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Asignatura pendiente: los equipos con más presión para ganarlo todo en 2020

"Ganar no lo es todo, pero si querer ganar": Vince Lombardi.

Ganar es la aspiración máxima del ser humano en cualquier actividad en que se involucre. En las Grandes Ligas del béisbol de Estados Unidos, ganar la Serie Mundial de octubre es la meta de los 30 clubes cuando abren sus campamentos de entrenamientos en febrero.

Pero por diversas razones, algunos conjuntos sienten una mayor presión de hacer todo lo posible de conseguir el objetivo en un momento en particular, antes que el viento comience a soplar en otra dirección. Sin entrar en detalles de los escenarios de los 30 clubes, estos son los cinco que más presión tienen para la temporada de MLB del 2020.

1- Los Angeles Dodgers: Siete títulos divisionales consecutivos y 10 en las pasadas 16 temporadas no han servido para terminar una espera que ya superó las tres décadas. El equipo más exitoso (en temporada regular) de la década que termina este año (aunque para los matemáticos terminará en diciembre del 2020), participó en dos Series Mundiales consecutivas, pero no pudo ganar su primera corona desde 1988.

Los Dodgers poseen grandes recursos económicos, un tremendo roster en Grandes Ligas y una sólida base organizacional, pero incluso en medio de ese adorable panorama, para sus directivos, jugadores y aficionados, la ausencia del anhelado séptimo trofeo del comisionado genera una sombra sobre Chavez Ravine, que es capaz de oscurecer cualquier otro logro reciente.

La urgencia de los Dodgers se podría representar en la figura del gran lanzador Clayton Kershaw, un futuro miembro del Salón de la Fama que ha ganado tres Cy Young, una pila de títulos divisionales y muchisimo dinero, pero que se prepara para la penúltima temporada de su actual contrato, sabiendo que cada vez son menores sus probabilidades de ser campeón antes de quitarse el uniforme azul definitivamente.

2- New York Yankees: En el exigente planeta Yankee, más de una década sin destapar el champagne viene siendo casi lo más parecido a una eternidad.

Y haber estado tan cerca en las tres temporadas anteriores (Nueva York perdió la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante los Houston Astros en 2017 y 2019 y fue eliminado por los Boston Red Sox en las Series Divisionales del 2018) agrega más leña al fuego.
Los Yankees, que ganaron por última vez en el 2009, tendrán que ser muy creativos para reforzar su pitcheo abridor, su evidente mayor debilidad, sin disparar mucho una nómina salarial que ya ronda el máximo permitido antes de pagar impuesto de lujo.

El equipo superó las 100 victorias en la serie regular en las primeras dos temporadas del manager Aaron Boone y ha participado en los playoffs en cuatro de los últimos cinco años y en siete de 10, pero por no haber ganado la Serie Mundial, todo eso es irrelevante para los miembros de la nación Yankee.

3- Philadelphia Phillies: Jugar para .500 (81-81), terminar a 16 juegos del primer lugar y ver a un rival divisional, los Washington Nationals, coronarse campeón fue lo que obtuvo Filadelfia en 2019, cuando invirtió cerca de $500 millones de dólares en cuatro jugadores ($330 millones en Bryce Harper, $50 millones en Andrew McCutchen, $45 millones en extensión del abridor Aaron Nola y $23 millones en el relevista David Robertson).

Los resultados determinaron el despido del manager Gabe Kapler, quien posteriormente fue nombrado por los San Francisco Giants, y la contratación del veterano Joe Girardi, el ex piloto de los Yankees que ganó la Serie Mundial del 2009 (a los Filis) y promedió 91 victorias durante sus 10 años en el Bronx.

Para Girardi y los Filis, que ya están metidos en negociaciones para extender el contrato de JT Realmuto, el catcher más completo de las ligas mayores hoy en día, la misión del 2020 es ganarlo todo, al menos en la Liga Nacional. Cualquier cosa por debajo de eso, será fracaso para ellos. Y Girardi, y el gerente general Matt Klentak lo saben.

4. New York Mets: En el primer año del nuevo gerente general Brodie Van Wagenen, los Mets tuvieron marca de 86-76, apenas su tercera temporada positiva de las últimas 11. Antes de arrancar, Van Wagenen realizó una serie de movimientos que convirtieron a los asombrosos de Queens en una franquicia más creíble.

Desafortunadamente, esos movimientos no impidieron que los Mets quedaran a 11 juegos del primer lugar en la División Este y que el manager Mickey Callaway perdiera su trabajo un año antes de que terminara su contrato.

Ahora Nueva York será dirigido por el ex jardinero puertorriqueño Carlos Beltrán, quien recibe un roster con un par de interrogantes, pero con un sólido núcleo de lanzadores, que lidera el ganador del Cy Young de la Liga Nacional, Jacob deGrom, en las últimas dos temporadas.

Los Mets, que no ganan desde 1986 (33 años, la novena racha más larga sin celebrar en MLB), entrarán al 2020 con la urgencia de aprovechar el junte de deGrom con Noah Syndergaard, Marcus Stroman y Steven Matz en la rotación abridora.

La otra mitad de la presión procede del hecho, a veces subestimado, de que los Mets no juegan en Suva (Fiji), ChiangMai (Tailandia) o Luanda (Angola), sino en Nueva York, la capital del mundo. Aunque muchos lo ignoren, los Mets juegan en la misma exigente y sofocante ciudad donde juegan los Yankees.

5- Houston Astros: En las últimas tres temporadas, los Astros ganaron más de 100 partidos en la vuelta regular, disputaron la final de la Liga Americana, acudieron a dos Series Mundiales (2017 y 2019) y conquistaron, en el 2017, el primer campeonato en la historia de la franquicia.

Desde el punto de vista de logros, en realidad, Houston no debería sentir ninguna presión.

Pero el escándalo que arropa a los Astros, que están siendo investigados por alegaciones de uso de tecnología para robar ilegalmente las señas de sus rivales, de alguna manera manchará las recientes conquistas del club, especialmente si la oficina del comisionado llegara a comprobar que es algo que ocurrió consistentemente en el período entre 2017 y 2019.

Sin importar las implicaciones de la investigación de MLB, en el 2020, Houston estará forzado a igualar o mejorar su desempeño de las tres campañas anteriores para demostrarle al mundo que su éxito no fue el fruto de un esquema de trampa y para evitar que una merma, sea usada por sus rivales como una confirmación de lo anterior.