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Ma-Chacón arbitral a Tigres; Rayados a semis

Mexsport

LOS ÁNGELES -- Tigres fue, finalmente, ese Tigres de la opulencia, de la nómina ostentosa. Jugó 45 minutos de deleite. 2-0. 3-3 en el global. Lo imposible pasaba a ser improbable en el atrio de los milagros.

Todo concluyó 4-3 en el global. Rayados avanza ruborizado por la embarazosa forma; Tigres es expulsado de la jungla de la Liguilla, herido de muerte desde el Juego de Ida.

La fortuna estaba del lado de Tigres, como premiando su acto de contrición de un arranque rebelde, suicida. Pero la justicia no estaba de su lado.

La suerte se vistió de blanco y se bautizó Nahuel la tarde de este sábado. Atajó dos penales ante dos habituales asesinos: se pavoneó ante Pabón y fue funesto para Funes Mori.

Y la injusticia se vistió del amarillo de femme fatale, y se posesionó de Francisco Chacón. Un árbitro con antecedentes de crímenes deportivos, especialmente en Monterrey.

El árbitro, arbitrariamente echa a Juninho, quien colabora con una carga ya fuera de la cancha. Y de lastre se va 'Tuca' Ferretti, quien agitando la cartera en todo lo alto, insinuaba que el silbato indecente de Chacón se había prostituido por 30 monedas. Algo le sabe. Oferta y demanda.

Así como Jonathan fue figura en la Ida, Nahuel lo fue en la Vuelta, a pesar de esos desplantes que lo hacen aparecer como un globetrotter futbolero, como queriendo ser una paupérrima referencia de su legendario paisano Hugo Gatti.

Tigres controló el primer tiempo. Hizo dos y la nación Rayada oscilaba en sus anginas, el espesor silencioso y asfixiante de la angustia y el colapso. Gignac y Damián pudieron engordar el caldo, y el marcador, pero Jonathan saltó al rescate.

En el vestidor de Monterrey algo ocurrió en el medio tiempo. Mohamed debió convulsionar a su oncena de conformistas, que se habían ido precipitadamente a semifinales sin certificación oficial.

Y posiblemente también en el vestidor de los árbitros, porque el físicamente achacoso Chacón había tenido una aceptable primera mitad. Se le notaba que su wifi cerebral funcionaba lento, como en 2G, pero al menos parecía atinado.

Para la segunda mitad, Chacón recetó cuatro amarillas a Tigres en 21 minutos, con dos expulsiones en ese lapso: Juninho y 'Tuca', además de inventarse ese penalti al 84', que Funes Mori tiró de manera tan paupérrima, que hasta hizo creer en un eventual Fair Play, negándose a canjear el error del silbante. Pero no, lo falló porque al momento del disparo, se tragaba ese cóctel de pánico, angustia, desconfianza, nervios y falta de... testosterona.

Seguro la afición de Tigres disentirá. El aficionado tiene derecho a bloquear la memoria y el sentido común. Pero, los felinos tuvieron más dignidad en su eliminación este sábado que en la coronación ante Pumas el torneo anterior.

¿Monterrey? Desfiló de puntitas en la cuerda floja. En el primer tiempo pudo ver consumado un fracaso. ¿Indolencia? ¿Desidia? ¿Arrogancia? ¿Sinvergüenzada? Sólo ellos lo saben. Los inoculó Mohamed seguramente en el vestuario al medio tiempo.

Pero Rayados debe sentirse avergonzado. En su flamante estadio, ante su gente, con una ventaja de 3-1, ante una manada de desesperados, con Chacón guiñándoles coquetamente, fueron un espantajo de lo que debe ser un líder general.

¿Tigres? Su entorno debe estar acostumbrado. Pierde la Final de la Libertadores y de la Concachampions. Y empobrece su coronación ante Pumas. Y de nuevo, con las manos vacías, el plantel más caro y más completo del futbol mexicano, ingresa al Libro de Oro de los Grandes Fracasos.