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Los cambios que se vienen

¿Y esto qué cosa es? ¿PlayStation? ¿Nintendo? Bienvenido al nuevo béisbol, cada vez más parecido a un videojuego.

De manera experimental, como un laboratorio que está monitoreando MLB, la Liga Atlántica (independiente) pondrá en práctica una serie de modificaciones e innovaciones que podrían significar el futuro del béisbol a corto plazo.

La Liga Atlántica se asoció con las Grandes Ligas para servir de conejillo de Indias en la implementación de varias reglas, que van desde la ampliación de la distancia entre el montículo y el plato, la prohibición de las formaciones especiales o shifts y el conteo de bolas y strikes de manera computarizada.

Nada es en blanco y negro. Algunas de las innovaciones tienen sentido, en aras de acelerar el juego y reducir al mínimo errores arbitrales.

Otras son un absurdo mayúsculo que atentan contra la esencia del juego. Vamos por partes.

Conteo computarizado de bolas y strikes

Es la famosa "cajita" que vemos en las transmisiones de televisión y que desnudan las deficiencias o aciertos de los umpires.

Ello reducirá prácticamente a cero cualquier error arbitral de los conteos de bolas y strikes, lo cual es positivo.

El oficial detrás del plato recibirá un mensaje automático que le dirá si el envío pasó por zona buena o mala y él simplemente se limitará a hacer la seña correspondiente de strike o bola.

Eso no significa que su labor se elimine. Seguirá siendo la autoridad dentro del terreno, encargado de mantener la disciplina y decidirá el resto de las jugadas.

Quizás le quite lucidez al espectáculo, porque no veremos animados conatos de bateadores inconformes con un conteo, pero en aras de la justicia, es una buena innovación, como en su momento lo fue la apelación al video.

No formaciones especiales

A partir de ahora, en la Liga Atlántica deberá haber dos defensores a cada lado de la segunda base.

Ni el antesalista ni el campocorto pueden pasar a la derecha de la segunda almohada, ni el intermedista o el primera base podrán hacerlo hacia la izquierda.

Si algún defensor del infield violara eso, se le concedería al bateador en turno una bola automática en su conteo.

Si bien no me gusta este tipo de prohibición porque considero que atentan contra la creatividad táctica de los managers, ganará el espectáculo.

Los shifts convierten en jugadas de rutinas lo que en otros tiempos eran imparables limpios a los jardines.

Ello obliga a los bateadores a sacrificar contacto a tratar de levantar la pelota para pasar a la defensa interior, con el consiguiente aumento en el número de ponches.

En principio me parece interesante. Veámoslo en la práctica antes de emitir un juicio definitivo.

Aumentar en tres pulgadas tamaño de almohadillas

No le veo el sentido, pero tampoco qué tenga de negativo. Ayudará lo mismo a la ofensiva, pues el corredor tendrá un área mayor de base para pisar, que los defensores, sobre todo en esas jugadas en movimiento en que el pitcher tiene que venir a cubrir y debe encontrar la almohadilla casi por instinto mientras tiene la vista fija en la pelota que debe fildear.

Mayor distancia entre la lomita y el home

Desde 1893, en el béisbol de adultos, la tabla de lanzar está situada a 60 pies y medio del plato.

Extender esa distancia a dos pies más comienza a alterar la esencia del juego y una vez más son los pitchers los afectados.

El bateador tendrá ahora una fracción de tiempo más para reaccionar ante los envíos con esta medida dirigida a elevar la ofensiva, pero cuando se cambian las dimensiones interiores del terreno ya empieza a ser un deporte diferente.

Reducir en 20 segundos el tiempo entre entradas

Hasta ahora, los entreinnings en la Liga Atlántica duraban dos minutos y cinco segundos.

A partir del 2019, ese tiempo se reducirá a un minuto y 45 segundos.

Ello significará un ahorro de cinco minutos y 20 segundos en un juego de nueve entradas, nada realmente significativo, aunque cualquier medida lógica para ganar tiempo es siempre bienvenida.

Un mínimo de tres bateadores para los lanzadores

No, no son los umpires los que van a desaparecer con las reglas experimentales de la Liga Atlántica.

Son los managers, cuya capacidad estratégica se verá limitada. Adiós al uso de, digamos, un relevista zurdo contra determinado bateador, aunque detrás vengan dos derechos.

¿Y qué tal si un lanzador recibe dos cuadrangulares consecutivos y se ve que ya no tiene nada en la bola?

Esa no es la solución para acortar el tiempo de juego.

Lamentablemente, esa es una regla de la MLB y la Asociación de Jugadores están considerando para la temporada del 2020.

No visitas al box, excepto para cambiar al pitcher

Esta es peor que la anterior. Si bien limitar el número de viajes de los coaches a la lomita es bueno para acelerar el juego y ya se demostró en la pasada temporada que seis visitas eran más que suficientes, eliminarlas por completo es un disparate de marca mayor.

Una conferencia en la loma con el serpentinero puede hacer la diferencia entre un out y un hit, entre un triunfo y una derrota.

Pero esta medida aprieta aún más el nudo en las manos de los directores.

Por ahora, muchos pondremos atención sobre esta liga casi anónima para el gran público, para ver cómo se desarrolla el experimento, por con los ojos bien abiertos, no vaya a ser que esto termine con los jugadores sentados en torno al montículo, donde instalen una consola de videojuegos.