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Tras gigante fracaso, gigantes contrataciones en San Francisco

Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": El equipo que había sido protagonista, el que había dominado la primera mitad de esta década, el que se había llevado todos los elogios por el gran trabajo y por la consistencia que había demostrado, terminó el 2017 con 98 derrotas y a 40 juegos de distancia del líder de su división.

Los Gigantes no pueden permitirse temporadas consecutivas tan malas y por eso tuvieron que sacar la chequera para reforzar lo que fue una de las peores ofensivas de las Grandes Ligas el año pasado. San Francisco conectó 128 jonrones en el 2017, la marca más baja entre los 30 equipos de las mayores, anotaron 639 carreras (lugar 29), robaron 76 bases (20) y su bateo colectivo de .249 fue el 19o. en todo el béisbol ligamayorista.

Para dejar atrás esa campaña tan pobre, hicieron algo que no se ve con frecuencia en ningún deporte organizado: se llevaron a los mejores peloteros de dos equipos: Evan Longoria, el símbolo histórico de los Rays de Tampa Bay, y Andrew McCutchen, el otrora consentido de los Piratas de Pittsburgh en la década reciente.

Longoria conectó 20 para la calle con 86 remolcadas el año pasado; McCutchen 28 cuadrangulares y 88 producidas, números que, de ser similares, serán muy bien recibidos este año en San Francisco. La columna vertebral del equipo se mantiene con Buster Posey, Brandon Crawford y Joe Panik, en los jardines regresa un Hunter Pence repotenciado, por lo que la ofensiva debe mejorar mucho en el 2018.

La rotación contará, ahora sí, con Madison Bumgarner, a quien seguramente no se le ocurrirá practicar deportes extremos en plena temporada, además de Johnny Cueto, Jeff Samardzija, Chris Stratton y Tyler Beede, que ciertamente no es una rotación de la calidad de la que tuvieron los Gigantes en sus años de Serie Mundial, pero puede llegar a meterlos a la pelea.

El otro grave problema es el bullpen. Desde la mitad de la temporada 2016, los relevistas de San Francisco han sido los peores de las Grandes Ligas. Antes de la temporada anterior se llevaron a Mark Melancon, a quien le dieron 60 millones de dólares por 4 años para estabilizar el bullpen que se caía a pedazos. Pero Melancon no fue la solución. Salvó solo 11 juegos, terminando con 4.50 de efectividad en un año lleno de lesiones. La directiva trajo a Sam Dyson de los Rangers y aunque pudo estabilizar el bullpen, era ya demasiado tarde.

Lejos de hacer movimientos, los Gigantes confían en que con Melancon ya bien físicamente hablando, Sam Dyson, ese grupo inconsistente de relevo intermedio que incluye a Derek Law, Ty Blach, Will Smith y Hunter Strickland, puedan llevarle los juegos a su combinación de octava y novena entradas.

El equipo ha mejorado mucho. La directiva tomó cartas en el asunto. Es difícil pensar que un conjunto que terminó a 40 juegos el año anterior, pueda reponerse para pelear por la postemporada, pero después de todo, en San Francisco ya suena esa frase que ha sido tan común en esta década: "es año par".

¡No hay nada mejor!