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¿Cómo el béisbol de Grandes Ligas determina los castigos?

La oficina del comisionado de Grandes Ligas acaba de anunciar un castigo de un día para Torey Lovullo, manager de los Diamondbacks de Arizona, y para Yadier Molina, receptor de los Cardenales de San Luis, por el altercado que protagonizaron ambos el pasado domingo.

De nada le valió a Lovullo pedir perdón y mostrar arrepentimiento por las fuertes palabras que usó al reclamarle un conteo de strikes al umpire principal Tim Timmons, las cuales desataron la ira de Molina.

El cátcher boricua intentó agredir al dirigente de Arizona y si no lo hizo fue por la rápida intervención de su manager Mike Matheny, quien lo aguantó a tiempo.

"Si alguien te mienta la madre, tiene que estar listo para pelear", dijo Yadi al explicar su reacción, que hizo que se vaciaran las bancas de los Diamondbacks y los Cardenales, aunque la sangre no llegó al río.

Lovullo aceptó el castigo y lo cumplirá de inmediato, mientras que el boricua anunció que apelará la sanción, por lo que permanecía en la alineación el martes.

Las sanciones son justas para ambos, independientemente de quién haya sido el detonante de la trifulca.

Lovullo, en primer lugar, no debió protestar conteos de bolas y strikes y mucho menos usar lenguaje ofensivo contra el jugador, como mismo la reacción del enmascarado, que a los ojos de los fanáticos presentes en el estadio, pudo parecer exagerada.

Pero más allá de cuán justos o no puedan ser estos castigos, este caso saca a cuestionamiento el sistema de sanciones de Grandes Ligas, que podría lucir incongruente, si se compara con la suspensión de cinco juegos que recibió el primera base cubano de los Astros de Houston, Yuli Gurriel, por el incidente con el japonés Yu Darvish en la pasada Serie Mundial.

El gesto del "chinito" que hizo Gurriel tras conectarle un cuadrangular a Darvish ocurrió en el dugout, como parte de un comentario que el cubano le hacía a algún compañero de su propio equipo y no se dirigió directamente al japonés, con fines de ofenderlo por su origen étnico.

No hay correspondencia entre la acción de Gurriel y su castigo, con el espectáculo que montaron Lovullo y Molina y sus respectivas sanciones.

Joe Torre, al frente del departamento de disciplina de las Grandes Ligas, está actuando de manera arbitraria, sin mucha lógica y a su libre antojo.

Al menos, eso se desprende de la manera en que administra la justicia, para nada ciega y con varas diferentes según el caso.