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Imanol... el que habla con las bellotas del Tri

LOS ÁNGELES -- ¿Conoce las bellotas? No, no es un aumentativo o un superlativo, y no fantasee con Jennifer López o con Jennifer Lawrence o con Scarlett Johansson o con Song Hye Kyo. Todas las bellotas son bellas, pero no todas las bellas son bellotas.

La bellota es el fruto de los robles, de los encinos... y de los alcornoques. Y hay un personaje que habla con ellas, figuradamente y figurativamente.

Y ese hombre, ese filósofo del soliloquio con las bellotas, se suma a la Selección Mexicana como asesor de, digamos, las bellotas, que trata de hacer germinar Juan Carlos Osorio, especialmente en el Hexagonal Final de la Concacaf.

Bellotero por autodescripción, Imanol Ibarrondo, ex futbolista, bilbaíno, especialista en coaching deportivo, se suma al vía crucis del Tri. Su misión suprema, su Juicio Final, tiene un Día D: noviembre 11, en el habitual Waterloo mexicano, que es Columbus, ante Estados Unidos.

Cierto, la deliberación y el veredicto facilistas aguardan perfectamente al final del arco iris... o del calvario.

Si México consuma la hazaña de vencer a EE.UU., Imanol se lleva la bellota de oro de la afición mexicana. Si la costumbre se mantiene, y EE.UU. perpetra otra humillación sobre México, la culpa absoluta será de Osorio.

Imanol dispondrá de 23 bellotas. La mayoría de ellas procedentes de canchas europeas. Y con algunas de las cuales ya ha tenido contacto.

¿Qué hace este encantador de bellotas, este Flautista de Hamelín de las canchas? Su punto original de partida, es fascinante sin duda. A algunos los hará sentir como un evangelizador de la victoria a través de la autoestima. Para otros, posiblemente, sea un charlatán.

Como debe ser, el tiempo y los resultados serán sus mejores avales o verdugos. En esto del futbol, los juicios sumarios se ejercitan cada 90 minutos, especialmente en torno a una selección mayor que nunca ha ganado nada, a no ser notoriedad fatalista, como el aquelarre de todos sus pecados en el 7-0 ante Chile.

Imanol habla con las bellotas. Pero no con ese caviar de roedores forestales. En realidad Imanol habla con esa bellota que Usted, y según lo explica él, todos llevamos dentro.

Hay una analogía. O ejemplo. O metáfora. O alegoría. Imanol evoca en sus seminarios que toda bellota, en esencia, como prodigio natural, puede regalarle al universo un espléndido, robusto, frondoso y casi eterno roble, que, sobre todo, a su vez, se multiplique febril y fértilmente en nuevos frutos.

E Ibarrondo se enfoca en ello, en una ardua labor de convencer a su interlocutor, en este seductor coloquio, de que él, como ser humano, tiene dentro de sí, el potencial de engendrar su propio roble, sea cual sea su afición, pasión, oficio o profesión.

Youtube expone a Imanol en un video de 47 minutos. Todo lo que Usted quería saber sobre Ibarrondo y su apostólica catequización de bellotas y no se atrevía a preguntar, ahí está.

El conferencista, evidentemente, tiene el poder de la palabra y de la seducción. Y en la apología circunstancial hacia sus feligreses hay mensajes motivacionales, así como reprimendas y desafíos, lo que conlleva a una disertación interesante.

Si Usted leyó la saga de manuales de Og Mandino o 'El monje que vendió su Ferrari', se refrescará con viejas ideas con nuevas y futboleras adaptaciones.

Pero, lo medular: ¿servirá esto a los seleccionados mexicanos de futbol que suman siete partidos de preocupante nivel: Jamaica, Venezuela, Chile versión 7.0, El Salvador, Honduras, Nueva Zelanda y Panamá B?

Estas son algunas de las tareas de Imanol Ibarrondo al sumarse al bellotero Tri en la primera semana de noviembre.

1.- Extraer de las cabecitas de los jugadores todos los vestigios enraizados de la culpabilidad por el 7-0 ante Chile. Las bellotas también desarrollan robles frondosos de frustración.

2.- Convencer a los futbolistas de que hasta el Muro de Jericó sucumbió algún día. Y que más allá de la enclenque realidad futbolística actual de EEUU, Columbus no es más inexpugnable que el Álamo. Esa sensación de víctima propiciatoria que se revitaliza perversa e insanamente con sólo pisar el vestuario del Mapfre Stadium.

3.- Resucitar la confianza mutua. El técnico Juan Carlos Osorio y sus jugadores rezan en capillas ajenas. El 7-0 oficializó el divorcio. El futbolista mexicano debe entender que la falta de credibilidad en y hacia Osorio, es un reflejo de la pérdida de credibilidad en sí mismo. Y al final, las víctimas son dos. Una tragedia de camas separadas, parafraseando a Sabina.

4.- La verdad absoluta del doctor en psicología deportiva, Octavio Rivas (QEPD), no hizo eco en Osorio. Habrá que ver si impacta en Imanol: "'Pérate, son mexicanos, están programados al revés". Sven-Goran Eriksson, en su momento, entendió, demasiado tarde, que al jugador mexicano no hay que entregarle solamente la cartografía de un juego y una estrategia, sino prepararlos mentalmente, primero, para no perder la batalla, y segundo para sentirse capaces de ganarla.

Lo que es innegable es que la aceptación de Imanol por parte del cuerpo técnico del Tri, a petición de la comisión de selecciones nacionales, tiene dos objetivos: un técnico que perdió los hilos sensibles de motivación, y unos jugadores que tienen enmarañados sus instintos de futbolista, y priorizan su instinto de conservación. Es una declaración de impotencia compartida.

Cuidado: el discurso ameno, experimentado, bien intencionado, no necesariamente garantiza que las bellotas citadas para el Waterloo de Columbus, germinen poderosamente en robles luego de esa semana de charlas previas.

Cuidado: es necesario, imprescindible que el interlocutor, la bellota pues, el futbolista en este caso, se encuentre mentalmente dispuesto, apto, deseoso y receptivo, de este tipo de orientación.

Las arengas hacia los jugadores mexicanos normalmente son bastante peculiares. Y arrabaleras. Las bellotas que recibirán el fertilizante afectuoso de Imanol, tienen otras preferencias. Me gusta citar esta referencia:

México perdía 2-0 con EE.UU. en un amistoso. Para el segundo tiempo, un cambio de jugador y un discurso puntualmente procaz. Y México empata a dos y estuvo en la línea de gol para hacer otros dos, pero falló.

Se le preguntó a 'El Piojo' Herrera qué había hecho, más allá de los ajustes tácticos, para esa metamorfosis dramática en el comportamiento del jugador, y en la avasalladora actitud sobre EE.UU.

"Les dije que había que ponerle ganas, que había que despertarse y salir a ganar", responde Herrera.

--Exactamente ¿qué les dijiste, cómo se los dijiste para que entendieran?

"Así, como debe ser: 'cabrones, hay que salir a ponerle güevos, este partido no lo vamos a perder... entre otras cosas'", relata 'El Piojo'.

Imanol podrá tener un depurado gusto idiomático. Como sin duda lo tiene Juan Carlos Osorio cuando se dirige a sus jugadores.

Pero, ojo, el doctor Rivas tiene sin duda la exquisita conclusión con su Llave del Mandala: "Pérate, son mexicanos, están programados al revés".

Por eso, la perorata de barriada de Miguel Herrera va directa a las conciencias adoloridas.