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Berlocq y el primer gran grito

Carlos Berlocq y la alegría de su primera consagración Getty Images

BASTAD -- No quedan dudas que lo hecho por Nicolas Mahut, ganando dos partidos de singles el domingo, para consagrarse en Newport no puede ser ignorado. Mucho menos Fabio Fognini, que atraviesa el mejor nivel de su carrera ratificándolo con su primer título, en Stuttgart.

Pero lo hecho por Carlos Berlocq opacó a ambos. El argentino venció a Fernando Verdasco y se quedó con el ATP de Bastad. Así, con 30 años de edad, se convirtió en el argentino de mayor edad en ganar su primer trofeo en la élite.

Acostumbrado a batallar, tal como esperaba ganó el duelo mental ante el dúctil español para vencerlo en sets corridos. El ibérico ya tenía en sus manos cinco títulos ATP pero sigue sin festejar desde 2010.

El oriundo de Chascomús, que supo ser 37º en marzo de 2012, aprovechó al máximo las posibilidades en un cuadro que no lo tenía favorito, a pura fortaleza mental para hacerse dueño del Abierto de Suecia.

Porque primero venció a Horacio Zeballos, con todo lo que significa enfrentarse a un compatriota. A continuación, batió al esloveno Blaz Kavcic y al español Albert Ramos, dos jugadores sólidos. Ya en semifinales aprovechó la oportunidad y venció al holandés Thiemo de Bakker, que había dado la gran sorpresa al dejar afuera a Tomas Berdych 24 horas antes.

Algo similar sucedió con Fernando Verdasco, cuartofinalista en Wimbledon pero irregular en 2013, que dejó afuera al búlgaro Grigor Dimitrov, promesa que ya es realidad y que había eliminado a Juan Mónaco, otro de los favoritos.

Lo cierto es que Berlocq aprovechó al máximo la situación y se dio el gusto más importante de su carrera, apenas comparado con las alegrías que tuvo en las series de Copa Davis este mismo año, como local. 14 títulos en Challengers a lo largo de su carrera le mostraron que el salto era posible.

Además del aspecto mental, y sin ser menos importante, el argentino rindió al máximo de sus posibilidades y mostró su espectro de recursos, en otra muestra de su evolución en su juego, que a la solidez de fondo hace tiempo le sumó drops, mayor velocidad a sus golpes y sin desaprovechar las posibilidades cuando el juego le permite ser ofensivo para cerrar el punto.

En definitiva, poco le importa ahora el descenso en el ranking que le había sacado la posibilidad de jugar en los Masters 1000 de Toronto y de Cincinatti. Seguirá formando parte de la última gira de polvo de ladrillo para luego sí jugar en Winston Salem como preparatorio al US Open, más allá de este gran salto en el ranking que lo acerca a los torneos grandes de Asia. Pero para eso falta, ahora a seguir disfrutando de este momento.