<
>

Acaban las Reuniones Invernales: ¿Por qué J.D. Martínez sigue sin trabajo?

Martínez viene de una campaña monstruosa, dividida entre los Tigres y los Diamondbacks, en la que bateó para average de .303, con 45 jonrones y 104 carreras impulsadas. Richard Mackson/USA TODAY Sports

En el océano de los agentes libres, J.D. Martínez es como un tiburón blanco, el más poderoso bateador que nada en los mares del mercado.

A punto de terminar las reuniones invernales de dueños de equipos, es curioso -- o misterioso -- que ningún equipo lo haya pescado aún, sobre todo después de que con la firma del japonés Shohei Ohtani por los Angelinos de Los Angeles y el traspaso de Giancarlo Stanton de los Marlins de Miami a los Yankees de Nueva York se esperaba que se destrabara el mercado.

Martínez viene de una campaña monstruosa, dividida entre los Tigres de Detroit y los Diamondbacks de Arizona, en la que bateó para promedio de .303, con 45 jonrones y 104 carreras impulsadas, a pesar de perderse mes y medio al inicio de la temporada por lesión.

Sus 45 bambinazos fueron la tercera mayor cantidad en el 2017, sólo superado por Stanton (59) y Aaron Judge (52) y lo hizo en apenas 119 partidos.

Mientras Stanton tuvo una frecuencia de un cuadrangular cada 10.1 turnos y el Juez de 10.4, el cubanoamericano Martínez despachó un bambinazo cada 9.6 ocasiones.

Durante su estancia en Arizona, botó 29 pelotas y remolcó 65 carreras en 62 encuentros y fue pieza clave en el avance del equipo a la postemporada por primera vez desde el 2011.

Los Diamondbacks quieren tenerlo de vuelta en el 2018, aunque ya advirtieron que desistirán si para conseguirlo tienen que entrar en una puja con otros conjuntos.

Por lo pronto, han iniciado trámites para salir del derecho Zack Greinke, firmado hasta el 2021 con un pacto de 206.5 millones de dólares, lo cual le daría al equipo la flexibilidad financiera para buscar a Martínez.

El problema está en ver quién se hace cargo de los 138.5 millones que le quedan por cobrar a Greinke, uno de los mejores lanzadores derechos de los últimos tiempos, pero ya con 34 años de edad.

Se trata de buscar al equipo que más desesperado esté por un abridor de cabecera y además tenga el dinero para aceptarlo.

Y está también el tema del agente que representa a Martínez, el poderoso Scott Boras, quien anunció que su cliente estará buscando un acuerdo de más de 200 millones de dólares a largo plazo.

Ahí también podría trabarse la ecuación, pues el jardinero tiene 30 años cumplidos y sobrados son los ejemplos de esos megacontratos a jugadores que terminarán con 40 o más de edad, cuando de veras duele pagar una fortuna por alguien que ya entró en la curva descendente de su rendimiento.

Algunos analistas estiman que Martínez conseguirá un acuerdo inferior, por encima de los 100 millones, pero debajo de los 200, algo parecido al del cubano Yoenis Céspedes con los Mets de Nueva York, aunque de Boras, con esa suerte de Rey Midas, puede esperarse cualquier sorpresa.

Otro destino posible para el poderoso bateador derecho podría ser Boston.

Los Medias Rojas necesitan a gritos a un bate de ese calibre por dos razones.

En primer lugar, Boston ocupó el lugar 27 entre los 30 equipos de las Mayores en jonrones conectados en el 2017 (168) y el undécimo en carreras impulsadas (735), cifras que se dispararían de tener a Martínez en el medio de su alineación.

Y además, porque les toca a ellos mover una pieza importante, después de ver cómo sus archirrivales Yankees se han reforzado -- y con planes de seguir haciéndolo en el invierno -- para desplazar a los Medias Rojas de la condición de favoritos en la división Este de la Liga Americana.

Martínez, o en su defecto, el también cubanoamericano Eric Hosmer, serían las movidas lógicas de Boston para seguir alimentando la mayor rivalidad del deporte estadounidense.