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En un tweet, Reinoso desenmascara a Peláez

LOS ÁNGELES -- En un trino rabioso de su Twitter, Carlos Reinoso destapó más de lo que hubiera pretendido sobre las intrigas en El Nido de Coapa.
El entrenador asegura que de fuente confiable se enteró que en el América lo desdeñaron para suceder a Ambriz porque no sabe jugar con línea de cinco.
Sin quererlo, o verdaderamente queriéndolo, Reinoso expuso otra prueba de lo ya conocido: la intromisión o injerencia de Ricardo Peláez en las formaciones y elecciones de jugadores del equipo.
Si evidentemente Peláez margina a Reinoso porque no le gusta jugar con línea de cinco, refleja dos situaciones lastimeras y lastimosas para El Nido de Coapa, que, ya se puntualizó, en lengua náhuatl quiere decir "nido de culebras". Ad hoc... empezando por la presidencia.

1.- EL GOURMET TÁCTICO...
A Peláez le interesa de manera primordial satisfacer su paladar futbolístico, más que el funcionamiento del equipo.
El América en este momento necesita de manera urgente resultados. Es el Año del Centenario. Deben ser Bodas de Inmortalidad.
Y en una fecha así, hay que arrimar trofeos. Como dijo sabiamente Cuauhtémoc Blanco: "Un siglo se cumple cada siglo".
Nada de manos vacías en un club que presume de tener las manos llenas de gloria en el futbol mexicano, al grado que quiso usurpar a Chivas el título de Campeonísimo. El hambre del avaro o la avaricia del hambriento.
Entonces especular con las bondades de la línea de cinco o la línea de cuatro, cuando las líneas están ocupadas en el salón Oval de Televisa, inconformando al dueño por el patético patetismo del América, parece una necedad.

2.- EL PILATOS INVICTO...
Reinoso descubre además cómo Peláez, una viuda inconsolable y abnegada por la ausencia de Miguel 'El Piojo' Herrera, se desquita en sus eventuales nupcias con los valientes relevos. Los quiere a la imagen y semejanza del que lo abandonó.
Recordemos cómo Peláez pidió a algunos, forzó a otros y extorsionó a otros, para someterlos a sus caprichos. La autoridad desmedida empolla a las dictaduras de la ignorancia.
Así, Peláez coaccionó a Antonio Mohamed, Gustavo Matosas y Nacho Ambriz para que experimentaran con línea de cinco.
El primero le dio atole con el dedo; el segundo encontró su Waterloo, incluyendo choques con los jugadores; y el tercero, Ambriz, terminó jugando al estilo magistral de Clavillazo: 11-11-11.
Y claro, Peláez los culpó a los tres, y terminó echándolos, eso sí, agradeciéndoles su enorme esfuerzo y disposición para colaborar. Él nunca pierde. Ricardo Pilatos se lava las manos con el deshonor ajeno.
Dejando en claro que en la lista preliminar de posibilidades para dirigir al América, no estaba Ricardo LaVolpe, sino que surgió de la ultratumba de los desahuciados, como él mismo lo aceptó, terminó firmando al que le dio la razón.
Pero, lo que queda en evidencia es que más allá de todo lo que pueda ganar y todo lo que pueda perder La Volpe, ya hay un entrenador apalabrado para el América en el Clausura 2017. Y Miguel Herrera está feliz por ello.