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Una "crisis" disfrazada por Concacaf

Tras una verano desastroso -no hay otra manera de calificarlo- la Selección Mexicana vuelve a la actividad y está muy cerca de celebrar la obtención prematura -y también tranquila- del boleto para el Mundial de Rusia 2018. La realidad de la cancha no se refleja en la tabla eliminatoria de su zona geográfica futbolística. La realidad se reflejó en la Copa América de hace un año y en la Confederaciones de este verano. ¿Hacia dónde va la selección mexicana? ¿Podrá competir en canchas rusas como lo hizo en los últimos tres mundiales? Las respuestas no son precisas, más bien son inciertas y tenebrosas.

LOS ANGELES, CA.- ¿Crisis? ¿Cuál crisis? Basta con ver la tabla de la eliminatoria de la Concacaf para darse cuenta de que México podría celebrar en las próximas horas una prematura clasificación mundialista, dejando de lado todos los contratiempos y hasta los "fantasmas" que le acompañaron hace 4 años, cuando se tambaleaba en camino al Mundial de Brasil.

Supongo que esa es la forma en la cual se percibe el clima alrededor de la selección en las oficinas de la Federación Mexicana de Futbol y en aquellos que están para cuidar los "sagrados" intereses de la industria. Pero hay algo que no podemos tapar ni olvidar. La Selección Mexicana procede de un verano sumido en el fracaso. No se lograron los objetivos que se habían trazado para la Copa Confederaciones y la Copa Oro y ninguna de los dos equipos que se vistieron "de verde" mostraron condiciones futbolísticas. En lugar de avanzar, la selección pareció mostrar un retroceso.

El gran problema -que para muchos más que un "problema" es una "bendición"- ocurre cuanto llega el momento de volver a la comodidad de tu zona futbolística. Y ahí, en medio de la pobreza, la mediocridad y muchas veces la mezquindad futbolística de sus rivales, México sigue consiguiendo resultados. "En tierra de ciegos el tuerto es rey".

Por más que el proceso anterior haya sido complicado, escabroso y por momentos vergonzoso, sigo pensando que Juan Carlos Osorio no fue contratado por el futbol mexicano para lograr una clasificación mundialista. Osorio fue traído México para tratar de continuar con el proceso evolutivo que ha tenido el futbol mexicano en los recientes mundiales. El nivel de juego y las sensaciones alrededor de esta selección no son, de ninguna manera, positivos. Con el mejor nivel de juego que ha mostrado la Selección Mexicana en los últimos meses, no parece existir ninguna certeza de que competirá en los estadios rusos como lo hizo en Brasil, en Sudáfrica o en Alemania -en las ultimas tres Copas del Mundo-.

El verano confirmó y al mismo tiempo descubrió un México confundido en la cancha. Sin un estilo definido para jugar el futbol, con jugadores lejos de su nivel y con un entrenador que en medio de la polémica por la rotación de alineaciones, se daba el lujo de experimentar con futbolistas fuera de su posición. Irónicamente, ello ocurre justo en la época donde el futbol mexicano podía presumir a la mayor cantidad de futbolistas integrados a clubes europeos.

La crisis de una selección se vive mejor en el primer lugar de tu zona eliminatoria mundialista, pero parece una justificación muy pobre y una mentalidad muy mediocre para un futbol que si bien no respira entre las grandes potencias mundiales del deporte, sí que, de acuerdo al tamaño de su futbol, confiaba en encontrarse en un proceso que en lugar de alejarle la aproximaba a la zona de competitividad y de excelencia. El futbol mexicano parece ir en dirección contraria. La Copa América del año pasado y la Copa Confederaciones de este verano lo corroboran. Las actuaciones en el campo de juego abren un gran sendero de dudas y de incertidumbre.

Sigue Panamá, en el Estadio Azteca y luego Costa Rica, en San José, en tu engañosa área geográfica, en un sitio donde no corres peligro y donde te puedes conformar con la mediocridad esperando que ocurra un "milagro" cuando llegue el momento de jugar antes los mejores. No, que va, no hay "crisis", no parece existir una "crisis", aunque en el fondo, algunos presentimos que esto no va a ninguna parte.

@Faitelson_ESPN