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Viene bajita la cuchilla en la era Jeter

Los miembros del Salón de la Fama Tany Pérez y Andre Dawson, Jeff Conine y el exmanager Jack McKeon, todos en funciones de asesores, fueron despedidos por el aún presidente David Simpson, siguiendo instrucciones de Jeter y compañía. AP Photo/Brandon Wade

La era Jeter no ha comenzado oficialmente para los Marlins de Miami, pero ya rodaron las primeras cabezas en la franquicia.

Los miembros del Salón de la Fama de Cooperstown Tany Pérez y Andre Dawson, Jeff Conine, único integrante de los dos equipos de los Marlins campeones en las Series Mundiales de 1997 y el 2003, y el ex manager Jack McKeon, todos en funciones de asesores especiales de la organización, fueron despedidos por el aún presidente David Simpson, siguiendo instrucciones de Jeter y compañía.

Al parecer, la cuchilla viene bajita, como añoraba la fanaticada que lleva años clamando por salir de Jeffrey Loria y su entorno para dar paso a nuevas esperanzas.

Pero arrancar la limpieza con leyendas, con figuras que el público identifica con lo mejor de la historia de Miami, parece una movida cuando menos, carente de tacto.

La lógica indicaba que con Loria se irían Sampson, el gerente Mike Hill, quizás el manager Don Mattingly, los encargados del departamento de cazatalentos incapaces de cazar un solo talento, preparadores físicos que no preparan a nadie y de ahí la epidemia de lesiones que no termina...en fin, lo que tenía una incidencia directa e inmediata en el mal funcionamiento de la franquicia desde las Ligas Menores.

En sus puestos de asesores especiales, Pérez, Dawson, Conine y McKeon eran imagen, más que nada. Quizás lo único positivo de una imagen negativa generalizada.

Eran de los pocos puentes que existían con la comunidad y su demolición repentina e inesperada duele de alguna forma.

El colega Jorge Ebro, del periódico local miamense El Nuevo Herald, afirmaba que Jeter debió dar la cara y echar a los implicados frente a frente, luego explicar la motivación para desprenderse de sus servicios, en lugar de comisionar para la desagradable tarea del despido a Sampson, otro que debe irse más temprano que tarde.

Coincido plenamente con Ebro. Quizás simplemente se trate de un plan de ahorros del cual la salida de estas leyendas es apenas el primer paso.

Pero Jeter debe entender que su llegada a Miami ha sido tomada exageradamente por la fanaticada como algo casi mesiánico, como una luz en medio de un período demasiado largo y oscuro, donde las puñaladas en la espalda del público estaban a la orden del día.

Entonces, este actuar tangencial, sin hablar claro y de frente, levanta demasiadas suspicacias en una comunidad con muchas heridas, algunas de ellas aún abiertas.

Sus razones tendrá para haber tomado esta decisión, aunque a los ojos del simple mortal, sus primeros disparos dieron en blancos equivocados.

¿Qué es lo próximo? ¿Revertir quizás la decisión de Loria de retirar el número 16 de José Fernández, aprovechando que todavía no se ha realizado una ceremonia oficial al respecto?

El Capitán tiene una oportunidad extraordinaria de hacer algo grande en una ciudad que lo reciben a él y a sus socios con los brazos abiertos.

Ojalá sea capaz de darse cuenta de lo que ello significa y no la desaproveche.