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Esperanza...

Positiva en todos los sentidos la mini-gira mexicana por territorio europeo. México hizo un buen partido el viernes en Bruselas y sacó una victoria de Polonia. Bien, no hay que exagerar, pero tampoco demeritar lo que por momentos propuso México como equipo y lo que mostró también en una faceta individual en jugadores como Guillermo Ochoa e Hirving Lozano, baluartes indudables del empate ante la poderosa selección belga. Hay tintes positivos de que México puede crecer de aquí al y Mundial ofrecernos como siempre una apariencia competitiva ante la exigencia de un campeonato mundial de futbol. Para mí, lo que hay, tras la buena gira europea, es esperanza…

LOS ANGELES, CA.- Hacía el final del día, lo único que parecen tener siempre seguro los aficionados mexicanos al futbol es esperanza. Hoy, la tienen, nuevamente.

Tan difícil es exagerar como buscar -que siempre habrá de sobra- un sendero negativo. La selección mexicana ha abierto cierta esperanza de que podrá mostrar una faceta competitiva en el Mundial de Rusia 2018. Lo ha hecho revelando personalidad, cierto estilo y nivel de juego y un futbolista diferente que puede ayudar en momentos determinantes. Hemos recibido un “guiño” de esperanza desde el sitio más apropiado para hacerlo: las canchas europeas del futbol.

El empate a tres en Bélgica, del viernes, el triunfo del lunes en Polonia y sobre todo, la manera, la forma en la que México se comportó en la cancha pueden ser síntomas positivos en la era de Juan Carlos Osorio. Tal parece que cuando la selección abandona su “zona de confort” y busca nuevos retos en horizontes de mayor complicación, aflora la mejor parte del futbolista mexicano. Y en Bruselas, hubo una reacción importante en un momento del partido donde parecía que la poderosa selección belga le pasaba por encima a México. Es verdad, primero apareció Guillermo Ochoa y después la emergente figura de Hirving Lozano. Aun así, a pesar de ese par de esfuerzos y baluartes individuales, México también tuvo tiempo de mostrar cierto carácter y juego que fueron parte de la reacción.

No le sumemos de más, pero tampoco le restemos méritos a lo que México propuso y logró frente a uno de los mejores equipos del futbol actual. Lo mismo con el triunfo de anoche en Gdanzk. Es verdad que Polonia venía muy disminuido -sin Lewandowski, para empezar- y con seis ausencias titulares, como también es verdad que México tuvo que hacer muchos cambios por temas de lesión, pero la realidad es que hubo un buen control del partido, dominio y posesión del balón y se mejoró en temas defensivos, sitio del campo donde se habían generado muchas dudas en el pasado reciente. Hoy como ayer, México está para lo mismo en el futbol: tratar de crecer, de acercarse a las grandes potencias y de competir.

La gran noticia de estos dos partidos de preparación en territorio europeo se llama Hirving Lozano. El joven futbolista del PSV Eindhoven ha mostrado el gran momento, la excelsa y apabullante forma en la que ha “aterrizado” en el futbol europeo. Tiene un enorme futuro por delante y puede ser, finalmente, el futbolista que tanto ha esperado México para generar un cambio importante en la cancha. Pero habrá que tener calma. Hace 7 años, más o menos, lo mismo se decía de otros jugadores como Giovani dos Santos y Carlos Vela. Al final, sus obras quedaron inconclusas. Hoy, ni Gio ni Vela son los jugadores que prometían ser. Hay algo que parece distinto en la mentalidad del llamado “Chucky”, pero vamos despacio con él. Tendrá que seguir aprendiendo, creciendo, madurando y desarrollando las grandes facultades que sin duda tiene. El futbol mexicano ha recibido un respaldo moral de su parte. Tenemos un futbolista en el cual ilusionarse y soñar. No hay, sin embargo, que cargarle demasiado peso sobre los hombros. Es un chico joven.

Hay un “guiño” de esperanza desde Europa. Una selección que es capaz de competir y demostrar personalidad. Le faltan muchos detalles por delante, aspectos que tienen que ver con el ritmo, la intensidad, el futbol asociado y la capacidad de mantener un nivel de juego con mayor regularidad. Aspectos en lo que hay poco tiempo para trabajar, pero donde, en apariencia, existe talento. Un entrenador serio y trabajador -como siempre lo ha sido el señor Osorio- y un grupo que parece motivarse ante la proximidad de un Mundial.

Hoy como ayer, México está para lo mismo en el futbol: tratar de ganar terreno, acercarse y competir frente a las grandes potencias de este deporte.

@Faitelson_ESPN