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Siguiente parada: Kazán, Portugal y CR7

Y México tiene prohibido desperdiciar el panorama que se le presenta. El domingo, en el Azteca, ante Estados Unidos, volvió a evidenciar que tiene varias interrogantes sin resolver alrededor de su funcionamiento colectivo e individual, mismas que, en apariencia, no le permitirán competir en el nivel que significa la Copa de las Confederaciones. Pero cada partido es diferente y la mentalidad del futbolista y del entrenador suele ser caprichosa y enigmática ante cada acontecimiento. Lo que está claro es que el futbol mexicano debe aprovechar la oportunidad que se le presenta de enfrentar al Campeón de Europa y al mejor -para muchos- futbolista del mundo.

CIUDAD DE MÉXICO.- La siguiente estación no tiene “desperdicio” para el futbol mexicano: Copa Confederaciones, Kazán, el campeón europeo y -para muchos- el mejor futbolista del mundo.

Las horas previas, sin embargo, no parecen las más optimistas. A la selección mexicana le faltaron recursos futbolísticos, ideas, profundidad, imaginación para vulnerar la férrea y ordenada defensiva que planteó el equipo de Bruce Arena. Ganarle a Estados Unidos era una cuestión de orgullo para el aficionado mexicano que se quedó, indudablemente, con un sabor “agridulce”. Los números del hexagonal siguen siendo inmensamente positivos, pero el funcionamiento colectivo del equipo de Juan Carlos Osorio ha dejado muchos vacíos y muchas preguntas sin responder.

México amaneció más cerca de Rusia, pero también más lejos del nivel futbolístico que le permita competir ante las grandes potencias.

Lo que sigue nada tiene que ver con la Concacaf. México llegará esta tarde a territorio ruso para afrontar la Copa de las Confederaciones, un evento que tiene prohibido desperdiciar. Debe salir a la cancha a demostrar que puede competir en el campo ante las potencias más desarrolladas del juego, que su futbol da para más que una eliminatoria del área, que ha crecido, individual y colectivamente, que puede constatar con hechos que se trata de una generación encumbrada y que el entrenador es realmente el personaje que puede conducirle al siguiente nivel. Todo ello se presenta como una gran oportunidad. La Copa Confederaciones es un “regalo” que México no puede rechazar ni desperdiciar.

¿Ganar la Copa Confederaciones? ¿Llegar a las semifinales? Sigo pensando que lo que más importan son las formas, los modos, las maneras, el estilo en la cancha. A eso va México a Rusia, más allá del resultado o del éxito. A demostrar que su futbol tiene detrás una enorme pasión y una desarrollada industria capaz de acercarse a las grandes potencias. Este es el lugar, este el sitio. No en la Concacaf. Aquí es donde valen las condiciones del futbolista y de un equipo. Hay que salir a demostrarlo.

Más cerca de Rusia, a través de la Concacaf, pero más lejos de un funcionamiento futbolístico que pueda garantizarle competencia ante los mejores del futbol. Lo que sigue será la verdadera prueba. Porque la siguiente parada de México es Kazán, el domingo, temprano en horario mexicano, para afrontar al Campeón de Europa -Portugal- y al mejor futbolista del mundo -Cristiano Ronaldo-. Mejor panorama, imposible.

@Faitelson_ESPN