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El campeón a punto de entregar su corona

Este cuarto juego de la serie de campeonato de la Liga Americana pasará a la historia como un clásico.

Partidazo de altos quilates el que nos regalaron los Medias Rojas de Boston y los Astros de Houston, que terminaron llevándose los primeros con pizarra de 8-6.

Si lo llevamos al plano del boxeo, fue como una de esas peleas en la que los dos contendientes comienzan a intercambiar golpes de tú a tú desde que suena la campana en el primer round y no paran de pegarse puñetazos hasta que suena para terminar el último asalto.

No estuvo exento de polémica, con el batazo de José Altuve, que de jonrón se convirtió en out.

Los Medias Rojas habían anotado dos en el inicio del primero ante Charlie Morton y los Astros respondieron rápido frente a Rick Porcello.

Después de sencillo de George Springer, Altuve disparó la pelota hacia las gradas del jardín derecho.

Mookie Betts saltó sobre las cercas, metió la mano enguantada entre el público y el choque con un fanático le impidió capturar la pelota.

Pero Alex Cora, manager de Boston, reclamó interferencia y tras analizar el video, los umpires le dieron la razón y decretaron out al bateador.

¿Saben qué? Se equivocaron, tanto los árbitros, como quienes analizaron el video en Nueva York.
No fue Jeffrey Maier quien estaba sentado en el jardín derecho, aquel niño que en 1996 colaboró con el entonces novato Derek Jeter para que bateara un dudoso jonrón en los playoffs frente a los Orioles de Baltimore.

Lo de Maier sí fue interferencia. Lo de esta vez no, porque Betts estira su mano enguantada y la mete entre el público. No fue que un fanático metió su brazo en el terreno para impedir que el jugador fildeara la bola, como hizo Maier con Tony Tarasco.

Lo cierto es que al negársele el cuadrangular a Altuve, los Astros se fueron en cero en ese inning, cuando podían haber marcado dos... caramba, las dos de diferencia por las que ganaron los Medias Rojas.

Si Boston termina ganando esta serie (dudo que Houston pueda ganar tres en fila, dos de ellos en Fenway Park), el Jugador Más Valioso tiene que ser Jackie Bradley Jr.

En situaciones extremas, ha sido punto menos que Supermán, con nueve carreras impulsadas con corredores en circulación y dos outs.

Cada vez que lo ha hecho, sus batazos han resultado decisivos en la victoria de su equipo.

Ganaron los Medias Rojas, con susto, pero ganaron. Cora estuvo a punto de echar por la borda a último minuto en gran trabajo que ha realizado a lo largo de todo el año, pero una sensacional atrapada de Andrew Benintendi aseguró el triunfo.

Craig Kimbrel podrá ser el mejor cerrador del béisbol, pero en toda la postemporada ha estado coqueteando con el desastre.

En cada actuación, tanto en la serie divisional ante los New York Yankees, como en esta, ha permitido al menos una carrera.

Y siempre el out final ha sido al borde del infarto, con las potenciales carreras del empate o la ventaja en bases.

No se puede tentar tanto al Diablo, porque tarde o temprano llega. Y mucho menos en un juego como este, que era más que clave para Boston, porque al día siguiente deberá enfrentar nada menos que a Justin Verlander, mientras Cora tendrá que enviar a la lomita con poco descanso a David Price, el abridor menos confiable en postemporadas en lo que llevamos de siglo XXI.