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Cruz Azul y Boy: cuando "el amor" se acaba...

Ni en la cancha, ni en la proximidad de la banca. En ninguna parte. La sociedad entre Cruz Azul y Tomás Boy ha ingresado a un paraje pobre, donde la relación entre ambos parece desgastada y arruinada. No hay más “amor” ni aquella atracción “casi fatal” que tenían antes de conocerse. Cruz Azul no ha sido lo que se esperaba con Tomás Boy y parece que no vale la pena seguir alargando una correlación que no va a terminar bien de ninguna manera. Boy está en lo suyo: empieza a “tirar golpes” como despedrado cuando se siente un boxeador acorralado y Cruz Azul está también muy en su papel, de un equipo conservador, que no toma decisiones precipitadas y que intenta reflexionar las cosas... Esto no pinta “azul", no pinta nada bien...

LOS ANGELES, CA.- La relación entre Cruz Azul y Tomás Boy parece uno de esos matrimonios que sólo subsiste por la necesidad de guardar o cuidar un estatus o una normativa social. Ambos están desgatados. Cruz Azul no está cómodo ni futbolística ni tampoco con la personalidad que de pronto ha adquirido. Y Boy está dando “patadas de ahogado”, metiéndose en líos que no le corresponden, abriendo nuevas heridas y hundiéndose en un cauce sin fondo.

Que irónica es la vida y también el futbol: tanto se añoraban mutuamente Cruz Azul y Boy que, hoy, casi no se soportan...

Entiendo, respeto y quizá hasta aplaudo la decisión de Cruz Azul de cuidar los tiempos, los procesos y las formas, pero hay algunas relaciones que se desgastan a tal grado que mantenerlas o intentar sobrellevarlas lo único que hacen es lastimarse más el uno con el otro.

No es justo, primero, por Cruz Azul. No es justo tampoco por Tomás Boy.

Lo dice alguien que mes a mes, semana con semana, día tras día “reclamaba” y urgía que Billy Álvarez tomará una decisión que le diera al querido club y a la respetada Cooperativa un figura con la personalidad de Tomás Boy. Para muchos de nosotros, era una garantía. La unión, entre “La Máquina” y Boy, daría como resultado, finalmente, los títulos y la gloria esperada.

Nada de ello ha sucedido. Todo lo contrario.

En la cancha, futbolísticamente hablando, Cruz Azul no funciona. No responde a la gran inversión que el club volvió a realizar. El equipo muestra, de vez en cuando, cierta mejoría, pero vive aún atormentado por lo que sucedió aquella tarde de sábado ante el América, donde en los primeros 45 minutos propuso “el despegue” del Cruz Azul de Boy y en los otros 45, estableció “la tumba” de Boy en Cruz Azul.

Luego y siempre están las formas, las maneras. Yo era de los que juraba y perjuraba que Cruz Azul necesitaba “sangre caliente” en las venas. Un personaje dinámico y expresivo desde la banca, incluso con algunas de sus exageraciones ++como la de anoche tras ganarle 4-0 un partido de Copa al Mineros de Zacatecas++ eran necesarias para la transformación definitiva del equipo celeste.

Lo de Boy y Cruz Azul no funciono. El vaticinio, de algunos, la profecía, de otros, termino de golpe y porrazo. No encontró fundamentos en la cancha y se fue ahogando fuera de ella.

Tomas Boy no puede buscar culpables. Como “hombrecito” que es, responsable de sus decisiones y de sus actos, debe asumir lo que está ocurriendo en Cruz Azul. Yo creo que si hubiese tenido un “poco de vergüenza”, habría renunciado tras el 3-4 del América en aquel poco memorable partido para la historia de Cruz Azul.

Respeto a Billy Álvarez y a quienes toman las decisiones en Cruz Azul. Sé que “caer” en el ya “tradicional” juego de los clubes de echar al entrenador a media temporada no es una costumbre del club. Hacerlo, sería tanto como caer en el estilo de Boy, que definitivamente, no parece corresponderle a Cruz Azul.

Tengo que decirlo abierta y públicamente: no sólo se equivocó Cruz Azul con Tomás Boy. Nos equivocamos todos, todos aquellos que creíamos firmemente en que su estilo de futbol, su carácter y hasta sus excentricidades terminarían colocando al club en el sitio que históricamente merece. No fue así. La relación se ha desgastado y hoy parece uno de esos matrimonios que por cuidar la compostura, por mantener ciertos estatus o normativas sociales, están soportándose el uno al otro, cuando “el amor”, y el respeto se fueron y no hay forma de recuperarlos.

@Faitelson_ESPN