Lo que dejó la doble fecha sudamericana

Si en el fútbol los números fueran importantes, no habría dudas acerca de lo que fue esta fecha doble para el líder de las Eliminatorias. Seis puntos, cinco goles a favor, uno en contra, liderazgo asegurado y tres tantos de Messi hablan de un presente perfecto. Y es verdad que la Selección mejoró muchísimo y cerró un año excelente, pero también lo es que Alejandro Sabella debe seguir trabajando -y sin dudas, lo hará-. Que tiene a los mejores delanteros del planeta, ya no hay dudas. Messi, Higuaín y Agüero aseguran goles y fútbol, por eso es necesario afirmar el trabajo en defensa y en el mediocampo, sobre todo en la contención y en la creación. El Mundial todavía está lejos y tiempo es lo que sobra. Por eso, hay fe en este equipo. Y cuando la confianza flaquea, hay que pensar en Messi. Él es el dueño de la esperanza.

Jugó dos partidos en La Paz y sumó cuatro puntos. Es una cifra interesante para un equipo al que todo le cuesta demasiado. El empate frente a Perú fue importante porque comenzó abajo en el marcador y luego supo igualarlo y buscar el triunfo. Luego, llegó el gran partido, la actuación esperada desde que llegó Xabier Azkargorta. Como hace cuatro años contra Argentina, Bolivia hizo un encuentro perfecto y goleó a un adversario de primer nivel. El 4-1 contra Uruguay pudo haber sido aún más amplio y representa que Bolivia todavía puede. El Seleccionado fue muy superior al campeón de América y, gracias a los tres goles de Saucedo, logró su segunda victoria en las Eliminatorias. El Mundial parece una utopía, pero sumar es necesario para retomar la confianza de cara al futuro.

Aquel comienzo en el que miraba a todos desde arriba quedó en la historia demasiado rápido. Hoy Chile está, por diferencia de gol, afuera de la Copa del Mundo. Este presente tiene que ver con varias cuestiones: baja en el nivel del equipo en general, problemas internos, desconfianza en el entrenador y lesiones. En ese contexto, se hace difícil pelear la clasificación al Mundial. Pero Chile tiene material y jugadores como para soñar, a pesar de esta dos duras derrotas. Contra Ecuador no tuvo demasiadas oportunidades y sucumbió en la altura. Frente a Argentina, en cambio, hizo méritos para ponerse arriba en el marcador pero falló demasiado y luego sufrió a Messi. Es decir, que demostró su potencial pero una vez más tuvo falta de carácter. Borghi tiene crédito para seguir.

Si no fuera por Messi, sería el mejor Seleccionado sudamericano de la actualidad. José Pekerman le cambió la cabeza al plantel cafetero, que por primera vez en años -quizás en décadas- volvió a creer en sí mismo y tiene enormes posibilidades de regresar a un Mundial tras 16 años de ausencia. Sólo jugó ante Paraguay porque luego quedó libre, pero ese encuentro le alcanzó para dar el salto a la zona alta de la tabla. Con un Falcao imparable, un James Rodríguez cada vez más firme en su rol de armador, un Teo Gutiérrez que brilla en la Selección como no lo hace ni en su equipo y una defensa muy sólida, Colombia confía en que esta vez sí se terminará esa maldición que comenzó en Francia 98. Todo está dado como para ver a la Tricolor en Brasil, sólo deben mantener este nivel.

Efectividad, solidez y confiabilidad. No estamos hablando de un electrodoméstico, sino de tres cualidades que en la actualidad debe tener todo equipo que vaya en busca de objetivos importantes. Reinaldo Rueda logró formar una Selección durísima como visitante y casi imbatible en Quito. Eso es exactamente hacia lo que debe apuntar el combinado ecuatoriano. A ganar todo en el estadio Atahualpa y sacar la mayor cantidad posible de puntos en el llano. Hasta ahora todo está saliendo a pedir de boca. En esta doble jornada venció 3-1 a Chile en casa sin Antonio Valencia y obtuvo un gran empate 1-1 frente a Venezuela en Puerto La Cruz. Esos cuatro puntos le sirvieron para afirmarse en la zona de clasificación. Está en el segundo puesto y no pierde desde aquel 0-4 frente a Argentina. La clasificación está en sus manos.

Un triunfo siempre renueva las esperanzas, pero el futuro no se ve muy promisorio para la Albirroja, que lejos está de aquella Selección firme que siempre suponía una incomodidad para su rival. Tras la salida de Gerardo Martino algo se perdió y aún no lo recuperó. En el primer encuentro cayó sin atenuantes en Colombia y luego derrotó a Perú en Asunción, en lo que fue la primera victoria de Gerardo Pelusso. Pese a ese resultado, Paraguay sigue último en la tabla, lo que demuestra lo mala que fue la primera ronda para los guaraníes. Hoy están a cinco puntos de la zona de clasifcación, algo que no parece mucho pero que sí lo es cuando se comparan los rendimientos. Deberán mejorar muchísimo para soñar con clasificar a su quinta Copa del Mundo consecutiva

La gran actuación contra Argentina le devolvió las esperanzas a los peruanos, que viven entre la euforia y la tristeza desde la Copa América. Sin embargo, ese buen partido en Lima fue sólo un espejismo porque otra vez la Selección que dirige Markarian fue un cúmulo de buenas intenciones pero nada más. En esta doble jornada sacó un interesante empate en La Paz pero luego no pudo en Paraguay y perdió contra la peor Selección del momento. Este resultado le deja en el penúltimo lugar y le quita la oportunidad de quedar a un paso de la zona de clasificación. Perú tiene potencial y jugadores como para dar pelea por un lugar en el Mundial, pero debe creer que puede hacerlo y debe encontrar una regularidad. Con más confianza y continuidad en el juego todavía tiene tiempo de dar el salto.

Parece mentira, pero de un momento para otro, la Celeste volvió a ser ese equipo pequeño, sin rumbo ni confianza en sí mismo. Después de la grandiosa actuación en Sudáfrica 2010, del título en la Copa América y del gran comienzo en las Eliminatorias, todos creían -creíamos- que la era de sufrimento había terminado para los uruguayos. Sin embargo, el equipo parece haber llegado a su techo y ahora está en pleno descenso. Perdió tres de los últimos cuatro partidos con 11 goles en contra y cayó a la zona de repechaje. Fue goleado por Argentina y por Bolivia y en ninguno de los dos encuentros tuvo respuesta ante la adversidad. Sería difícil, pero está claro que Uruguay es candidato a la clasificación, por jugadores, entrenador y por su historia reciente.

Cada vez que la Vinotinto tiene la oportunidad de dar el salto, falla. Eso puede ser falta de actitud, de categoría o de suerte. O ninguna de las tres. Lo único cierto es que, tras quedar libre en la jornada final de la primera ronda, tenía la chance de afirmarse en el cuarto puesto si vencía a Ecuador pero, tras ponerse en ventaja con un golazo de Arango, no supo mantener el resultado y terminó 1-1 en Puerto La Cruz. Ese punto le sirvió para alcanzar a Uruguay y Chile, algo valioso para una Selección que busca clasificar por primera vez en su historia. El trabajo de César Farías es bueno y la Vinotinto demostró que este puede ser su Mundial. Debe comenzar a demostrar autoridad para vencer a los adversarios directos de su lucha.