<
>

Li y Azarenka, listas para la final

Li aplastó a Sharapova y define con Azarenka Getty Images

BUENOS AIRES -- Sin dudas, la mayor sorpresa de estas semifinales del Abierto de Australia fue la facilidad con la que Na Li, una de las jugadoras que más me gusta en el circuito, le ganó a Maria Sharapova.

Las razones son varias, la primera de todas que Li jugó increíble, a un nivel superlativo y sin dudar en ningún momento de su capacidad para ganarle a la rusa. La segunda explicación que le encuentro a que Sharapova no haya estado al nivel que requería este partido es que llegó a las semis siendo tan superior a sus rivales, que prácticamente y sin desmerecer a nadie, no había tenido momentos de tensión o de dificultad que la "obligaran" a jugar muy bien, a la vez que exigida y bajo presión.

No sé si me explico: no es lo mismo jugar muy bien cuando "sólo" tenés que pegarle muy duro a la pelota (y eso Maria lo estaba haciendo perfecto) porque tus rivales no te lastiman con su juego, que hacerlo cuando tu rival además está jugando a un nivel muy alto y tenés que jugar en tu mejor forma pero siendo exigida.

Los partidos más difíciles que tuvo Maria, a priori, fueron los de Venus Williams (muy lejos de su mejor nivel) y Makarova, que poco pudo hacer contra la velocidad de pelota de Sharapova. Asé que la rusa llegó a semis por méritos propios, pero con demasiada facilidad y sin "obstáculos" en el camino.

Li, sin embargo, tuvo partidos muy difíciles como el de Agnieszka Radwanska, que venía invicta en 2013, o Julia Goerges que también le hizo partido, así que llegaba más alerta, más preparada, si se quiere decir así, para jugar contra una adversaria que la iba a poner en dificultades.

En la otra semi se dio algo muy habitual cuando una jugadora joven gana uno de sus primeros partidos importantes en su carrera, como fue el caso de Stephens contra Serena Williams. La estadounidense entró al partido muy errática, seguramente debido a la inevitable relajación física y anímica que se produce después de un esfuerzo y un stress tan grande como el que había tenido 24 horas atrás (jugó sin jornada de descanso).

Pero en el segundo set, Stephens (que me encantan sus golpes y su movilidad) fue entrando en ritmo, se fue sintiendo nuevamente cómoda en la cancha y activando de a poco físicamente algo que automáticamente le hizo ganar sensibilidad y precisión en sus golpes. Por su parte, Azarenka que se la veía sólida pero nerviosa tuvo un susto en una rodilla que durante un game la desconcentró y la puso más ansiosa, queriendo terminar los puntos más rápido, algo que la llevó a cometer más errores.

Sacó para el partido y desperdició 5 match-points, estando 5-3, quedando 5-4 arriba con saque de Stephens, en una situación muy crítica porque un tercer set podría haber sido para cualqueira de las dos jugadoras.

De cara a la final, que debería ser un muy buen choque porque ambas son ya jugadoras muy afianzadas y ganadoras de Grand Slam, puede ser clave cómo llegue Azarenka y su rodilla. Tengan en cuenta que muchas veces el dolor que sentimos en la cancha estando calientes y con la adrenalina aumenta enormemente pasadas un par de horas después del partido, cuando el cuerpo se enfrió y es ahí cuando uno realmente sabe la magnitud de la lesión y lo limitante que puede ser el dolor para volver a jugar.

Lo positivo, en este caso, para Victoria es que tiene un día de descanso y seguramente en el caso de que la rodilla no esté del todo bien podrá hacer un tratamiento antiinflamatorio de casi 48 horas, que si bien no es mucho, puede obtener muchísima mejoría porque hoy puede hacer reposo absoluto. Cosa que si jugara rápido la final, ya 4 o 5 horas antes del partido hay que entrar en calor y el tiempo de recuperación hubiera sido casi inexistente.

Por el lado de Li, que ya perdió una final contra Clijsters en Melbourne, tendrá muchas chances de ser campeona si puede jugar con la confianza y la solidez que mostró en los últimos días. Creo que la incorporación de "Tití" Rodríguez la ayudó mucho tácticamente y la está haciendo no sólo entrenar muchísimo, como dijo Li, sino también confiar en ella misma como no había hecho antes.