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'El Rey Félix' prepara su último acto

Si la vida fuera un guión de Hollywood, Félix Hernández saldría hoy a la lomita del T-Mobile Park y lanzaría el segundo juego perfecto de su carrera.

Sería el colofón ideal a una trayectoria que parecía encaminada al Salón de la Fama de Cooperstown, cuando siendo un adolescente de 19 años debutó con un mundo en la pelota el 4 de agosto del 2004.

En aquella ocasión perdió 3-1 ante los Detroit Tigers, pero le tomó apenas una segunda apertura para deslumbrar con ocho innings en blanco frente a los Minnesota Twins para un triunfo de 1-0, su primero en las Mayores.

Había nacido El Rey Félix. Tuvieron que pasar por el plato 112 bateadores antes que en su séptima salida, Jermaine Dye, de los Chicago White Sox, consiguiera conectarle su primer extrabases, un doblete.

El venezolano es una rareza en estos tiempos, al vestir un solo uniforme en su carrera. Defendió a los Seattle Mariners desde el primero hasta el último día, en las buenas y en las malas. Félix es a los Marineros como pitcher lo que Edgar Martínez fue como bateador. Semper fidelis.

Mereció ganar el premio Cy Young en el 2009, pero los votantes comenzaban a inclinarse a las nuevas estadísticas y se decantaron por Zack Greinke, entonces con los Kansas City Royals.

Un año después, la misma sabermetría que le quitó el Cy Young, se lo sirvió en bandeja de plata, a pesar de tener un récord de 13-12, seis victorias menos y siete derrotas más que en el 2009.

El momento cumbre de su carrera llegaría el 15 de agosto del 2012, cuando retiró a los 27 bateadores que enfrentó de los Tampa Bay Rays, 12 de ellos por la vía de los strikes, para vencer 1-0 y apuntarse el vigesimotercer juego perfecto en toda la historia de las Grandes Ligas.

Un año después firmó una extensión contractual por siete años y 175 millones, con opción para el 2020.

Pero a partir del 2016, al cumplir los 30 años, la salud empezó a darle la espalda y aquella carrera que parecía destinada a terminar en Cooperstown se torció.

El Rey Félix, un devorador de innings que del 2008 al 2015 superó siempre la barrera de las 200 entradas, apenas ha conseguido trabajar 308.1 capítulos entre 2017 y 2019, con efectividad desastrosa de 5.43 y saldo de 15 triunfos y 26 reveses.

Ojalá en su último acto sea capaz de sacar de donde no hay, para dejar una última imagen triunfal y no la caricatura que ha sido en las últimas tres campañas.

Demasiadas glorias le entregó al béisbol y un Rey no merece salir por la puerta de atrás.