<
>

Ahora Mónaco puede sonreír

Juan Mónaco mejoró de la mano y empezó a ganar en el circuito Getty Iamges

BUENOS AIRES -- Después de la eliminatoria de Copa Davis que Argentina le ganó a Francia, estuve charlando con Juan Mónaco. Vale decir que, hasta ese momento, 'Pico' sólo había ganado partidos en la Davis en lo que iba del año, ya que en el circuito ATP había perdido en la primera ronda de todos los torneos en los que había participado.

A veces, visto desde afuera, parece que todo es muy fácil o, al menos, lo es encontrarle una explicación de por qué suceden las cosas. Pero en el caso de 'Pico' todo era un poco más complejo. Seguro que todos los buenos resultados de 2012 pudieron generarle cierta presión en el inicio de la temporada 2013, pero este no era, ni mucho menos, el motivo principal por el que él no conseguía ganar partidos.

Me contó que, debido a un quiste en la mano derecha, tuvo que operarse porque ya le dolía muchísimo, y eso lo obligó a cambiar el tamaño del grip de su raqueta. En realidad, empezó a jugar con un grip más grande para no tener que hacer tanta fuerza al agarrar la raqueta (suena un poco raro pero tiene todo el sentido del mundo) y fue justo antes de la eliminatoria contra Francia cuando, ya totalmente recuperado de ese quiste, pudo volver a utilizar su raqueta de toda la vida, o al menos la medida de grip que siempre utilizó.

Casualidad o no, en la Copa Davis ganó su partido contra Simon, perdió contra Tsonga, lo que estaba en los papeles, y a la semana siguiente en Estados Unidos festejó sus primeros triunfos de ATP en el año, llegando a las semis en Houston, racha que continuó en Europa porque también ganó partidos en Monte Carlo y Barcelona.

A lo que quiero llegar desde aquí es a la sensibilidad de los jugadores y a la importancia que puede llegar a tener cada detalle, por pequeño que parezca. Un cambio en el encordado, la tensión de las cuerdas, diferentes pelotas (cambian casi cada semana), la humedad, el calzado... todo afecta y mucho al jugador, pero creo que si algo nos altera por encima de todas las cosas es la raqueta y el encordado.

Muy pocos lo saben, pero Juan Martín del Potro, al menos hasta el año pasado, cuando yo volví a jugar en el circuito, seguía jugando con las raquetas que ganó el US Open en 2009. Y cuando digo las mismas, no me refiero al mismo color o modelo, digo las mismas ya viejas y gastadas con las que jugó aquel torneo. Tambien cabe destacar que Juan Martín pasó por una operación de muñeca y una rehabilitación larga y complicada, lo cual te hace ser aun más temeroso a cualquier tipo de cambio.

En mi caso, para que sirva de anécdota, si bien todas mis raquetas eran exactamente iguales visualmente, yo era capaz de distinguir las dos o tres que más me gustaban de entre las ocho que tenía en el raquetero; y era con esas dos o tres con las que siempre jugaba los partidos. Si me preguntan por qué, no sabría decirles, pero sabía cuáles eran y lo notaba rápidamente al tacto.

Las raquetas de los jugadores, si bien son el mismo modelo que se puede encontrar en cualquier negocio de tenis, están "personalizadas". Al inicio de cada temporada, la marca que nos sponsorea nos envía las raquetas nuevas con el peso y el balance que le pedimos, y que por supuesto es el que a cada uno le gusta, dependiendo de su forma de juego o de la manera de golpear la pelota.

Hay jugadores a los que les gusta que la cabeza de la raqueta acelere más, y llevan más peso en esa zona, hay otros que juegan con raquetas más livianas, pero todos tienen una raqueta diferente. No creo que haya dos jugadores en el circuito que jueguen con una raqueta idéntica. También vale decir que la fábrica nos las manda con nuestro nombre impreso en ella (esto está bueno para que no se confundan los encordadores de los torneos, porque muchos de nosotros utilizamos la misma marca y modelo de raqueta).

Volviendo a 'Pico', me alegra que haya recuperado sus sensaciones y que esto se haya visto reflejado en los resultados. Ojalá que en los próximos Masters 1000 de Madrid y Roma pueda seguir ganando partidos y llegar a Roland Garros con toda la confianza. Creo que se encuentra en un momento de madurez en su carrera y que, si sigue trabajando duro y recupera su confianza, podría llegar a repetir los buenos resultados del año pasado, cuando consiguió meterse nada menos que entre los 10 mejores del mundo.