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¿La mejor generación del futbol mexicano?

Alguien o algunos han alimentado esa creencia, cuando parece que se trata, otra vez, de un grupo de futbolistas que se quedarán al margen del gran paso que anhelan y sueñan los aficionados mexicanos al futbol. ¿La mejor generación de la historia? Lo que hay es una amalgama de algunos jugadores que han sido parte de los buenos resultados que han alcanzado las selecciones con límite de edad en las últimas dos décadas. Jugadores que prometen o prometían impulsar al futbol mexicano al siguiente nivel y que se quedaron como una vaga esperanza. Basta de mentiras. No es esta la mejor generación de futbolistas en la historia de México. Es una camada con buenos exponentes, algunos de ellos ya de "salida", que han ganado lo mismo que otras generaciones.

LOS ANGELES, CA.- Las mentiras de cada generación. Las mentiras generacionales del futbol mexicano.

La Copa Oro debe servirle para algo a México y a su entrenador. Y uno de los temas más urgentes que tiene pendiente el futbol mexicano se refiere a un cambio generacional. Llamada por algunos -entre ellos Ricardo La Volpe- como "la generación más dotada en la historia del futbol mexicano", la realidad es que se trata de la misma base de futbolistas que actuó en el último Mundial y que pareció alcanzar un límite en aquel juego ante Holanda. Los tiempos se han apresurado en el mundo del futbol. Lo acabamos de atestiguar con la selección alemana. Nombres como el de Márquez, Ochoa, Guardado, Oribe, 'Chicharito' y Layún pueden seguir aportando a la selección, pero deben aparecer otros que le den un ritmo, una velocidad, un sello diferente y hasta otra personalidad al futbol mexicano. Probarlos en esta Copa debe ser uno de los principales objetivos de Osorio.

Hemos vivido en una nueva "mentira". Como ocurrió hace 12 años, después de la hazaña de los "niños" en Perú o como sucedió hace poco con otro título mundial a nivel sub-17 o, incluso, con la gloria recogida en aquella memorable tarde de verano del 2012 en Wembley. Esta es la "generación dorada", esta la "generación soñada", esta es la "generación" que nos mostrará la "tierra prometida", este es la generación que provocará, finalmente, el cambio. ¿Cuál cambio?

Alguien se atrevió a decir que tenemos hoy a la mejor camada de futbolistas de todos los tiempos. Es esta la misma que jugó en el Mundial del 2014 y que alcanzó el límite de la eliminación en Fortaleza durante la recordada tarde del "no era penal". Es la misma que acaba de mostrar poco o ningún avance en el mayor examen que afrontará antes de la cita mundialista del próximo verano. ¿Sigue siendo la mejor generación en la historia del futbol mexicano?

Hay quienes suponían que los resultados de México en selecciones con límite de edad -incluyendo y resaltando la medalla de oro en los Juegos Olímpicos del 2012- allanarían el camino para encontrar el éxito y hasta la gloria. Seguimos esperando que Giovani y Vela "exploten" de la forma en que su carrera prometía en aquel 2005 o quizá recoger los frutos de un segundo título a nivel sub-17 o que la hazaña de Wembley termine por llevar a este futbol a los niveles para los que fue concebido y soñado. No ha sido así. No ha sido fácil ni sencillo y hemos vivido de la ilusión a la desesperanza continua. Hemos sufrido también el permanente engaño de que tenemos a los mejores futbolistas de la historia. Casi todas las generaciones, exceptuando las selecciones con límite de edad, han ganado y perdido lo mismo. No hay un avance substancioso en los últimos mundiales. Siempre se ha llegado al mismo punto, a la misma condición y siempre nos hemos quedado con la sensación de que se podía lograr más.

Ni El Salvador, el pasado domingo en San Diego, ni Curazao o Jamaica ni siquiera algo más adelante en esta Copa Oro nos ofrecerán un parámetro adecuado de las condiciones del futbol mexicano. Lo que se vio, se vio y punto. Por ahora será imposible borrar los pasajes tenebrosos que en la cancha sufrió la selección mexicana cuando jugó ante Alemania o frente a Portugal en tierras rusas.

La continuidad, reiterada o ratificada la semana pasada por el propio Decio de María, es buena, aunque llegó acompañada de una advertencia por parte del propio Osorio sobre que sostendrá -como era de esperarse- su sistema de rotaciones o de competencia interna. Veremos, hasta donde, esas formas le permiten a Osorio encontrar un cuadro base que muestre armonía y entendimiento en la cancha y que supere las graves deficiencias defensivas y las carencias de profundidad y hasta de creatividad que padeció durante la Confederaciones.

No hay ni tiempo ni espacio para probar demasiado. La continuidad es positiva para un futbol acostumbrado a romper y desparecer proyectos. Osorio va a mantener su sistema de rotar futbolistas (y quizá hasta probarlos y cambiarlos de su posición original) y México no tendrá oportunidad alguna de probarse en esta Copa Oro, o en el resto de la eliminatoria de Concacaf en un nivel competitivo que le ofrezca una medición sobre sus expectativas para el Mundial. Ganarle o golear a estas "pobres" selecciones centroamericanas y caribeñas no servirá de mucho.

Dejemos de vivir en el engaño. No hay una generación que sea mejor que la otra. Hay buenos futbolistas como los hubo en el pasado reciente -Hugo, Cuauhtémoc, Zague, Borgetti, Luis Hernández, Luis García, Palencia-, pero esta no es la mejor generación de la historia y parece lejos de provocar el cambio que tanto sueñan los aficionados mexicanos al futbol...

@Faitelson_ESPN