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¿Y el futbol?

Los dirigentes del futbol mexicano reunidos en Cancún siguen protegiendo el negocio e ignorando decisiones que son fundamentales en la parte futbolística. El pago del Veracruz para mantenerse en la Primera División y la intempestiva venta de franquicia de Lobos BUAP a Ciudad Juárez están por encima de una decisión futbolística que realmente impacte en el nivel de juego. Nada, los dirigentes han vuelto a mostrarnos que ellos están para cuidar el dinero. Lo demás, importa poco o nada...

CIUDAD DE MÉXICO -- Sigo esperando que el bello e intenso sol de Cancún ilumine el pensamiento de nuestros siempre muy ‘brillantes’ dirigentes del futbol. Por ahora, el receso veraniego ha dejado nuevas huellas en el mapa futbolístico de México, pero no ha establecido alguna medida profunda e interesante que impacte directamente en un tema de cancha, de esencia meramente deportiva.

Los directivos siguen protegido el negocio, pero parecen lejos de ofrecer respuestas sobre el precario nivel futbolístico que tuvo la liguilla del reciente torneo, del fracaso inobjetable de la selección juvenil en el Mundial Sub-20 (perdió sus tres partidos en Polonia) y hasta de la ausencia que ha tenido el futbol mexicano del gran evento del año futbolístico, que es, sin duda, el Mundial Femenil de la FIFA en Francia.

Las grandes noticias del receso futbolístico mexicano han corrido a cargo de clubes rezagados en la tabla general. El Veracruz, que pagó seis millones de dólares para mantener la categoría y el Lobos BUAP, que decidió vender su franquicia a Ciudad Juárez, donde el futbol de primera división regresará a punta de una chequera. Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, ha dicho que está cuidando que los clubes tengan capacidad financiera para responderle a los jugadores y empleados, y que estén jurídicamente bien establecidos, pero... ¿y quién cuida el nivel futbolístico? Nadie.

Una reducción en el límite de futbolistas extranjeros que actúan en la Liga, un aumento en los requisitos para poder jugar como foráneo en México y hasta una revisión clara y concienzuda sobre el trabajo y la responsabilidad de los clubes para con sus fuerzas básicas se ha quedado, nuevamente, a la orilla.

Y ahora lo único que parece existir en ‘el radar’ del futbol mexicano es que la selección mayor tenga una Copa Oro triunfante que sirva, a su vez, para alimentar aún más el negocio que significa. La parte deportiva de la Copa es decadente: Cuba, Martinica y Canadá y lo que puedan ofrecer, más adelante, Estados Unidos, Costa Rica, Panamá y quizá Honduras. Yo no soy muy optimista sobre el nivel que pueda generar esta Copa.

Nada nuevo en el futbol mexicano. Cuidar el negocio está por encima de cualquier interés deportivo. No existe un equilibrio, un contrapeso que nos conduzca a una armonía siempre necesaria en cualquier actividad...

@Faitelson_ESPN