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La Volpe pone al América en una encrucijada...

Mientras el equipo gana en orden, regularidad y asciende en la tabla general, el entrenador argentino incrementa “sus bonos” de cara a la dirigencia que, según dicen, hacia planes de removerlo en el verano que se aproxima. Este América no juega con un estilo que le guste a sus aficionados, pero ha logrado, a pesar de sus grandes ausencias y obstáculos, colocarse en un sitio de competitividad en la tabla general cuando el torneo entra a su recta final. Es difícil saber para qué alcanzará este América, como también es difícil adivinar cuál será el futuro de La Volpe. Por lo pronto, el estratega argentino ha metido al propio América en un dilema...

LOS ANGELES, CA.- Ricardo La Volpe se las ha ingeniado para colocar al propio América en un verdadero dilema.

Aquellos que contaban con los dedos de una mano las semanas o quizá los meses para que el entrenador argentino dejara al club están hoy en una encrucijada. La Volpe ha puesto al América en un nivel competitivo, quinto lugar de la tabla general con 21 puntos, cuando faltan solo cuatro fechas para el final del campeonato regular. El América estará en la liguilla. Jugando bien o mal, repartiendo más bostezos que emociones, pero jugará en la fase final y ahí, sin duda, el peso de su camiseta, su experiencia en esta zona del torneo podrían ser determinantes. El América, sin garantías de nada, promete ser un rival peligroso para cualquiera.

Da la impresión de que después de superar todos los obstáculos, ausencias por lesión, bajas de juego, suspensiones por indisciplina, La Volpe merecería “un premio”: que el América lo ratificará como su entrenador y que le extendiera un contrato aún más allá del próximo verano. Eso, sin embargo, parece lejos de suceder.

La rumorología, una de las “ciencias” más utilizadas en Coapa, indicaban que los dirigentes del club, mientras el América navegaba por aguas turbulentas en el inicio del torneo, ya hacia planes para un nuevo entrenador. Aparecían, como siempre, nombre a diestra y siniestra: El ya ansiado regreso de Miguel Herrera o quizá un viejo “sueño” del americanismo llamado Víctor Manuel Vucetich.

La realidad es la realidad: el América no juega bien al futbol, o mejor dicho, no lo hace de manera atractiva, no sigue los lineamientos históricos que ha tenido su camiseta en la cancha, pero es efectivo a pesar de todas las ausencias que ha tenido en su alineación. Y si uno coloca en la balanza el trabajo de La Volpe se dará cuenta enseguida que ha hecho “mucho” con “poco” y que es ahí, justamente, donde se nota la mano de un buen entrenador.

Algunos, al interior del mismo América, esperaban agazapados la caída al infierno de La Volpe. Eso no ha sucedido. El experimentado estratega ha recurrido, como él mismo lo explicó el miércoles por la noche en el Azteca, a las bases de cualquier cuadro de futbol: la solidez defensiva. La Volpe le ha dado orden al América en sus partes o zonas más delicadas. Un equipo bien parado atrás, que intenta salir con el balón dominado y que después, apenas cruzando la media cancha, en la región de las decisiones y el ingenio, fracasa rotundamente. No encuentra profundidad ni ideas frescas, pero que le basta con una jugada diferente de Michael Arroyo, que termina en un rebote y que le cae a la cabeza de su hombre más comprometido en el ataque, Oribe Peralta, y con eso listos. A sumar y a pensar en la liguilla.

No hace mucho tiempo, Ricardo Peláez encabezó la despedida de un entrenador que había sido campeón con el América. El famoso caso de Antonio Mohamed. La relación entre ambos no existía. La relación entre Peláez y Lavolpe pasa por respeto y nada más, pero lo que no parecía tener un futuro muy halagüeño, ha encontrado hoy, en la tabla general, en la regularidad, una verdadera encrucijada. La Volpe tendría que tener su futuro asegurado en Coapa. No lo tendrá, ni siquiera con un el trofeo de la Liga en la mano.

@Faitelson_ESPN