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Los tres hechos que más cambiaron el béisbol en los últimos 100 años

En los últimos 100 años, el béisbol ha sufrido una serie de cambios que lo han llevado al punto en que nos encontramos en la actualidad.

Algunos han sido trascendentales, otros apenas mínimos, pero todos conforman eslabones de una cadena interminable de modificaciones.

Sin embargo, hay tres hechos a partir de 1920 sin los cuales no podríamos ni hablar de lo que son hoy las Grandes Ligas.

1.- Babe Ruth llega a los Yankees

En 1919, Harry Frazee era el dueño de los Boston Red Sox, aunque su verdadera pasión, más que el béisbol, era el teatro musical.

Babe Ruth era el mejor jugador de las Grandes Ligas, bateador extraordinario y lanzador estelar de los Medias Rojas, que había llevado hasta 29 el récord de jonrones en una temporada.

Frazee estaba necesitado de plata para financiar sus puestas en escena y Boston, campeón de la Serie Mundial el año anterior, había terminado sexto entre ocho equipos de la Liga Americana.

Cinco días antes de que terminara el año, el productor teatral tomó una decisión que cambió para siempre la historia del béisbol y le vendió a los New York Yankees a Babe Ruth por 100 mil dólares, una cifra exorbitante para la época.

En 1920, el poderoso toletero vistió por primera vez el uniforme de rayas de los Yankees, hasta entonces un modesto equipo que desde su nacimiento como los Highlanders en 1903, lo más que había logrado era quedar segundo en tres ocasiones en el joven circuito.

En su nueva novena, Ruth ocupó un puesto de bateador y jardinero a tiempo completo y un año después la llevó a la primera de sus 40 Series Mundiales.

La llegada del Bambino a Nueva York revolucionó el béisbol y convirtió a los Yankees en la franquicia deportiva más famosa del planeta.

La prensa deportiva de la época acuñó el término "bambinazo" para referirse a sus batazos de cuatro esquinas y la suerte de los Yankees cambió para siempre, tornándose en una fuerza imparable que hoy luce en sus vitrinas 27 coronas en clásicos de octubre.

Entretanto, a los Medias Rojas les cayó la 'Maldición del Bambino', que duró 86 años antes de que volvieran a ganar una Serie Mundial.

2.- Jackie Robinson rompe la barrera racial

Las Grandes Ligas siempre se han vanagloriado desde su nacimiento de tener el mejor béisbol del mundo, pero algo faltaba para que esa afirmación fuera una verdad absoluta.

Los peloteros de raza negra estaban vetados para jugar en las Mayores desde que a finales del siglo XIX, Cap Anson, manager-jugador de los Chicago Cubs y primera estrella genuina que tuvo el béisbol en sus albores, se negara a compartir el terreno con jugadores de piel oscura.

En la década de los años 40 del siglo XX, muchos de los mejores peloteros de las Grandes Ligas se alistaron en el ejército y fueron a combatir en la Segunda Guerra Mundial y el espectáculo decayó por la ausencia de estrellas como Joe DiMaggio y Ted Williams, entre otros.

Los negros tenían su propia liga y los equipos de las Mayores les alquilaban sus estadios los días que no había partidos para que ellos jugaran allí.

Un visionario llamado Branch Rickey, gerente general de los Dodgers de Brooklyn, vio la gran cantidad de público de todas las razas que atraían aquellos encuentros por la indiscutible calidad de los jugadores, en los que vio una mina de oro para llenar el vacío de quienes habían tomado las armas para combatir a la Alemania Nazi en Europa.

Aunque para finales de 1945 la guerra había terminado y las estrellas comenzaban a regresar a casa, Rickey estaba decidido a llevar su revolucionaria idea adelante y el 23 de octubre de ese año escandalizó al entonces conservador mundo del béisbol, al firmar como agente libre a Jackie Robinson, un jugador de cuadro que brillaba en las Ligas Negras con los Kansas City Monarchs.

Tras pasar la temporada de 1946 en AAA, el 15 de abril de 1947, se convirtió en el primer pelotero de raza negra en jugar en Grandes Ligas desde que se estableció la infame barrera racial en el siglo XIX.

Robinson, con un estoicismo a prueba de balas y consciente del papel histórico que le tocó desempeñar, le abrió las puertas de las Mayores a sus hermanos de raza.

Llegaron entonces otros inmortales como Satchel Paige, Frank Robinson o Willie Mays.

A partir de ahí, las Grandes Ligas estuvieron finalmente completas y la afirmación de que se trata del mejor béisbol del mundo se convirtió en una verdad absoluta.

3.- Curt Flood desafía la cláusula de reserva

Curt Flood fue un buen pelotero, ganador de siete Guantes de Oro, asistente a tres Juegos de Estrellas y ganador dos veces de la Serie Mundial con los St. Louis Cardinals.

Pero su lugar en la historia se lo ganó fuera del terreno, cuando en los convulsos años 60, cuando Estados Unidos estaba inmerso en la lucha por los derechos civiles, desafió al entonces comisionado de las Grandes Ligas, Bowie Kuhn, al rechazar un cambio a los Philadelphia Phillies.

Fue el día de Nochebuena de 1969 cuando Flood envió a Kuhn una carta en la que le notificaba su negativa a aceptar el canje a los Filis.

"Después de doce años en las Grandes Ligas, no siento que sea una propiedad para comprar y vender, independientemente de mis deseos".

"Creo que cualquier sistema que produzca ese resultado viola mis derechos básicos como ciudadano y es incompatible con las leyes de los Estados Unidos y de varios Estados".

"He recibido una propuesta de contrato de Filadelfia, pero creo que tengo derecho a considerar las ofertas de otros clubes antes de tomar cualquier decisión".

Kuhn respondió con otra carta llena de formalismos, en la que le negó la posibilidad de optar por otros equipos y Flood, apoyado por el abogado Marvin Miller, líder del sindicato de jugadores, presentó una demanda en las cortes.

El jardinero central de los Cardenales había destapado la caja de Pandora, al cuestionar la hasta entonces existente cláusula de reserva, que permitía a los equipos disponer a su antojo la suerte de los peloteros.

El caso conocido como Flood vs Kuhn pasó por las diferentes instancias hasta llegar a la Corte Suprema de Justicia durante un proceso legal que demoró dos años y medio.

Flood no jugó en 1970, ni con los Filis ni con cualquier otro equipo, mientras que apenas participó en 13 partidos en 1971 con los Senadores de Washington, con lo que puso fin a su carrera.

Aunque la Corte Suprema confirmó, por un margen de 5 a 3, la exención antimonopolio otorgada a las Grandes Ligas en 1922, admitió que los fundamentos originales de esa exención eran frágiles.

Esa admisión puso en marcha entonces una serie de eventos que finalmente condujeron a la anulación de la cláusula de reserva y abrió las puertas al surgimiento de la agencia libre en el béisbol, que luego se hizo extensiva a otros deportes.

Sin aquella aparentemente inocente carta de Flood al comisionado Kuhn, los deportistas profesionales de Estados Unidos (no sólo los beisbolistas) no ganarían los salarios estratosféricos de hoy, de acuerdo con lo que dicta el mercado, en lugar de quedar a merced del capricho de los dueños de equipos.