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Los "Grandes" que actúan como "pequeños"

Los "grandes" se han ido disipando en el futbol mexicano. Han crecido otros -es verdad- pero ellos han dejado jugar con la regularidad que exige su historia. La caída de Chivas es inconcebible. Que Pumas sea el último lugar no puede entenderse y que América y Cruz Azul no ofrezcan ninguna garantía tampoco es normal. "Grandes" que no actúan como tales, "grandes" que empequeñecen en el futbol mexicano.

LOS ANGELES, CA.-- Chivas afronta la peor "campeonitis" en la historia del futbol mexicano y quizá del futbol mundial. Su desplome ha sido dramático, desgarrador, triste. Pumas es el último de la tabla general. Es un equipo sin orden, sin rumbo, sin la jerarquía que marca su historia. El América intenta recuperar el camino de la liguilla que perdió hace una temporada y Cruz Azul es, simplemente, Cruz Azul. ¿"Grandes"? ¿De dónde, cómo, cuándo, por qué? El futbol del mundo nos coloca ejemplos muy claros. Los "equipos grandes" -Real Madrid, Barcelona, Bayern Munich, Chelsea, Juventus- afrontan, como todos, malos momentos, pero siempre mantienen un postura competitiva en la parte alta de la tabla, el sitio que corresponde a su inobjetable grandeza.

Los llamados "equipos grandes" están en vías de extinción en el futbol mexicano. Han dejado de existir. Viven de su fama, de su historia, de cierto abolengo que aún les acompaña, pero han dejado de cumplir con uno de los grandes preceptos de un "equipo grande": competir siempre arriba. Pase lo que pase, pelear en la parte alta de la tabla.

La caída de Chivas ha sido patética. Hace algunos meses -o semanas- este equipo daba la impresión de jugar mejor que nadie al futbol en México. Se hablaba de lesiones, de falta de acoplamiento, de confianza y "bla, bla, bla...". La realidad es que Chivas no ha recuperado jamás su nivel futbolístico y que los esfuerzos de Matías Almeyda por motivar a sus futbolistas han sido inútiles. Hay varias teorías alrededor de la "campeonitis" de Chivas. La primera explicación y las más poderosa acude nuevamente a la fragilidad mental del futbolista mexicano, pero ello no puede ser considerado como una teoría. No esta comprobado del todo, máxime, cuando otros clubes que utilizan una mayoría de jugadores extranjeros -ahí está el caso de Pumas, o de Cruz Azul- tampoco han alcanzado el nivel de regularidad que exige su camiseta. Así que yo "sepultaría" de una vez y para siempre la hipótesis de que el Guadalajara ha fracasado porque juega únicamente con mexicanos y porque los futbolistas mexicanos no tienen la fortaleza psicológica necesaria. Esa es una rotunda mentira.

Para mí, todo parte desde una planeación, un trabajo, una exigencia, una motivación y un nivel futbolístico. El desplome de Chivas ha tenido la mejor o la peor parte de cada uno de esos aspectos. Se lo pregunté al propio Matías Almeyda justo cuando está por comenzar la temporada: ¿Cómo hacer para mantener la motivación en este grupo de futbolistas después de "la hazaña" que consiguieron en mayo? Titubeó un poco, sonrió, antes de responder: "Dirijo un grupo de profesionales. Ellos sabrán cómo responderme...".

Pero esa irregularidad no es propia de Chivas. Lo de Pumas ha sido otro desmoronamiento dramático. Si bien entendemos que el patronato que controla al club Universidad está pasando por problemas económicos, ello no alcanza como justificación para un equipo que en el campo de juego muchas veces no corre, ni pelea ni juega con la estirpe que históricamente ha caracterizado a los Pumas. Aún en la época de carencias o penumbras, Universidad no puede darse el lujo de ser el último en la tabla general. Tener pocos recursos no significa que debas planear mal. Y en este equipo, el presidente Rodrigo Ares de Parga carga, evidentemente, con mucha responsabilidad.

Cruz Azul y América parecen "despertar" hacia un cierre de temporada interesante, pero tampoco son garantía de nada. El equipo del 'Piojo' tiene 20 puntos, va a regresar a la liguilla, pero muchas veces sigue sin llenarme en la cancha de juego. Y Cruz Azul ha mostrado algunas cosas positivas en la evolución del mandato de Jémez, pero su prueba más importante -la fase final a la que no ha llegado por seis temporadas consecutivas- está por llegar. Tampoco ofrece una seguridad de nada.

@Faitelson_ESPN