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México y el "túnel del tiempo"...

Volver al futuro, quedarse en el presente o incluso recluirse en el pasado. El futbol de México aprovechó el domingo en Kazán para volver al sitio donde históricamente ha permanecido: un lugar desde el cual aspira a jugar, a competir y a vencer a las grandes potencias de este deporte llamado futbol. Un año después, un año más tarde, hoy, y siempre, la selección de Osorio está de vuelta en la plataforma para aspirar al paso de calidad que tanto añoran los aficionados mexicanos al futbol. La pregunta es: ¿Jugará, al fin México, en el tiempo y en el espacio que le corresponde?

MOSCU, RUSIA.- Un año después...Un año antes. Después del 7-0 ante Chile y antes de la Copa del Mundo, el futbol mexicano volvió a respirar en el sitio en el que ha estado, prácticamente, en toda su existencia: en la esperanza de dar el siguiente paso de calidad, de poder jugar, competir y vencer a las potencias más desarrolladas de este deporte llamado futbol.

Y aquí estamos, en volver al futuro o en quedarse en el pasado. En el túnel del tiempo que propone siempre el futbol de México.

México no juega todavía al 'Tiki-taka', pero empieza a hacerlo del 'tú a tú' y eso por ahora es profundamente esperanzador.

Juan Carlos Osorio parecía más eufórico y satisfecho que nunca. "Hemos jugado de tú a tú ante el Campeón de Europa", decía y subrayaba el entrenador colombiano atenuando el término "Campeón de Europa" que le corresponde la selección portuguesa. ¿Y cómo no iba a ser así? Osorio estaba enviando un mensaje contundente a sus jugadores, a los aficionados y sobre todo a sus detractores de que puede competir en el otro nivel futbolístico, en el mismo que había tropezado desastrosamente 365 días antes a las afueras de San Francisco. Esta vez, su equipo, su futbol, sus sistemas sus rotaciones, habían funcionado.

Osorio puso en la cancha un equipo conformado sólo por jugadores "europeos", solo "europeos" para jugar ante el último "Campeón de Europa". Y México jugó con personalidad, con dominio de la situación, ejerciendo una presión alta, manteniendo el control del balón y aminorando la peligrosidad de los portugueses y de Cristiano Ronaldo. Y eso basto, fue suficiente para al final dejar un una buena sensación. Un equipo que no renuncia a sus obligaciones, que no se esconde ni se atemoriza y que más allá de sus muchos o pocos defectos, es capaz de competir y acercarse a las grandes potencias del juego.

Lo que México mostro el domingo a las orillas del Volga es el sueño largamente añorado por el aficionado al futbol mexicano: una selección que más allá del resultado, compita y pueda hacerlo con un juego cargado de personalidad y responsabilidad.

Ahora, lo que sigue, tiene que ver con otro tema que históricamente ha afectado al futbol mexicano: la capacidad de ser constante. La regularidad es fundamental. De nada habrá servido las bondades que mostraste ante Portugal si no presentas un equipo y un futbol serio ante Nueva Zelanda y ante Rusia. De ahí la trascendencia de mantener los pies bien puestos sobre la tierra. No festejar en demasía, pero tampoco atenuar demasiado un empate con un futbol competitivo ante el Campeón de Europa.

Estoy seguro de que Osorio sabe bien que falta mucho por trabajar y pulir y que el nivel que enseño en el inicio de esta Copa Confederaciones están aún lejos del verdadero nivel que puede alcanzar el futbol mexicano. Pero finalmente ha superado lo más importante. La parte mental que históricamente ha perjudicado y atrofiado al futbol y al futbolista mexicano. La forma en que el equipo ha salido a jugar en Kazan es una muestra de lo que se puede hacer siempre ante las grandes potencias de este deporte. Jugar sin complejos, sin ataduras, sin miedos. Puede ganar o perder, pero hacerlo con la misma intensidad y un estilo definido de juego.

Aquí, en Rusia, en el inicio de la Copa de las Confederaciones, a un año del 7-0 ante Chile y a 365 días del Mundial, México dio un pequeño gran paso hacia lo que finalmente busca, anhela y sueña su futbol. Competir ante la clase más privilegiada del futbol.

@Faitelson_ESPN