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¡Devastador!

No sólo el futbol, sus futbolistas, sus aficionados, también alguna parte de la sociedad. El impacto por el escándalo que aborda a Rafael Márquez es profundo e hiriente. El propio futbol mexicano podría y puede seguir subsistiendo de las realidades y hasta de las sospechas de su cercanía al narcotráfico y al crimen organizado, pero no él, no Rafael Márquez, no lo que estas y muchas otras generaciones conocen y reconocerán como “El Futbolista, “El Capitán”, la imagen fuera y dentro de la cancha de algo más que un deporte. Es una pena. Es devastador.

LOS ANGELES, CA.- Si este no es el final, parece serlo...

El impacto ha sido terrible, devastador, catastrófico para un futbol y hasta para una sociedad que ya no tiene claro cuáles son sus valores y su verdad. Rafael Márquez no representa sólo a Rafael Márquez. Representa a generaciones enteras de niñas y niños que veían en él una imagen a quien seguir.

Creo en la duda razonable y en el derecho que tiene cada persona de defenderse y demostrar su inocencia. Me gustaría que Rafael Márquez lograra alejar su nombre de las duras imputaciones que ha recibido. Quiero, más que “creo”, que lo puede lograr. El tiempo descubrirá la realidad. Donde no le sobra tiempo es en la cancha. A sus 38 años de edad, me parece imposible que sostenga hoy su carrera con el Atlas y con la selección mexicana en camino a un quinto Mundial. La cabeza de Márquez debe estar, obviamente, en otro sitio. Creo que va a ser difícil, prácticamente imposible que continúe con su carrera como futbolista. Me gustaría creerle más a Rafael Márquez que al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. El tiempo promete descubrir la verdad con Rafael Márquez, tiempo que, lamentablemente, se le agota en la cancha de futbol. Si este no es el final, parece serlo.

En un país infestado por temas ligados al narcotráfico y al crimen organizado, el futbol, su boyante y prospera industria, era y parece ser demasiado apetecible para mantenerse al margen. El narco llegó, se estableció y preocupo al futbol mexicano. La FMF encabezó una cruzada, hay que darle el crédito a Justino Compean y a Decio de María, para tratar de frenar y alejar a esos capitales de ambigua procedencia. Algunos de ellos, obviamente, se quedaron, sobre todo en divisiones inferiores. El escándalo de los Mapaches de Nueva Italia en pleno campo de Coapa, las sospechas, en su momento, sobre el Celaya y La Piedad y hasta llegar a este episodio que liga a un equipo de Jalisco con el narcotraficante Raúl Flores Hernández.

El futbol mexicano podía y puede seguir viviendo de las sospechas de que los tentáculos del narco y del crimen organizado lo han abordado. Así ha ocurrido en las últimas dos o tres décadas, con ejemplos fehacientes de ello, pero no estaba listo para esto. Y es que el escándalo llegó hasta el “Capitán”, no a un “marinero” común y corriente que puede ser substituido. El escándalo abordo a uno de los mejores futbolistas de la historia, a un emblema de la cancha, de la calle y de la sociedad, al gran y único Rafael Márquez, a lo que las generaciones viejas y modernas conocemos y reconocemos como “El Futbolista”.

El tiempo parece agotarse para Rafael Márquez, quien, como él mismo dijo, juega “el partido más difícil de mi carrera...”

@Faitelson_ESPN