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Los mejores del año

Getty Images

BUENOS AIRES -- El año par entre Copa del Mundo y Copa del Mundo siempre tiene una importancia significativa para Europa y relativa para Sudamérica. Mientras en el viejo continente se disputan la Eurocopa y las primeras jornadas de las Eliminatorias, en nuestra región sólo se juegan algunos encuentros de la clasificación mundialista. Por eso, en este momento de repaso no se buscará comparar Selecciones de diferente confederación, sino se destacará una de cada lado del planeta.

En 2012 no hubo un club arrasador como lo fue Barcelona el año pasado. Si bien el equipo catalán volvió a brillar con su juego de alto vuelo, falló en algunas ocasiones y por eso no pudo imitar lo hecho en 2011. Chelsea, un equipo con pocas luces, lo venció en semifinales y se quedó con la Champions League, mientras que la Copa Libertadores la ganó un Corinthians que tuvo en la solidez defensiva su mayor virtud. Así las cosas, el buen juego mostrado por las Selecciones pudo apreciarse mejor, ya que la luz de Barcelona esta vez no encandiló tanto.

Argentina y España son las elegidos por quienes llevan adelante este Blog ansioso que sólo piensa en Brasil 2014. Cada una con sus armas, sus virtudes y sus defectos, marcaron el rumbo en sus respectivas confederaciones y completaron un gran año, gracias al cual ven con más optimismo el futuro. Algunos dirán que la Roja ni siquiera necesita ser optimista, sólo debe jugar como sabe y los éxitos llegarán sólos. Es cierto, pero también lo eso que es mucho mejor llegar al Mundial entre triunfos que entre derrotas.

LA SELECCIÓN DE MESSI
Argentina jugó once partidos en 2012, de los cuales ganó 8, empató 2 y sólo perdió 1 -aunque con un plantel integrado por jugadores del fútbol local-. Marcó 25 goles y recibió 11. Los datos son claros y no dejan dudas, aunque sólo describen una porción del análisis del juego de una Selección -quizás la menos importante-. Lo más valioso es aquello que se ve adentro de una cancha, lo que el equipo propone, las ideas futbolísticas. Y eso es lo mejor que Argentina ha demostrado en este año que termina.

En noviembre de 2011 comenzó a gestarse esta nueva era. Tras un primer tiempo pésimo frente a Colobia en Barraquilla, la Selección jugó 45 minutos perfectos y dio vuelta el marcador ante Colombia. Ese triunfo en el estadio Metropolitano marcó el comienzo de una etapa superadora. Ese equipo agresivo, firme, confiado y sólido fue el que jugó casi todos los partidos de 2012 y por eso fue uno de los dos mejores Seleccionados del año.

La principal virtud de Alejandro Sabella este año fue haberle cambiado la cabeza a Lionel Messi y con él a todo el equipo. Hasta la Copa América, era un Seleccionado con grandes futbolistas pero sin un líder positivo en el campo y sin personalidad. Podía vencer a cualquiera pero también podía perder con cualquiera. No había trabajo ni ideas. Era un Seleccionado a la deriva, que dependía de la suerte. Hoy, eso cambió. Sabella logró -sólo él sabe cómo- que Messi juegue en Sudamérica de la misma manera que en Europa y eso potenció al resto del equipo.

Algunos dirán que le cambió la posición, otros que le dio la cinta de capitán, otros que el resto del plantel entendió su importancia y otros que simplemente necesitaba un técnico que le transmitiera seguridad. Nadie sabe por qué, pero Messi, desde la llegada del ex DT de Estudiantes, se convirtió en el dueño de la Selección. Convirtió goles, dio asistencias, jugó e hizo jugar. En definitiva, fue Messi. En el caso de Argentina, la individualidad es tan relevante que potencia al colectivo. Porque el fútbol del Diez se alimenta del de Agüero, Higuaín y Di María y el de ellos se nutre del de Messi. Para quien escribe esta columna no hay ninguna dudas: los cuatro titulares indiscutidos son los hombres de ataque.

Además de las goleadas sobre Ecuador y Uruguay por las Eliminatorias, Argentina superó con claridad a Suiza, Brasil y Alemania en partidos amistosos. Esos resultados -y sobre todo el juego ofensivo- le permitieron a la Albiceleste recuperar un poco el prestigio perdido luego de varios ciclos repletos de problemas. Esa voracidad ofensiva, sumada al nivel superlativo de Messi convirtieron a Argentina en uno de los mejores Seleccionados del año. Ahora es necesario mantener el nivel para llegar al gran objetivo con los cañones preparados. Es el gran objetivo no sólo de un país sino también del futbolista más extraordinario de los últimos veinte años.

EL CAMPEÓN TOTAL
Barcelona y España se ríen de los que hablan de "fin de ciclo", de aquellos agoreros que buscan presagiar fracasos y terminan ellos mismos fallando una y otra vez. Es que este proyecto futbolístico no sólo deja en ridículo a rivales, sino también a incrédulos. La filosofía de Barcelona que no deja de sorprender es desde hace varios años también el modo de juego y de vida de la Selección nacional, que volvió a vivir un año inolvidable.

Hablar de España es repetirse una y otra vez, es volver a elogiar aquello que el planeta entero ya elogió mil veces. Es hablar de que el todo es más que la suma de sus partes, de que para ganar es necesario poner a la pelota en un pedestal y respetarla por sobre todas las cosas. Es reiterar la satisfacción de ver que por una vez ganan los buenos, los que buscan atacar y no defenderse. La Roja gana porque mantiene siempre sus mismas armas, nada cambió desde la Euro 2008, sólo cambian la cantidad de trofeos.

En la final de la Euro, España cerró un círculo virtuoso que comenzó a dibujar en Austria y Suiza, en 2008. El impresionante 4-0 sobre Italia en Kiev es un símbolo de lo que representa este equipo en el fútbol mundial. No fue una simple goleada, fue la diferencia más grande la historia de los torneos internacionales -Mundial, Euro y Copa América-. Fue una demostración de superioridad abrumadora, incontestable. El campeón jugó su mejor partido justo cuando más lo necesitaba. Eso es lo que hacen los equipos legendarios.

Fue de menor a mayor en Polonia y Ucrania. Debutó con un pobre empate contra Italia y luego vención sin dificultades a Croacia e Irlanda. En cuartos de final dio su primera exhibición, contra Francia. Los dos goles de Xabi Alonso son una muestra clara de que cualquier jugador en cualquier circunstancia es capaz de marcar la diferencia. Eso tiene que ver con una concepción grupal del juego, en la que lo más importante es tener la pelota, lo segundo mantenerla y lo tercero llegar al arco rival. Nunca es relevante quién hace cada cosa.

Este fue el año de Andrés Iniesta como principal figura de España. Aunque jamás lo buscó, su nivel lo convirtió en el líder fubtolístico del equipo, un rol que no siempre ocupa en Barcelona porque Messi absorbe todo. Y el Cerebro demostró que además de ser un fenómeno dentro de una estructura sólida, también es capaz de salirse de ese circuito para decidir por sí mismo y marcar diferencia. Hasta Xavi Hernández tuvo la inteligencia de otorgarle un poco de su protagonismo y por eso la Roja tuvo ese salto de calidad.

Además del éxito en la Euro, España goleó a Venezuela, Panamá, Corea del Sur y Arabia Saudita en amistosos y obtuvo siete puntos en los primeros tres encuentros de las Eliminatorias mundialistas. La Selección mayor no perdió ningún juego en 2012 y la única mancha del año fue en los Juegos Olímpicos, donde el combinado sub 23 no pudo superar la primera ronda y se despidió sin marcar ni un gol.

Casi con seguridad, el próximo año España volverá a jugar de la misma manera y también lo hará así el siguiente. Los resultados pueden seguir llegando como consecuencia de esos ideales o también pueden desaparecer porque el fútbol es así de imprevisible. Lo seguro es que el éxito está asegurado, porque trofeos al margen, España es la Selección más ganadora del siglo.

BONUS TRACK
Además de estos dos gigantes que en 2012 firmaron todas las solicitudes para ser considerados favoritos en la Copa del Mundo de Brasil, otros dos equipos demostraron su gran potencial este año. Y no sólo han sido reconocidos por su excelente presente, sino también por un futuro aún mejor. Se trata de Colombia y Bélgica, dos Seleccionados que comenzaron el año en el más absoluto silencio y lo terminaron a toda orquesta.

La llegada de José Pekerman provocó una revolución en el combinado cafetero, que vive su mejor momento desde aquella generación de oro de la década del noventa. El entrenador argentino reorganizó la estructura del equipo nacional, formó una base sólida y les devolvió la confianza a este grupo de muy buenos jugadores que llegaban al Seleccionado y se nublaban. La Tricolor ganó cinco de los siete partidos que jugó en el año y está segunda en las Eliminatorias.

Con un Falcao en un nivel impresionante, con socios como James Rodríguez y Teófilo Gutiérrez, un mediocampo firme y una defensa sólida, Colombia encontró el rumbo cuando muchos creían que iba a llegar un nuevo fracaso. Las goleadas sobre Uruguay y Chile fueron una muestra de que el regreso a una Copa del Mundo es muy posible.

Por su parte, Bélgica, que no juega un Mundial desde 2002, goza de su mejor generación en décadas. Con cracks como Eden Hazard, Marouanne Fellaini, Romelu Lukaku, Kevin Mirallas, Axel Witsel y Thomas Vermaelen, el Seleccionado belga sueña no sólo con volver al gran torneo, sino con hacer ruido de verdad en Brasil 2014.

Este año, en el que no jugó la Euro, el equipo logró por fin encontrar un equilibrio y, con Marc Wilmots como director técnico, sumó diez de doce puntos en las Eliminatorias. Además, consiguió un histórico triunfo 4-2 sobre Holanda en el clásico de los países bajos, algo que aumentó las expectativas de los hinchas. Esta elección es en realidad un voto al futuro que tiene su raíz en este presente en el que se presentó en sociedad un grupo de futbolistas que tiene todo para llegar muy lejos.