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México juega "con fuego"

Y puede “quemarse”, porque la FIFA está buscando un simple pretexto para aplicar, finalmente, un castigo por el grito que cierto sector de los aficionados realizan cuando el portero rival despeja el balón. Es una pena, pero parte de la culpa es de los propios dirigentes mexicanos que, en un principio, defendieron la expresión como parte de la cultura y la tradición del mexicano. Error, craso error que pueden pagar muy. Y mientras tanto, es una pena que el tema tape la gran exhibición futbolística que México tuvo ante Portugal y que abre sus expectativas para seguir avanzando en la Copa de las Confederaciones...

MOSCU, RUSIA.- México “juega con fuego” y puede quemarse. En cualquier momento, puede quemarse.

El asunto amenaza con transformarse en un escándalo de dimensiones mayúsculas, en medio de una doble moral. La doble moral del futbol mexicano y la de la propia FIFA.

Y aquí estamos, en plena Copa de las Confederaciones, tras una muy decorosa actuación ante el Campeón europeo, hablando más de un tema tan bajo y deleznable como “el grito” de carácter homofóbico de algunos aficionados en lugar de resaltar las virtudes futbolísticas y las expectativas que de pronto se la han abierto al futbol mexicano en esta futura tierra mundialista. Es una verdadera pena, pero ese ha sido el tema que ha acaparado la atención previo al choque ante Nueva Zelanda. Y al “juego”, a este juego, se ha incorporado, yo diría de forma poco afortunada, el entrenador mexicano, Juan Carlos Osorio, quien declaro: “Hay cosas peores y que generan más violencia que ese grito...”

En medio de una doble moral del futbol, una doble moral de la Federación Mexicana de Futbol y de la propia FIFA, hay, evidentemente, un peligro latente: que en cualquier momento se le aplique un castigo al futbol mexicano. ¿Cuál y en donde puede ocurrir ese castigo? Ya, en esta misma Copa Confederaciones, el escenario ideal que la FIFA puede utilizar para enviar un mensaje contundente de que las tribunas de futbol no son deben ser escenarios de violencia, discriminación e intolerancia.

México fue el primer culpable en la situación. ¿Por qué? Porque salió a defender el grito y lo protegió como una expresión que es parte de nuestra cultura, tradición o folklor. Primero fue Justino Campean, hace cuatro años, en plena Copa Confederaciones de Brasil y después fue Decio de María, quien condujo el caso ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte tras las multas que la FIFA le impuso. México defendió su grito. FIFA está dispuesta a ir hasta las últimas consecuencias. Cuidado. Cuando se juega con fuego ante la FIFA, te puedes “quemar” en cualquier momento.

Se imaginan ustedes un escenario donde el grito prevalezca esta noche en Sochi durante el juego ante Nueva Zelanda. ¿Podría la FIFA quitarle, en caso de que México gane, los tres puntos? La situación, además, indirecta o directamente favorecería al anfitrión Rusia. Por defender, además legítimamente, un manifestación homofóbica, la FIFA ayudaría a cuidar sus propios intereses y los del dueño de casa, del cual depende el éxito de esta Copa Confederaciones.

Es una lástima que no se aproveche el marco de la Copa Confederaciones para hablar del futbol mexicano, de sus futbolistas, de sus bondades y de sus condiciones al futuro y que en lugar de ello estemos desaprovechando el tiempo para resaltar un grito ofensivo, bajo, corriente y que de ninguna manera tiene que ver con nuestra gran cultura y grandes tradiciones.

@Faitelson_ESPN