Para muchos, el 2-2 fue un buen resultado para el Guadalajara en el juego de ida de la gran final del futbol mexicano, pero si se toma en cuenta las circunstancias que rodearon al encuentro, la ventaja de que tenía que Chivas cuando el partido entraba a su recta final y lo poco brillante y profundo que resultó Tigres, entonces prevalecen las dudas.
Si Chivas hubiese sido un poco más temerario anoche en San Nicolás de los Garza pudo hasta haber asegurado el título. Al final, se va contento con el empate y hasta con no haber perdido. Pero más allá del resultado, Almeyda debe estar preocupado porque Chivas abandonó casi por completo su estilo, el estilo futbolístico que le llevo hasta estas instancias.
CIUDAD DE MEXICO -- Nadie parece tener duda de que el 2-2 fue un buen resultado para Chivas, excepto yo.
¿Por qué? Es muy simple: Tenías -permítame hablar en primera persona para ejemplificar mejor lo que siento- una ventaja de 2-0 en el Estadio Universitario de San Nicolás de los Garza a los 85 minutos del juego de ida de la gran final, tenías a Tigres en 'la lona', listo para darle 'el tiro de gracia' y asegúrate el trofeo de campeón cuando todo mundo pensaba que corrías peligro en el primer juego y al final te vas "contento" o 'satisfecho” con haber empatado el juego o si se me apuras más, con no haber perdido.
Yo creo que Chivas fue muy precavido anoche en Monterrey. Se encontró con dos goles -que no estoy seguro si los merecía- por errores del portero Nahuel Guzmán y luego, cuando al comienzo de la segunda parte, se veía más confiado y mejor posicionado en la cancha, tuvo cierto “temor” de lanzarse a fondo y asegurar el partido y quizá también el campeonato. Trato de recordar algún momento donde el Guadalajara haya ligado tres o cuatro pases y la verdad no lo encuentro. Tuvo muchos problemas para conservar el balón. Perdió muchas pelotas en la salida y aún así, ante un Tigres poco brillante, obtuvo un resultado que a muchos parece satisfacerles.
Lo que esta claro tras el primer episodio de la Final es que Chivas abandono su estilo, el estilo futbolístico que le valió para llegar hasta este instancia y que Tigres, sin estar en su mejor noche, tuvo lo necesario para volver cuando parecía perdido en el partido y en la eliminatoria.
Los ingresos de Damm y de Damián Álvarez le dieron a Ferreti otra dimensión del campo. Abrió la cancha, intento desbordes, hasta que uno, por izquierda, fructifico y cayó en los pies del imponente André-Pierre Gignac. El francés estuvo callado durante poco más de 80 minutos. Apareció en el momento justo y le dio a Tigres un resultado que anímicamente lo deja más cerca del titulo.
Partido extraño el del inicio de la final. Fue emotivo, pero no bien jugado. Tuvo goles, muchos errores y poca brillantez. Hubo lucha y quizá un error arbitral en el hecho de que Javier Aquino debió haber sido expulsado tras un pisotón por la espalda a Rodolfo Pizarro.
La Final del futbol mexicano: Y sí, la “moneda esta en el aire”, pero queda la sensación de que Chivas tuvo esa “moneda” en su bolsa y la dejo ir, la perdió…