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El futbol de la ilegalidad...

Dejaron atrás el vergonzoso tema del 'Pacto de Caballeros', pero alientan ahora la multipropiedad. Un equipo que pierde su categoría en la cancha por “malo” puede salvarse pagando una cantidad de dinero. La delgada línea de lo que es moral y ético amenaza siempre con romperse en un futbol donde el reglamento es frecuentemente pisoteado y donde los intereses marcan las reglas del juego.

SAN DIEGO, California -- Es una pena, pero no hay nada, o casi nada en el futbol mexicano que no pueda resolverse con dinero.

Lo del Veracruz es un ejemplo perfecto de ello. Un equipo que perdió la categoría por malo, logra permanecer en la primera división pagando una suma de dinero.

Y al mismo tiempo en la que el futbol mexicano deja atrás una ilegalidad -'El Pacto de Caballeros'- alimenta otra, que también tiene que ver con cuidar sus intereses (dineros): La multipropiedad.

La multipropiedad en el futbol es ilegal. Justificarla, de la forma que sea, es alentar una 'trampa' y convertirse en un 'tramposo'.

La promesa que Decio de María obtuvo de la Asamblea de Propietarios de que los dueños o las compañías que controlan más de un equipo terminarían en el 2018, se quedo arrumbada en alguno de los muchos archivos llenos de polvo de la Federación Mexicana de Futbol. Los que justifican esta política hablan de que no hay demasiadas personas físicas y morales dispuestas a arriesgar su dinero en el futbol. Durante años, ese fue el pretexto de la empresa -Televisa- que fomentó esa práctica en el juego. Irónicamente, esa misma empresa hoy está alejada, por fortuna, de ese ejercicio.

Lo que sigo sin entender es como, de la noche a la mañana, un equipo como Santos es capaz no solo de controlar su destino, sino también el de otro club como el Atlas. No veo una conexión geográfica, cultural, sentimental del nuevo 'operador' -Alejandro Irraragori- con los colores tradicionales de uno de los clubes más viejos del futbol mexicano.

Lo mismo sucede en los casos del Grupo Pachuca y su conexión con el León. Entiendo que se trata de una relación 'padre e hijo', que es perfectamente legal, pero lo que no es legal es que ambos clubes se aprovechen de esa relación para intercambiar o vender futbolistas. Lo mismo que sucede con Televisión Azteca y el control que tiene -deportivo y administrativo- sobre Morelia y sobre Puebla.

La delgada línea de lo que es moral y ético amenaza siempre con romperse en un futbol donde el reglamento es frecuentemente pisoteado y donde los intereses marcan las reglas del juego.

No se trata de leyes o de reglamentos, se trata de cumplirlos cabalmente, al pie de la letra, sin excepción alguna, porque los dueños de clubes del futbol mexicano son tan “brillantes” que mañana o pasado se reúnen y lo ilegal lo transforman en legal a su simple antojo y provecho.

@Faitelson_ESPN