<
>

Red Sox debería retener a Mookie Betts... por ahora

Los Boston Red Sox tienen en el mercado a su mejor jugador, el jardinero derecho Mookie Betts, quien cobrará alrededor de 27 millones de dólares en el 2020, su última temporada antes de irse a la agencia libre.

La gerencia quiere recortar gastos a como dé lugar, para tratar de quedarse por debajo del impuesto de lujo que pagará todo equipo que sobrepase los 208 millones de nómina en la próxima campaña.

Boston contaba con que J.D. Martínez se saliera de su contrato de cinco años después de los dos primeros, como estipulaba el pacto, pero el bateador designado y jardinero cubanoamericano optó por seguir hasta el final con el equipo, después de ver el trabajo que le costó conseguir empleo cuando llegó a la agencia libre en el 2017.

Los Medias Rojas tienen invertidos a largo plazo 145 millones en Chris Sale hasta el 2024, 120 millones en Xander Bogaerts hasta el 2025, 96 en David Price y 62.5 en Martínez, ambos hasta el 2022, así que desprenderse de los 27 millones de Betts serían de gran ayuda financiera, toda vez que no hay un interés mutuo realmente firme de mantener la relación más allá de la próxima temporada.

El pelotero sabe el enorme valor que puede alcanzar en el mercado como agente libre, sobre todo, porque cuando llegue ese momento tendrá apenas 28 años recién cumplidos.

Sus aspiraciones apuntan a un contrato entre los 330 millones que consiguió Bryce Harper con los Philadelphia Phillies y los 428 que le dieron Los Angeles Angels a Mike Trout. Ni más, ni menos.

Y para Boston, suena descabellado aceptar esos términos, con 423.5 millones ya acordados en solamente cuatro jugadores.

Si después de la temporada se va a ir, sí o sí en un 99 por ciento de probabilidades, mejor canjearlo y obtener valiosos prospectos con los que alimentar la granja, por cierto, de las peores en todo el béisbol en la actualidad.

Pero salir de Mookie ahora mismo sería tirar la toalla antes de que se haya lanzado la primera pelota de la temporada.

Si bien los Medias Rojas enfrentarán en la división Este de la Liga Americana la oposición de los New York Yankees y los Tampa Bay Rays, además del ascenso de nivel de los jóvenes y prometedores Toronto Blue Jays, todavía están en condiciones de competir por llegar a los playoffs, al menos en el papel.

Cambiar a Betts ahora mismo enviaría una señal muy negativa a los fanáticos.

¿Qué tal si las cosas empiezan a salirle bien a la tropa de Alex Cora desde el principio, como pasó en el 2018, en que el equipo dominó de principio a fin?

Vale la pena aguantar los deseos y ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

Ahora mismo, el equipo que adquiera al jardinero tiene que estar casi seguro de que lo ganará todo en el 2020, algo que no está para nada garantizado.

Para hacerse de sus servicios habrá que entregar no sólo a los mejores prospectos, sino hasta selecciones de la primera ronda del draft, tal vez para nada, así que por muy buen jugador que sea Mookie, no todos están dispuestos a correr ese riesgo.

Las perspectivas cambiarán a mitad de campaña, cuando ya están perfilados más o menos los conjuntos que irán a la postemporada.

Entonces ahí es cuando Boston, si a esa altura no está batallando por un puesto en la fiesta de octubre, debe aprovechar y jugar con la desesperación de los contendientes.

Es ese el momento en el que el valor del patrullero derecho sube a dimensiones superiores y se convierte en esa cereza para coronar el pastel, por la cual pedir la Seca y la Meca.

Cuando la posibilidad de ganar la Serie Mundial está más cerca, al alcance de la mano, no faltarán equipos dispuestos a alquilar a Betts por los últimos meses de contienda, aunque para ello tengan que desprenderse de sus prospectos más valiosos, a sabiendas de que lo perderán luego en la agencia libre.

No se trata de hacer negocios por hacerlos, sino en el momento oportuno. Saquen al mercado a Mookie Betts en julio y verán como habrán muchos dispuestos a arrancárselo de la mano a los Medias Rojas sin preguntar mucho por el precio.