El panorama para el venezolano Pablo Sandoval se complicó este miércoles, luego de que los San Francisco Giants adquirieran al antesalista Evan Longoria de los Tampa Bay Rays en un canje con poco sentido.
En el intercambio, de San Francisco parten hacia Tampa, el jardinero Denard Span, el jugador de cuadro Christian Arroyo, prospecto número uno de la organización de los Gigantes, y los lanzadores Matt Krook, zurdo, y Stephen Woods, derecho, ubicados en los lugares 25 y 29, respectivamente, en la lista de promesas.
Para los Rays, el intercambio permite reducir gastos, pues se quitan de arriba a un hombre firmado hasta el 2022 y al cual se le adeudan 81 millones de dólares, mientras que Span, en su último año de contrato, ganará 11 millones, con una opción del equipo por 12 millones para la campaña del 2019.
Pero para los Gigantes, la adquisición de Longoria carece de lógica.
Novato del Año, triple ganador del Guante de Oro y tres veces participante en Juegos de Estrellas, el antesalista es ya un veterano de 31 años cuyas estadísticas bajan cada campaña con el paso del tiempo.
En 156 juegos en el 2017, Longoria bateó para average de .261, con 20 jonrones y 86 carreras impulsadas. Su slugging fue de .424, el segundo más bajo de su carrera, mientras que su promedio de embasamiento (OBP) llegó apenas a .313.
Negoció sólo 46 pasaportes y abanicó 109 veces, prueba de que cada vez es menos temido por los lanzadores.
Su proyección para el 2018, según el sitio Baseball Reference, lo tiene con una línea de .262-.317-.453, con 23 vuelacercas y 77 remolques, cifras del común y corriente, que no guardan para nada proporción con los 13.5 millones de dólares que devengará la próxima campaña.
Entonces, ¿qué sentido tiene añadir a la plantilla a un jugador caro y en proceso de decadencia, a cambio de tres de los mejores 30 prospectos de la organización, incluido el número uno?
Y sobre todo, cuando los Gigantes son un equipo que va envejeciendo y sus principales figuras (Buster Posey, Brandon Crawford, Brandon Belt, Jeff Samardzija, Johnny Cueto, Mark Melancon, Pablo Sandoval y Hunter Pence) pasan de la treintena de años y más allá.
Eso mismo debe estar preguntándose Sandoval, quien pierde automáticamente la titularidad de la antesala con el arribo de Longoria y queda, al menos de momento, como un jugador de reserva, capaz de desempeñarse además en la primera base, que le pertenece a Brandon Belt.