 envíos al hilo, imponiendo marca de la franquicia, y la victoria de esta noche lo deja con 161 como mariscal de campo de los Patriots, superando las 160 de Brett Favre al frente de los Green Bay por mayor número de triunfos por un mariscal de campo al frente de un sólo club (dato del Elias Sports Bureau).

Números aparte, Brady lució preciso como siempre, luego de una pretemporada en la que se mostró un poco fuera de ritmo, seguramente distraído por el asunto legal. Brady está de vuelta y busca quién le pague sobre el emparrillado lo que ha pasado fuera de él en los últimos meses.

En buenas manos. El que sí debe cumplir con su suspensión, pero una de dos encuentros, es el corredor Le'Veon Bell de los Steelers. El cuadro contrató a DeAngelo Williams para servir como reserva de Bell a lo largo de la temporada, pero también para jugar en su sitio en el arranque de la campaña. Después de un juego, podemos decir que fue un acierto. Williams acarreó el ovoide en 21 ocasiones para 127 yardas, aunque el equipo prefirió dar acarreos de línea de gol al H-back Will Johnson, quien sí logró un touchdown.

Williams no era ninguna apuesta segura para Pittsburgh. Después de todo, viene de una campaña en la que pudo jugar únicamente seis partidos, y donde acumuló apenas 219 yardas. En su primera aparición vistiendo el uniforme de los Steelers, ya lleva más de la mitad de esa producción.

Sorpresa agradable. Dion Lewis no había jugado un partido de NFL desde que participó en nueve durante la campaña del 2012 para los Philadelphia Eagles. En el 2013 estuvo con los Cleveland Browns, pero una lesión le impidió jugar, y el año pasado estuvo fuera de la liga. Hoy, fue la figura del backfield de New England.

Lewis corrió el balón 15 veces para 69 yardas y atrapó cuatro pases para otras 51 yardas, cuando todos esperaban que Brandon Bolden fuera quien cargara con las responsabilidades del club ante la ausencia por suspensión de LeGarrette Blount. Eso sí, no esperen ver a Lewis brillando semana a semana con los Patriots. Ese no es el estilo de New England. Sólo basta recordar a Jonas Gray, quien ya ni siquiera está en plantilla.

Errores de pretemporada. Los Steelers cometieron varios errores dignos de la temporada de exhibición en un partido donde, por el rival, era casi necesario un juego perfecto. Pittsburgh arruinó el manejo del reloj al final de la primera mitad, y de nuevo en la segunda mitad. En dos ocasiones, hubo fallas en la cobertura que dejaron al receptor más peligroso de New England corriendo libremente, y en otra ocasión, alinearon defensivamente con 10 elementos mientras defendían zona roja.

Este equipo tiene varios aspectos por pulir y afortunadamente tendrán una semana "larga" para hacerlo, gracias a que aparecieron en jueves por la noche para esta jornada.

El balón del juego es para... Rob Gronkowski. El mejor ala cerrada de la NFL en la actualidad atrapó cinco pases para 94 yardas con tres touchdowns. En el primero de ellos, apareció completamente solo por el lado derecho del campo, y puede es claro que después de superar el intento de tacleada del profundo Robert Golden, Antwon Blake no quiere nada que ver con 'The Gronk', ofreciendo poco esfuerzo al tratar de sacarlo antes de que cruce la línea de meta.

En la segunda jugada, Gronkowski supera por aire a dos defensivos en un pase por el centro, y en el tercero, explota un uno-contra uno en las diagonales en contra del apoyador suplente Terence Garvin en un emparejamiento que muchos dirán. "Es trampa".

Todo eso llegó después de una semana en la que múltiples jugadores defensivos de los Steelers hablaron de que a Gronkowski se le neutralizaba golpeándolo en la línea de golpeo, estrategia que desde luego no surtió el efecto deseado hoy.

Las contribuciones de Gronkowski no se quedaron allí. En el segundo medio, recuperó un balón suelto0 de Lewis que originalmente fue cantado como touchdown, antes de que se revirtiera la decisión y se colocara en ovoide en la yarda 1. Esto prepararía el tercer touchdown del ala cerrada. Finalmente, cuando sólo le restaban dos suspiros al reloj de juego, y después de que Pittsburgh se acercara a 7 puntos gracias a un precioso pase de Ben Roethlisberger a Antonio Brown, Gronkowski recuperó la patada corta de los Steelers para acabar con cualquier sueño de milagro. En otras palabras, Gronk hizo un poquito de todo.

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MÉXICO -- Quizás fue la Srta. Escarlata, en la sala, con el candelero. O posiblemente se trató del Coronel Mostaza, en la cocina, con el cuchillo.

Al más puro estilo del clásico juego de mesa, "Clue", la NFL intenta descubrir quién, y cómo, le sacó el aire a 11 de los 12 balones utilizados por la ofensiva de los New England Patriots durante la primera mitad del Juego de Campeonato de la AFC ante los Indianapolis Colts.

Las pistas no son abundantes, y la mayoría de los hechos no son claros. Sabemos que la liga ha exonerado a los oficiales por alguna falla respecto a la aprobación inicial de los balones, unas dos horas antes del inicio del juego, cuando aparentemente todos los balones presentados por ambos equipos cumplían con las medidas, peso y presión requeridas por la NFL. A partir de ese momento, todos los ovoides quedan bajo resguardo de los oficiales hasta el momento de la patada inicial.

También sabemos que a la mitad del encuentro, los balones anormales fueron reemplazados por otros 12, también presentados por parte de los Patriots, que cumplían con lo establecido en el reglamento de la NFL. Los marcadores parciales del juego fueron 20-7 en la primera mitad a favor de New England, con los balones anormales, y 28-0 en la segunda mitad, también a favor de New England, con los balones de reemplazo.

Eso significa que en algún punto entre la patada de salida, cuando todos los balones de ambos equipos cumplían con las normas de la liga, hasta algún momento previo al medio tiempo, cuando fueron medidos nuevamente los balones, detectándose las anomalías en 11 de las 12 piezas provistas por New England, éstas perdieron aproximadamente dos libras de aire, cada una.

Bill Belichick
Getty ImagesComo era de esperarse, Belichick no aportó claridad

La liga ya conduce su investigación. Bill Belichick, entrenador en jefe de los Patriots, se presentó en conferencia de prensa este jueves por la mañana, sosteniendo, "No tengo explicación por lo sucedido", y desviando las interrogantes hacia su mariscal de campo Tom Brady, quien apareció también ante los reporteros unas horas más tarde. "No alteré los balones de ninguna manera", fue la versión de Brady, además de señalar que la liga no se ha puesto en contacto con él todavía, respecto a la investigación.

Nos encontramos en el punto en el que las preguntas superan con creces a las respuestas. ¿Por qué la liga no ha hecho contacto con Brady, cuatro días después del incidente, como parte de su pesquisa? ¿Quién tuvo acceso a los balones en el transcurso de la primera mitad del juego, además de los oficiales y jugadores? ¿Cómo es que los oficiales --y sobre todo el encargado de colocar el balón antes de todas y cada una de las jugadas, gracias a lo cual constantemente tuvo en sus manos los balones de Colts y Patriots de forma alternada-- no se percataron de las anomalías del ovoide?

Lo que no se puede negar es que el "Deflate-gate", nombre que aparentemente ganó la competencia extraoficial en los medios por bautizar al más reciente escándalo que cimbra a la NFL, se ha convertido en la historia más importante de la liga, a menos de dos semanas de disputarse el Super Bowl XLIX.

Ha llegado el momento de lanzarnos de lleno al terreno de las especulaciones. Por eso, presentamos cuatro teorías, cada una con un grado distinto de plausibilidad, respecto a lo que pudo haberle sucedido al aire de los balones de Foxborough.

¿Fue un miembro de un equipo de los Patriots? Esta teoría parece ser la más socorrida, aunque no tengamos en claro a quién culpar todavía. El escándalo de "Spygate" es la excusa perfecta para negar al equipo de New England el beneficio de la duda, e incluso la polémica respecto a las sustituciones de jugadores elegibles/inelegibles ante los Baltimore Ravens --situación perfectamente legal en un partido de la NFL-- ha sido utilizada como argumento en contra de los Patriots.

Tom Brady
Getty ImagesLos números señalan que Brady jugó mejor con balones sustitutos

Es posible que Belichick, o Brady, o ambos, hayan ordenado a alguno de los encargados de utilería alterar los balones durante el transcurso del juego, con la finalidad de mejorar el agarre del mariscal de campo sobre el ovoide en un partido afectado por el clima frío, los vientos, y la humedad. Aparentemente, esto tendría que haber ocurrido en la banca, prácticamente a la vista de los miles de aficionados en Gillete Stadium, y a merced de las decenas de cámaras y reporteros presentes en el estadio.

El hecho de que 11 de los 12 balones presentaran una anomalía casi idéntica en cuanto al aire faltante, nos dice que la persona que habría manipulado los balones podría haber contado con un instrumento de precisión, e incluso una bomba de aire para volver a inflar los ovoides en caso de que se excediera al sacar el aire a cada unidad. Eso aumentaría las posibilidades de ser atrapado in fraganti, exponencialmente.

La admisión de Brad Johnson de que habría pagado 7,500 dólares para que se alteraran balones previo al Super Bowl XXXVII entre los Tampa Bay Buccaneers y Oakland Raiders podría abrir la puerta a la suposición que no se trata de un caso aislado, pero no hay que olvidar que aquello sucedió en un tiempo en el que no se permitía, como ahora, preparar los balones por parte de cada equipo antes de los juegos. En otras palabras, Johnson no hubiera tenido que pagar nada por hacer algo que ahora está dentro de las reglas, aunque claro, existen límites.

¿Se trata de una conspiración? Una fracción de los seguidores de New England ha acusado al resto de la NFL de querer perjudicar a los Patriots, para impedir de que aparezcan en su sexto Super Bowl en la era Belichick-Brady, valiéndose de cualquier tipo de acusación que esté a la mano, incluyendo el tema de las sustituciones ante los Ravens, que, como ya dejamos en claro, siempre estuvo dentro de los límites de lo permitido.

Sin embargo, a diferencia de aquello frente a Baltimore, jugar con balones que carecen de dos libras por pulgada cuadrada de presión para ser considerados reglamentarios, no lo está.

Para que esto pudiera haber sucedido, una persona ajena a los Patriots tendría que haberse infiltrado a su banca --o quizás incluso al cuarto donde permanecen los balones por dos horas después de ser inspeccionados por los oficiales en primera instancia, antes de la patada de salida-- para manipularlos. En el caso de la teoría previa, tendría que haber llevado alguna clase de instrumento de precisión para dejar los balones en un estado en el que se puede seguir jugando con él, que los oficiales no se percaten de la falta de aire, pero que la infracción a las normas de la liga sea de tal magnitud como para plantar las semillas de la sospecha y el dolo en contra de New England.

Otro motivo de sospecha se genera, de acuerdo a este sector de fanáticos, gracias a que fue Bob Kravitz, miembro de la prensa local de Indianapolis, quien dio a conocer en primera instancia la investigación.

Carl Paganelli
Getty Images¿Cómo es que los oficiales no se percataron de la anomalías?

¿Se trata de un error de los oficiales? La NFL actuó rápidamente para declarar libres de toda culpa a los oficiales por el proceso mediante el cual aprueban los 12 balones que cada equipo aporta al juego, además de los seis balones que se emplean para equipos especiales.

Sin embargo, vale la preguntarse si es posible que en efecto, el procedimiento no se hubiera llevado a cabo apropiadamente a dos horas de la patada de salida. Después de todo, como ya dijimos, los oficiales no notaron anomalías en el balón durante gran parte de la primera mitad, y de acuerdo a un reporte de NBCSports, una fuente de la liga dijo que la falta de una o dos libras de aire al balón no sería algo "obvio" para los oficiales.

¿Será entonces posible que los oficiales "revisaron" los balones antes del encuentro a la ligera, sin todas las precauciones debidas para tal tarea?

¿Se desinflaron solos? Desde luego, esta teoría no señala que el aire desapareció mágicamente de los balones, sino que no hubo una persona o personas directamente involucradas en la manipulación del mismo, sino que sucedió por factores externos.

Un defecto en la producción del balón podría explicar hasta cierto punto una pérdida de aire, pero sería una coincidencia imposible de imaginar que 11 de los 12 balones de los Patriots sufrieran el mismo desperfecto, mientras que ninguno de los Colts.

El clima puede ser otro factor externo que podría entrar en juego. Después de todo, los balones son medidos y pesados en un cuarto al interior del estadio, con temperatura regulada, antes de ser sacados a la intemperie, donde las bajas temperaturas indudablemente hacen que el balón pierda tamaño y presión.

Eso ayudaría a explicar por qué tantos balones de un equipo sufrieron una alteración tan similar, partiendo de que los 12 fueron inflados a la misma presión originalmente, y fueron sometidos a las mismas condiciones climáticas. Lo que no explica, no obstante, es por qué los balones de los Colts permanecieron dentro de la norma cuando fueron medidos y pesados nuevamente.

La explicación podría radicar en que los balones no estaban inflados a la misma presión, para empezar, antes del arranque del partido. La NFL permite una variación de una libra por pulgada cuadrada de presión, entre el máximo permitido 13.5, y el mínimo, 12.5. ¿Sería muy descabellado suponer que los balones de Indianapolis fueron inflados a una presión cercana al límite máximo, y que por tanto aunque podrían haber sufrido alteraciones por el clima durante el transcurso del partido, se mantuvieron siempre por arriba del 12.5, mientras que los balones de los Patriots hubieran sido inflado originalmente muy cerca del 12.5, quedando por debajo del límite de lo establecido al ser expuesto al frío y humedad de aquella noche?

Para saberlo, bastaría con que la NFL revelara la presión que arrojó la medición y peso de cada uno de los 24 balones dos horas antes de la patada de salida, así como la presión y peso final de los balones de los Colts, pero la liga no ha ofrecido esos datos, y es probable que no exista. De ese modo, se podría comprobar una pérdida de presión más o menos uniforme en todos los balones, con las medidas finales dependiendo de las medidas iniciales.

Balones del Super Bowl XLIX
AP PhotoLa NFL ajustará su política de revisión de balones

Hay que recordar que cada mariscal de campo tiene preferencias muy particulares respecto a sus balones. Aaron Rodgers declaró esta misma semana que él prefiere el balón inflado al máximo posible, e incluso destacó que los oficiales suelen sacar el aire a los balones en el transcurso de los encuentros --aunque no dijo por órdenes de quién lo hacían--. Tom Brady ha dicho que le gusta el ovoide en 12.5, algo que reiteró en su conferencia de prensa de hoy.

John Brenkus, del laboratorio de SportScience, probó el efecto del frío en los balones de la NFL, exponiendo un ovoide a una temperatura de 10° F por una hora, para encontrar que había perdido aproximadamente un 20 por ciento de su presión, cayendo de 13 libras por pulgada cuadrada a 11.

La temperatura a la hora de la patada de salida del encuentro entre los Colts y Patriots el domingo pasado estuvo por arriba de los 50° F, cayendo unos 10° durante el transcurso del partido, de acuerdo al sitio AccuWeather.com. Esa caída de temperatura por sí sola sería incapaz de restarle dos libras de presión al balón. Los balones fueron medidos y pesados en primera instancia en un cuarto al interior del estadio que contaría con un clima controlado de aproximadamente 70° F, de acuerdo a observadores múltiples, y aunque la liga no ha detallado donde se hizo la revisión de los balones de los Colts al término del encuentro, más de uno ha sugerido que también se hizo en el mismo cuarto interior, donde los balones habrían recuperado presión al final del encuentro, a diferencia de los que se presentaron anomalías a la intemperie.

"Si inflaron los balones adentro del edificio y los dejaron en un mínimo, y luego los sacaron a temperaturas que eran unos 30° F más bajas, eso reduciría la presión por pulgada cuadrada entre 1 y 2", dijo Martin Schmaltz, un profesor de física de la Universidad de Boston al portal Boston.com.

Las teorías no deben quedar reducidas a las presentadas aquí. Cualquier otra teoría para explicar la desaparición de las dos libras por pulgada cuadrada de presión en el aire de los balones en Foxborough es bienvenida en este espacio, incluyendo la combinación de una o más teorías.

Lo que sí es seguro es que Humphrey Bogart no irrumpirá en el salón para desenmascarar al mayordomo, como ocurre en el film noir. Al final, la NFL concluirá su investigación y hará públicos los resultados de la misma. Como siempre, nosotros nos reservamos el derecho de creer o no creer.

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MÉXICO -- Los New England Patriots visitan a los Green Bay Packers en la tundra del mítico Lambeau Field, enfrentamiento entre los dos mejores equipos de acuerdo a nuestros Power Rankings Semanales que se antoja como un posible preámbulo al Super Bowl del próximo 1° de febrero del 2015.

Aquí hay tres motivos por los que no te puedes perder este juego de la Semana 13:

Tom Brady
AP PhotoBrady llega en gran momento a su visita a GB

Brazos de oro. Por más de una década, los enfrentamientos entre Tom Brady y Peyton Manning han dominado las carteleras de la NFL cuando se trata de mariscales de campo de élite, con Aaron Rodgers --posiblemente el mejor pasador en la actualidad-- aguardando en las sombras de la otra Conferencia, la NFC. Este domingo ofrece a Rodgers su primera oportunidad, como mariscal de campo titular de tiempo completo, de jugar ante los Patriots con Brady como contraparte en ese duelo de ajedrez sobre el emparrillado en que se convierte el fútbol americano cuando hay jugadores tan cerebrales al frente de las ofensivas. Brady y Rodgers llevan una relación amigable, pero no esperen ver demasiadas muestras de afecto cuando esté en juego la etiqueta de mejor equipo del momento en la liga. Ambos llegan en gran momento, con Brady registrando 2,998 yardas aéreas con 26 anotaciones y solamente seis intercepciones, y Rodgers presumiendo 2,957 yardas con 30 touchdowns contra apenas tres intercepciones.

¿Ataque terrestre "vintage"? Eddie Lacy viene de su partido más productivo por tierra en lo que va de la campaña, acarreando el ovoide en 25 ocasiones para 125 yardas y un touchdown frente a los Vikings. Al otro lado, LeGarrette Blount viene de una salida en la que llevó el ovoide 12 veces para 78 yardas con dos touchdowns, apenas horas antes de ser reincorporado a New England después de jugar las primeras 10 jornadas para los Steelers antes de ser cortado en Pittsburgh. Antes de eso fue Jonas Gray, otro corredor que llegó a la plantilla a mediados de la temporada --procedente de la escuadra de prácticas--, quien llevó la punta con el ataque terrestre de los Pats, incluyendo una actuación de 201 yardas y cuatro touchdowns en 37 acarreos ante los Colts en la Semana 11. Si los equipos optan por seguir incluyendo a sus poderosos corredores como parte importante del plan de juego, podría ser un duelo que haga recordar las épocas cuando Jim Taylor llevaba "la roca" en la ofensiva de Vince Lombardi.

Aparten lugares en el equipo All-Pro. Rob Gronkowski recuperó la etiqueta de "mejor ala cerrada de la NFL" una vez que se recuperó definitivamente de las lesiones que lo disminuyeron en el último par de temporadas, y ha sido pieza clave para la campaña espectacular de los Patriots. Ningún ala cerrada lleva más yardas por aire que las 812 de 'Gronk', que junto a sus nueve touchdowns apuntan la brújula hacia su segunda inclusión en el equipo All-Pro. Para Jordy Nelson, la competencia está un poquito más fuerte. Sin embargo, el receptor abierto de Green Bay es uno de cuatro jugadores en la NFL que ha rebasado el millar de yardas por aire además de anotar nueve touchdowns. Además, jugar en un equipo contendiente siempre ayuda a ojos de los panelistas de The Associated Press. Un desempeño estelar de Nelson ante los Patriots podría darle el impulso necesario para obtener un merecido sitio en el eqiupo de estelares junto a Gronkowski.

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MÉXICO -- La Semana 11 de la NFL todavía nos tiene reservados cuatro duelos entre equipos con marca ganadora, después de la visita de los Buffalo Bills a los Miami Dolphins para abrir la fecha en jueves, con tres de esos partidos restantes protagonizados por equipos del Top-10 de nuestros Power Rankings.

Sin embargo, de todos los partidos de una jornada que pinta para ser estelar, parece que ninguno llama más la atención que el compromiso entre los New England Patriots y los Indianapolis Colts. Aquí hay cinco motivos para no perderse un duelo de la AFC en el que podría estar en juego la localía en playoffs:

Andrew Luck
Getty ImagesLuck lidera a la liga en yardas por pase

Brazo a brazo. Los mariscales de campo se roban los reflectores en esta partido. Andrew Luck lidera a la liga en intentos de pase (393) y yardas aéreas (3,085), lo que delata una desviación importante en la filosofía ofensiva del coordinador Pep Hamilton, un entrenador que tradicionalmente ha preferido correr el balón más de lo que lanza. Por otro lado, ninguno de los mariscales de campo que ha iniciado todos los partidos para su equipo, ha lanzado menos intercepciones que las tres de Tom Brady (empatado con Aaron Rodgers). No obstante, ambos mariscales de campo entran al partido con una racha negativa frente a su rival en turno. Luck acumula siete intercepciones (el único punto flaco de su juego, en este momento) en sus únicas dos apariciones en contra de los Patriots: tres en la temporada regular del 2012 y cuatro en la pasada postemporada. Por su parte, Brady ha disputado dos partidos en Lucas Oil Stadium (escenario del compromiso de este domingo), y en ambas instancias se llevó la derrota: una vez en la temporada regular del 2009, y la otra en el Super Bowl XLVI, contra los New York Giants. El pasador más exitoso de su generación se medirá ante el que apunta como el más talentoso de la siguiente camada en un encuentro imperdible.

¿El down del dinero? A menudo, se afirma que el down más importante en el fútbol americano es la tercera oportunidad. La defensiva de los Colts es la mejor en la NFL en esta instancia, permitiendo a sus rivales convertir en tercera oportunidad en solamente el 30 por ciento de las ocasiones. La ofensiva de los Patriots, por su lado, convierte en cerca del 55 por ciento de sus intentos de tercera oportunidad, cuando la distancia por recorrer es de 5 yardas o menos. Sin embargo, ese porcentaje se reduce drásticamente a casi la mitad cuando la distancia es de 6 yardas o más. New England no es el equipo de jugadas largas que alguna vez fue, por lo que será fundamental mantenerse en terceros intentos con distancias cortas para darle continuidad a sus avances.

Hay de backfields a backfields. Trent Richardson no ha sido, ni cerca, lo que esperaban los Colts cuando cedieron una selección de primera ronda a los Cleveland Browns por sus servicios. Sin embargo, me cuesta trabajo pensar en un jugador que corra con mayor intensidad que Ahmad Bradshaw, un tipo que parece estar poseído cada vez que tiene el ovoide en las manos. Al otro lado, los Patriots no tienen a ningún jugador de la calidad de Bradshaw, por más que el equipo haya encontrado formas de hacer que Shane Vereen sea productivo, sobre todo en el juego aéreo. Jonas Gray, firmado hace apenas algunas semanas, ha recibido mayores oportunidades que Brandon Bolden, lo que no habla muy bien del estado del backfield en New England. La ventaja para Indianapolis es clara en este departamento.

Tiempo adicional de preparación. Bill Belichick se ha forjado una reputación como uno de los entrenadores que mejor prepara a su escuadra para jugar semana a semana, confeccionado planes de juego muy específicos para cada rival en turno. Esa preparación suele ser más detallada después de las jornadas de descanso, gracias al tiempo adicional del que se dispone. En las 14 temporadas anteriores en que Belichick ha dirigido a los Patriots, acumula marca de 10-4 en los partidos inmediatamente posteriores a la semana de descanso, con una derrota de 24-20 ante los Carolina Panthers en la Semana 11 del 2013 como el antecedente más reciente. Indianapolis presenta un reto de alto nivel para Belichick. Los Colts poseen una ofensiva explosiva que brinda a Luck un buen número de armas ofensivas: Bradshaw, los receptores abiertos Reggie Wayne y T.Y. Hilton, y los alas cerradas Dwayne Allen y Coby Fleener. Defensivamente, el equipo de Pagano está entre los líderes contra el juego terretsre y ya hablamos arriba de su desempeño en terceras oportunidades. Con todo y eso, la historia señala que no es buena idea apostar en contra de Belichick después de la semana de descanso.

¿La patada de la victoria? Si algún día va a ingresar un segundo pateador de lugar al Salón de la Fama, después de Jan Stenerud, no cabe duda de que se tratará de Adam Vinatieri. El pateador de Indianapolis ayudó a los Patriots a conquistar tres Super Bowls, antes de convertirse en pieza fundamental para el título de los Colts en el Super Bowl XLI. Vinatieri no sólo será recordado como uno de los pateadores de lugar con mayor precisión, sobre todo en momentos definitorios, a lo largo de una larga carrera profesional --una que comenzó con los desaparecidos Amsterdam Admirals-- sino que se trata de un jugador que no ha perdido su toque con el pasar de los años. Vinatieri viene montando una racha de 26 goles de campo conectados en forma consecutiva, manteniéndose entre lo mejor de la NFL. Si el partido llega con un marcador cerrado hasta los momentos finales, puede ser Vinatieri el que defina el resultado en contra del equipo para el cual ganó tantos juegos en el pasado.

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MÉXICO -- Los Cincinnati Bengals visitan a los New England Patriots para cerrar la jornada dominical de la Semana 5 de la NFL, y aquí te presentamos los tres temas a seguir en este duelo de la AFC:

Tom Brady
USA TODAY SportsBrady no está contento con el accionar de NE

Tom Brady. Es sencillo atribuir la pobreza ofensiva de los Patriots a la evidente falta de talento que rodea a Brady, especialmente en cuanto a línea ofensiva y receptores, pero no se puede negar que el futuro miembro del Salón de la Fama está jugando por debajo de su nivel usual, también. Reportes recientes señalan fricción entre Brady y la dirigencia del equipo por recientes decisiones de personal, sin lugar a dudas motivadas por el mal paso del equipo, y será interesante ver hasta dónde se le nota al pasador sobre el campo las frustraciones que carga fuera de él. Lo cierto es que sin un mejor nivel de Brady, los Patriots no irán a ningún lado.

Andy Dalton. Sin contar con una ofensiva del nivel de otros cuadros, los Bengals están en la discusión por ser el equipo más balanceado de la liga. Buena parte de la explicación por la cual los Bengals todavía no se convierten en la ofensiva explosiva que quieren ser, suele atribuirse a Andy Dalton. Con apenas dos pases de anotación en tres partidos, está claro que Dalton necesita hacer un poco más si quiere que su nombre sea incluido entre los mejores de la liga. Hoy enfrenta a una defensiva secundaria que ha tenido problemas de cobertura y cuenta con un receptor abierto del Top-5 de la liga en A.J. Green. ¿Podrá aprovechar la oportunidad en horario estelar?

¿Quién atrapa los pases? Durante el 2013, la historia de Kembrell Thompkins fue una de las historias agradables a nivel personal en New England. El ex jugador de El Camino Community College, y de la Universidad de Cincinnati, pasó de ser un novato no reclutado a un titular para los Patriots. Esta semana, fue cortado después de participar en apenas dos encuentros y acumular seis recepciones. New England no va a extrañar la producción --o falta de ella-- de Thompkins, pero lo que sí se necesita saber es quién recibirá los minutos en el terreno que le pertenecían, y qué hará con ellos. Brandon LaFell tuvo una semana de destape en contra de los Kansas City Chiefs en el pasado "MNF", pero el partido estaba claramente fuera del alcance de New England. ¿Lo puede replicar LaFell en un momento más significativo para los Patriots?

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MÉXICO -- Este lunes, los Cincinnati Bengals aprovecharon la reciente ola de extensiones contractuales para brindarle a su mariscal de campo Andy Dalton un alargue que lo vincula con el club hasta el 2020 a cambio de unos 96 millones de dólares, suma que puede ascender hasta los 116 millones mediante escaladores.

Este acuerdo suma seis temporadas a su contrato original de novato, el cual estaba por entrar a su última temporada en el 2014.

Mi primera reacción fue de sorpresa. Hace apenas cuatro días, los Dallas Cowboys otorgaron una extensión contractual a su tackle izquierdo Tyron Smith por ocho campañas y 110 millones de dólares. En el desierto, el esquinero Patrick Peterson recibió una extensión de 70 millones de dólares y cinco años cortesía de los Arizona Cardinals, hace cinco días. A mediados del mes pasado, los New Orleans Saints convirtieron a Jimmy Graham en el ala cerrada mejor pagado en la historia del deporte, a cambio de "apenas" 40 millones de dólares por cuatro campañas.

Tanto Smith como Peterson y Graham son jugadores que han sido elegidos All-Pro, y existen pocas dudas de que, pese a jugar posiciones distintas a la de Dalton --y distintas entre sí-- son mejores jugadores en el presente que el pasador de los Bengals. Por si fuera poco, se antoja que los tres todavía tienen mayor espacio para seguir creciendo, aunque definitivamente esta última aseveración se hace pisando el terreno de la especulación.

Lo que queda claro es el modo en que la NFL ha sobrevalorado financieramente la posición de mariscal de campo. Dalton ni siquiera es el mejor jugador en la ofensiva de Cincinnati --ese honor pertenece al receptor abierto A.J. Green--, pero ya es el décimo pasador mejor pagado de la NFL en cuanto a valor total de contrato, empatado con Peyton Manning de los Denver Broncos.

Andy Dalton
Getty ImagesLas expectativas se acaban de elevar al cielo para Dalton

En cuanto a salarios promedio anuales, Dalton se coloca ahora decimotercero en la NFL, empatado con el ala defensiva Mario Williams de los Buffalo Bills, y por arriba de figuras como el mariscal de campo Tom Brady de los New England Patriots y el corredor Adrian Peterson de los Minnesota Vikings. De los 12 jugadores con un salario anual mayor al de Dalton en este instante, únicamente los receptores abiertos Calvin Johnson de los Detroit Lions y Larry Fitzgerald de los Cardinals no son pasadores.

Sin embargo, lo que más llama la atención de ese listado es que de los diez mariscales de campo que lo encabezan, únicamente Matthew Stafford de los Lions gana más que Dalton sin conocer, lo mismo que el pasador de los Bengals, una victoria de postemporada. Eso constituye un riesgo mayúsculo para las franquicias de Detroit y Cincinnati.

Parte de ello se explica por la urgencia que sienten Lions y Bengals de acabar con la notoria falta de éxito de playoffs recientes. Detroit no ha ganado un partido en la postemporada desde 1991, cuando Barry Sanders era aún el rey de la manada, y Cincinnati no lo ha hecho desde 1990, cuando Anthony Muñoz todavía protegía el lado ciego de Boomer Esiason. Desde aquella última victoria de playoffs, los Lions acumulan siete derrotas consecutivas en playoffs, y los Bengals seis.

Yo no soy proponente de medir la calidad de un mariscal de campo de acuerdo al récord del equipo. Sin embargo, es indiscutible que para que una franquicia logre tener éxito en la postemporada, requiere de un buen líder en la posición de pasador, y Lions y Bengals están haciendo apuestas cuantiosas a que sus actuales mariscales de campo pueden desempeñar ese rol.

Está claro que en la NFL, se paga por la producción que está por venir, o que se cree está por venir, y no por la que fue. Prácticamente todos los contratos son una tirada de dados, y más si se trata de acuerdos de esta magnitud. Sin embargo, también creo que uno de los mejores indicadores de la potencial producción futura es la producción pasada, y ahí es donde me sorprende el tamaño del riesgo que han asumido Lions y Bengals para construir alrededor de Stafford y Dalton, respectivamente.

A eso debemos sumarle que Dalton jamás tuvo que pelear realmente su puesto titular en Cincinnati, ni ha tenido competencia seria por la titularidad desde entonces. A su llegada, Carson Palmer pidió salir y emigró a los Oakland Raiders. Las llaves de la nave ofensiva le fueron entregadas sin mayores obstáculos a Dalton en su año de novato, en el 2011. Los Bengals han optado por la certeza y estabilidad en la posición desde aquel momento, y el equipo nunca se ha atrevido a sumar a la plantilla a alguien que le amenace el puesto.

No estoy diciendo que Dalton jamás va a ganar un partido de playoffs, pero me parece que lo prudente por parte de los Bengals hubiera sido esperar hasta el término del 2014, su último año de contrato vigente, para evaluar la situación y determinar entonces si se extendería o no el acuerdo. Después de todo, no le veo nada de malo a que un jugador y su equipo cumplan totalmente con el pacto que él mismo aceptó años atrás. La apuesta en ese caso es que Dalton gozara de una temporada de destape, ganara el Super Bowl, y sus bonos se dispararan en un año, como sucedió con el caso Joe Flacco y los Baltimore Ravens.

Francamente, me parece que se trataba de un riesgo menor, y uno que felizmente debe asumir cualquier organización: pagar más después de la consecución de un título de Super Bowl. En otras palabras, esperar un año hubiera sido como lanzar una moneda al aire sabiendo que cayendo de cualquier lado, se gana. Si Dalton lidera a la franquicia a su primer título Trofeo Lombardi en el 2014, los Bengals no tendrán empacho en otorgar un contrato superior al que entregaron hoy, a un jugador probado en el escenario más grande. De no ser así, los Bengals hubieran tenido mayor palanca para negociar números favorables con Dalton, a sabiendas que en el draft se pueden conseguir pasadores a un precio ostensiblemente menor para los primeros tres años de carrera del jugador. En cambio para Dalton, otro año de fracaso en playoffs no le hubiera dado impulso suficiente de cara a la agencia libre como para exigir un cheque tan grande en Cincinnati.

Desde el punto de vista del jugador, también hay repercusiones serias. Dalton se ha comprado tiempo en Cincinnati, y ahora no salta al campo con la mente desviada hacia el siguiente contrato. No obstante, el precio es casi tan alto como la cifra en el documento que acaba de firmar. La presión sobre Dalton ahora se centra en el hecho de que el mariscal de campo debe justificar sobre el campo la decisión que tomó el equipo en las oficinas al entregarle un cheque tan grande. El dinero de su extensión contractual eleva exponencialmente las expectativas que hay respecto a su desempeño. Cualquier excusa que se pudiera esgrimir respecto a la relación entre su sueldo de 1.7 millones de dólares para el 2014 y su desempeño ha salido por la ventana. No es aceptable, de ninguna manera, que Dalton siga registrando un Total QBR de 18.1 en postemporada, como ha acumulado hasta ahora en sus tres apariciones. Desde las tribunas, los abucheos serán más sonoros con cada intercepción.

La estrategia de los Bengals en los años recientes ha sido clara: recompensar a los jugadores de núcleo antes que adquirir agentes libres del exterior. El acuerdo con Dalton sigue ese lineamiento, pero el dinero involucrado claramente se desvía de la tradicional noción de que los Bengals eran un club que no gastaba lo necesario para ser competitivo. Pero con el cambio crecen las expectativas. Si Dalton no se gana la recompensa que le ha sido entregada a priori, Cincy podría estar amarrado al menos unas tres temporadas más a un pesado lastre financiero en la posición más importante del juego.

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Chris JohnsonAPTras ser cortado por los Titans, Chris Johnson tendrá la posibilidad de elegir su próximo destino.

MÉXICO -- Este fin de semana, finalmente se dio el esperado anuncio del corte de Chris Johnson por parte de los Tennessee Titans, quienes consideraron que el corredor estelar no entraba más en los planes del equipo para el futuro.

La primera pregunta que surge ahora que Johnson es agente libre es, ¿cuánta gasolina le queda en el tanque?

Johnson jamás ha registrado menos de 1,000 yardas en ninguna de sus seis temporadas profesionales. Además, en cada una de sus últimas tres campañas, todas bajo el mando del ex entrenador en jefe Mike Munchak, Johnson nunca acarreó el ovoide en más de 279 ocasiones. Eso constituye una diferencia notable respecto a los dos años anteriores, cuando bajo Jeff Fisher como entrenador en jefe, Johnson llevó el ovoide en 358 ocasiones durante el 2009, y en 316 ocasiones durante el 2010.

Vale la pena mencionar que sus tres temporadas bajo Fisher, 2008, '09 y '10, terminaron con viajes al Pro Bowl para Johnson, y que durante la campaña del 2009, Johnson se convirtió en apenas el sexto de siete jugadores que han conseguido rebasar la marca de 2,000 yardas terrestres en una temporada de NFL.

Sin embargo, hay que hacer notar que el juego de Johnson sí ha sufrido un declive desde entonces, más allá de una reducción en las oportunidades para llevar el balón.

Mientras que en sus primeros tres años, Johnson acumuló 17 partidos corriendo para 70 yardas terrestres o menos, en sus últimas tres temporadas registró 29 partidos con 70 yardas terrestres o menos.

Su efectividad aportando puntos al marcador también disminuyó. Bajo Fisher, Johnson tuvo ocho partidos sin touchdown terrestre en cada una de sus primeras tres temporadas profesionales, para un total de 24. Bajo Munchak, ese número creció a 13 en el 2011, 11 en el 2012 y 12 en el 2013, para un total de 36 en el mismo lapso. Bajo Fisher, Johnson acumuló 34 touchdowns por tierra, mientras que bajo las órdenes de Munchak, solamente 16.

Además, Johnson viene de su peor temporada en cuanto a promedio de yardas por acarreo, con 3.9 yardas en el 2013, apenas por arriba del 4.0 que registró en el 2011 cuando Munchak tomó las riendas del equipo, y muy lejos del 5.6 de la temporada del 2009, su única como All-Pro.

Es enteramente posible suponer que buena parte del declive en los números de Johnson están relacionados directamente con el cambio de entrenador en jefe, así como por los cambios en la posición de coordinador ofensivo y las modificaciones a la filosofía de juego que ello supuso. Bajo Fisher, Johnson siempre tuvo como coordinador a Mike Heimerdinger. Cuando Munchak tomó el timón, despidió inmediatamente a Heimerdinger para reemplazarlo con Chris Palmer, quien duró apenas una temporada y media antes de ser reemplazado por Dowell Loggains, quien tampoco está ya con la organización.

El último factor que hay que considerar es que en sus primeros años, Johnson contó con muy buenos complementos por tierra en LenDale White y Javon Ringer. Recientemente, Jamie Harper y Shonn Greene no fueron capaces de auxiliar de la misma manera a Johnson para mantenerlo fresco y productivo.

Chris Johnson
APEl nuevo contrato de CJ2K no se parecerá al que acaba de perder

En los días previos a su liberación, los Titans intentaron infructuosamente encontrar un socio de canje dispuesto a asumir un salario de 8 millones de dólares para el 2014, 8 millones para el 2015 y 7 millones para el 2016. Tennessee pidió a Johnson aceptar una reducción salarial que facilitara un posible traspaso pero el corredor se negó. Se reportó en diversos medios que al menos seis equipos preguntaron por Johnson en este lapso: los Atlanta Falcons, Buffalo Bills, Dallas Cowboys, Miami Dolphins, New York Giants y New York Jets.

El salario anual promedio de Johnson lo colocaba en el Top-5 de la NFL, detrás únicamente de Adrian Peterson, LeSean McCoy, Arian Foster, y DeAngelo Williams. El nuevo contrato que reciba estará más cerca de los 3.5 millones de dólares anuales, un poco menos de la mitad de lo que dejó de percibir en Tennessee, y algo más cercano a lo que acordaron recientemente en el mercado abierto Maurice Jones-Drew.

De acuerdo a las cifras más recientes de la situación actual de los equipos bajo el tope salarial, los seis equipos mencionados anteriormente podrían pagar sin problemas un salario de esa magnitud este año a Johnson, con los Cowboys y Giants siendo los dos equipos más apretados (pensando en que todavía falta firmar a la clase de reclutas de draft y agentes libres). Sin embargo, los últimos reportes alrededor de la liga también afirman que Cowboys y Giants ya no estarían interesados en los servicios del tres veces seleccionado al Pro Bowl.

Eso dejaría a Falcons, Bills, Dolphins y Jets como destinos posibles, en principio.

En la NFC, Atlanta no recibió lo que esperaba de Steven Jackson el año pasado. Johnson llegaría como titular por arriba de Jackson --si es que los Falcons no se desprenden de él-- y el contraste de estilos podría ser una fórmula exitosa mediante una buena repartición de oportunidades entre ambos. Lo difícil podría ser el balance de egos entre dos corredores acostumbrados a ser el punto focal de sus respectivas ofensivas. Atlanta además se ha reunido con Charles Sims de North Carolina, De'Anthony Thomas de Oregon y Terrance West de Towson de cara al draft, delatando su interés en sumar a un corredor.

En la AFC Este, la situación es menos clara.

Los Bills tienen a Fred Jackson y C.J. Spiller repartiéndose acarreos, y ambos están por entrar a su último año de contrato. Además, acaban de sumar a Anthony Dixon en la agencia libre. La llegada de Johnson supondría, a mi juicio, la salida de Jackson o Spiller, porque cuesta trabajo imaginar que se puedan repartir las oportunidades entre los tres corredores de manera efectiva. ¿Quién sería el titular en Buffalo? En el proceso previo al draft, los Bills se han reunido con Jeremy Hill de LSU, Lache Seastrunk de Baylor y Andre Williams de Boston College.

Los Dolphins son otro equipo en el que el backfield podría estar completo gracias a la adición de Knowshon Moreno como agente libre, para acompañar a Lamar Miller y Dan Thomas. Johnson también sería titular inmediato en este club, pero es probable que alguno de los otros tres corredores pierda su puesto en el equipo como consecuencia. Miami se ha reunido previo al draft con Ka'Deem Carey de Arizona y Tre Mason de Auburn.

Por último, los Jets son el equipo con más dinero disponible bajo el tope salarial entre los cuatro interesados. También son el equipo con mayor incertidumbre en su configuración ofensiva actual, en la posición de corredor. Actualmente, Bilal Powell aparece como titular, complementado por Chris Ivory, Alex Green y Mike Goodson. Johnson sería titular inmediato, sin discusión. Por último, los neoyorquinos son el equipo que ha contactado a los prospectos de draft de perfil más bajo entre los corredores, en comparación con los tres equipos mencionados arriba. Se sabe que los Jets se han reunido con Dri Archer de Kent State y LaDarius Perkins de Mississippi State, previo al sorteo. New York podría ser el equipo con mayor sentido para Johnson, si aspira a volver a tener una campaña de 300 acarreos.

Como agente libre, Johnson tendrá la oportunidad de elegir dónde aterrizar entre un puñado de opciones. Se espera que tome una decisión en pocos días, y de último momento se puede sumar a la puja algún equipo que no mostró interés en adquirirlo mediante canje. El dinero que se le ofrezca será importante, pero también lo serán las oportunidades de correr el balón que le puedan prometer, y el potencial de playoffs de cada club.

En lo personal, creo que los Falcons y los Dolphins le podrían brindar las mejores posibilidades a Johnson de retomar su nivel de Pro Bowl, y de la mano, serían los dos clubes que considero tienen más posibilidades de meterse a playoffs de entre los interesados.

DE LA BANDEJA DE TWITTER

Por último, vamos con un par de preguntamos que tenemos pendientes en la bandeja de entrada:

Se ha vuelto práctica común en la NFL iniciar la reconstrucción de una franquicia a partir de la posición de mariscal de campo. Los Texans firmaron a un entrenador en jefe especialista en trabajar con mariscales de campo en Bill O'Brien, y se deshicieron del pasador que fue su titular por las últimas siete campañas. Si a eso le sumamos que la defensiva no solamente tiene menos huecos que la ofensiva en Houston, sino que no tiene un sólo vacío del tamaño del que tiene la plantilla detrás de centro, está claro que la urgencia dicta que este equipo no puede salir del draft sin un prospecto que debe estar listo para jugar como titular desde su temporada de novato. Este equipo puede ganar con una defensiva más o menos en el estado actual, bajo las órdenes del nuevo coordinador Romeo Crennel, pero de ninguna manera va a ganar con las opciones actuales que hay entre los pasadores: Ryan Fitzpatrick, Case Keenum y T.J. Yates. Yo espero ver que un novato elegido primero global sea titular desde la Semana 1, o a lo sumo que aparezca como suplente durante el primer mes o mes y medio, y luego tome las riendas como titular para el resto de la campaña.

Siendo realistas, exigirle dos temporadas más a Tom Brady al nivel que ha mostrado recientemente ya es bastante. Después de todo, ¿cuántos reclutas de sexta ronda te entregan 14 temporadas de NFL, 12 como titular de tiempo completo, incluyendo nueve nominaciones al Pro Bowl, cinco apariciones en Super Bowl y tres anillos? Sin embargo, Brady está acostumbrado a sorprendernos con un nivel consistentemente alto, y no me sorprendería verlo jugar así todavía por tres años más. ¿Cinco campañas? Eso sí lo dudo. Francamente me parece que tres es un número realista.

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