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El acuerdo de José Quintana es una victoria para Cachorros y Medias Blancas

La noción frecuente que los Medias Blancas y los Cachorros no harían un intercambio de jugadores de alto perfil siempre ha sido, en su superficie, algo absurda.

Solo hay 29 socios potenciales para cambios en los alrededores, y si un acuerdo ayuda a tu equipo, ¿a quién le importa si eso ayuda a tu competidor de mercado?

De todos modos, las franquicias pusieron esa teoría a dormir el jueves con el intercambio aparecido de la nada en la que el zurdo colombiano José Quintana fue enviado del Lado Sur al Lado Norte en el acuerdo por otro impresionante paquete confeccionado por el gerente Rick Hahn, que incluye al 5º mejor prospecto en el listado de Keith Law, el jardinero Eloy Jiménez, además del lanzador Dylan Cease y los jugadores del cuadro Matt Rose y Bryant Flete.

De acuerdo con ESPN Datos, este es el primer acuerdo entre los equipos de Chicago desde noviembrte de 2006, cuando los Medias Blancas enviaron a Neal Cotts a los Cachorros por David Aardsma y Carlos Vasquez. Pero es el acuerdo de mayor perfil entre ambas novenas desde que los Medias Blancas enviaron a un joven Sammy Sosa y al lanzador Ken Patterson a los Cachorros por George Bell en 1992.

La necesidad de los Cachorros de conseguir ayuda en el pitcheo abridor ha sido bien documentada.

Los campeones defensores se ubican en el puesto 26 en WAR de pitcheo tras la primera mitad de la temporada y tienen la peor efectividad en la primera entrada de todos los equipos. (En ese sentido la efectividad de Quintana de 5.00 en la primera entrada no va a ayudar si eso sigue). Con los Cachorros cojeando a dos partidos por debajo de los .500 y detrás de los Cerveceros de Milwaukee por 5.5 juegos, la mayor diferencia en la temporada, en la división Central de la LN, claramente había urgencia por dar un buen golpe en lo que se espera que sea un lento desarrollo en la temporada de cambios directos.

Quintana, de 28 años, ha sido uno de los abridores más duraderos y consistentes en todo el béisbol en los pasados cuatro años, con efectividad de 3.35 de 2013 a 2016 mientras promedió 204 entradas por temporada. Se ha recuperado de un lento arranque y probablemente sea ubicado entre Jake Arrieta y John Lackey en la renovada rotación de los Cachorros, que ahora debe lucir como esto: Jon Lester, Arrieta, Quintana, Lackey y Kyle Hendricks, a quien esperan de vuelta de la lista de lesionados poco después del receso del Juego de Estrellas. La adición de Quintana le permitirá a los Cachorros cambiar a Mike Montgomery de vuelta a relevista largo y en rol de sexto abridor ocasional en el que estaba originalmente.

A pesar de lo fuerte de la actuación de Quintana, su contrato fue otro aspecto clave para concretar este acuerdo, tanto en términos de estar bajo control del equipo más allá de esta temporada, y en el valor que tiene en un cambio para los Medias Blancas. Quintana se ganará apenas $6 millones esta temporada, $8.4 millones en 2018 y $10.5 millones en 2019 y 2020, y durante esas últimas dos temporadas, los Cachorros tendrán una opción de salida por $1 millón, según ESPN Datos. Tener esa clase de producción consistente a un precio fijo tan bajo es algo invaluable para la oficina central de los Cachorros, que tendrá que asegurar a algunos de sus jóvenes talentos internos en los próximos años, mientras posiblemente se involucren que el prometedor mercado de agentes libres de 2018 que se espera incluya talentos como Bryce Harper, y otros.

Perder a Jiménez es un golpe a la organización de Theo Epstein, pero los Cachorros tienen unos jardineros jóvenes a nivel de Grandes Ligas con Kyle Schwarber, Ian Happ, Albert Almora y Jason Heyward. Y de nuevo, siempre está el mercado de agentes libres.

Los Medias Blancas apretaron el botón de reinicio en las reuniones invernales en diciembre, embarcándose en la primera reorganización completa de la organización en mucho tiempo. Hahn sorprendió a la industria con el comienzo de dicho proceso. Primero consiguió varios prospectos cotizados como Yoan Moncada y Michael Kopech, además del jardinero Luis Alexander Basabe y el lanzador Victor Diaz, desde los Medias Rojas en intercambio por el as zurdo Chris Sale. Entonces siguió con fuerza, al enviar al jardinero central Adam Eaton a los Nacionales de Washington por los cotizados prospectos Lucas Giolito, Reynaldo Lopez y Dane Dunning.

Al hacerlo de esa forma, Hahn despejó el camino para el acuerdo del jueves, al dejar en claro el tipo de recompensa que pediría al hacer un cambio por su mayor ficha, Quintana. Los Medias Blancas mejoraron en los rankings de prospectos luego de los acuerdos invernales, pero el proyecto de reinicio parecía atorado en un limbo, y solo un megacambio por Quintana completaría el panorama. Y de hecho, así ha sido, aunque le tomó ocho meses para que ocurriera. La espera conllevaba riesgos para Hahn, y todos lo sabíamos: ¿Qué tal si Quintana se lastimaba o si simplemente fallaba?

Al comienzo de la temporada, parecía que esto último iba a ocurrir.

Quintana tuvo problemas desde el inicio. Hasta finales de mayo, tenía marca de 2-7 con efectividad de 5.60. No obstante, incluso en ese entonces, los rumores eran que su valor de cambio no se había afectado por sus problemas. De todos modos, no le lastima que desde principios de junio, Quintana tiene marca de 2-1 y efectividad de 2.70 en siete aperturas. El acuerdo del jueves dejó en claro lo que la industria ya sospechada: El valor de Quintana sigue intacto.

El sistema de fincas de los Medias Blancas ahora está repleto de talento casi listo para las Grandes Ligas. La lista de los 50 Mejores Prospectos de Keith Law ahora incluye varios futuros miembros del equipo del Lado Sur, encabezados por Jiménez en el No. 5. Luego de él en el No. 7 está Kopech, el No. 13 Moncada y el No. 17 Giolito. Al resolverse el asunto de Quintana, los Medias Blancas ahora pueden voltear su atención a cambiar al cerrador David Robertson y otros posible candidatos a cambios en el bullpen como Tommy Kahnle y Anthony Swarzak, sin mencionar al antesalista Todd Frazier. Cualquier prospecto que Hahn añada de ahora en adelante será la guinda del pastel, y dada la enorme cantidad de posibles futuras estrellas en los altos niveles de las ligas menores, puede tener como metas para otros cambios a prospectos jóvenes de mayor recompensa pero mayor riesgo si lo desea.

Con todo, este es un cambio que hace mucho sentido para ambas partes: Norte y Sur. Que ellos hayan podido ignorar ese viejo adagio que impedía cambios entre los equipos de Chicago es un crédito para ambas organizaciones. El choque interligas de este año entre ambos, que será del 24 al 27 de julio, será mucho más interesante gracias a este acuerdo. Pero la posibilidad de choques de un mayor nivel a lo largo del camino es aún más intrigante.