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El día que Osorio se rebeló contra el establishment

SAN DIEGO -- Hay que haber cubierto muchas conferencias de prensa de Juan Carlos Osorio, para poder interpretarlo. Al menos haber estado presente en la mayoría de sus comparecencias ante los medios. Yo lo he hecho.

Este Osorio del sábado por la noche en San Diego estaba contrariado, cabreado, molesto. No cargó con sus numerosas carpetas de apuntes, ni jugueteó con sus lentes, ni pretendió estudiar mientras el jugador a su lado, en este caso Hugo Ayala respondía. Y no sonrió ni una sola vez.

Hubo dos momentos determinantes en ese acto que se suponía sería de contrición pública. E instantes respetables además. Muestran al Osorio, ese que no es bonachón, ese que coaliciona inteligencia y carácter.

Sí, ese mismo que debe evitar los detalles sentimentalistas y paternalistas del fondo humanitario y auténtico de sus rotaciones. Entre otras situaciones, claro.

1.- SOBRE SU SEGREGACIÓN...

Osorio no se disculpó con el cuerpo arbitral, y ni siquiera hizo referencia a FIFA. Desafía a sus verdugos, desde la visión resignada de sentirse inocente.

Y es un reflejo magistral de que sigue pensando que hizo lo incorrecto, pero en el momento correcto; que se equivocó, pero como reacción a equivocaciones flagrantes. Parte del principio legaloide de que dos injusticias no sufragan una justicia.

Y que además, sigue aferrado a que defendió a su equipo con desesperación ofuscada ante la ofuscante desesperación de un arbitraje sospechosamente erróneo. El VAR pudo haber cambiado el destino con el penalti sobre Héctor Moreno.

Osorio, pues, aunque dice que "trataré de no volver a hacerlo", deja el mensaje de que está dispuesto a hacerlo de nuevo si, a su juicio, equivocado tal vez, es necesario hacerlo de nuevo. Peculiar eso: confrontó la sentencia, sin agachar la cabeza.

Ya habíamos advertido que esto ocurriría: el VAR, un juguete justiciero en manos torpes, termina siendo una herramienta de injusticia.

2.- SOBRE SU FUTURO...

En la conferencia de prensa estuvo Decio de María, tal vez más enviado por el Salón Oval de Televisa, que por su propio gusto.

Cuando el técnico de la selección mexicana tuvo que hablar de la clara posibilidad de que sea sancionado por la FMF, y cuando dijo que escuchó al presidente de ese organismo, y aceptó su opinión, envía otro mensaje muy claro: que asimila su juicio, pero, ni remotamente significa que lo comparte y lo acepta.

Las tres veces que se refirió a Decio o a la FMF, Osorio sólo volteó a ver a su interlocutor de los medios, pero jamás se preocupó por ver al dirigente. De hecho, visualmente, lo ignoró toda la noche, y en un detalle curioso, espero, lentamente en el estrado, a que Decio abandonara ese sitio de hacinamiento inhabitable que es la sala de conferencias del Qalcomm Stadium, para entonces salir él del espacio.

Así, Osorio actuó como en su homilía de arranque del acto: sin disculparse con Decio, ni con la FMF, y, claramente, manteniendo, por capricho, convicción o desacato, su postura de incompatibilidad con el discurso confidencial de horas antes con su jefe supremo.

Y si Decio llegó con ese rostro tan particularmente festivo, como el de un pitbull constipado, abandonó la conferencia de prensa aún más molesto. Osorio, públicamente, no permitió que le pusieran el yugo en el pescuezo.

Ojo: lejos de justificar la postura de Osorio, que implica, según FIFA, "una actitud violenta y agresiva" y aderezada con insultos, lo cierto es que el técnico colombiano vuelve a mostrar el temperamento que debería cambiar por rigor en el manejo de la selección mexicana.

Osorio se equivocó. Es el primero, pero no será el último entrenador al que la volatibilidad y volubilidad de los tipos que administran el uso del VAR, caprichosos y tendenciosos, provoquen este tipo de exabruptos.

Es necesario aclarar una mentira de la FMF. Decio dice que deberá esperar a que reciban detalladamente toda la documentación de la sanción a Osorio, incluyendo la cédula arbitral, para valorar si hay una apelación.

La verdad es que la FMF tiene ya en su poder todos los documentos. Por procedimiento, FIFA avisó antes a la organización del castigo que a los medios.

Gente que tuvo acceso al reporte de FIFA sobre la cédula arbitral nos explica que aparece detalladamente relatado cada insulto y acusación que le musitó Osorio al oído al cuerpo arbitral.

Por otro lado, gente allegada al Tri, me explicaba este sábado que Decio dejó una emboscada ante Osorio. Le advirtió que su sanción seguramente la dará a conocer hasta después de que termine la participación del Tri en la Copa Oro.

"Para que trabaje tranquilo", le habría dicho Decio. ¿Alguien puede trabajar tranquilo cuando le tiran la trampa de que su futuro depende de un torneo como la Copa Oro?

Y dos precisiones para cerrar este texto.

1.- No he cambiado absolutamente en nada mi percepción sobre el trabajo, los méritos y las deficiencias de Osorio, pero, más allá de sus eventuales dislates manejando al Tri, es el primer técnico que desafía abiertamente al dueño del desinflado balón del futbol mexicano. Para bien o para mal.

2.- Y la otra, la debe recordar mejor que nadie el mismo Juan Carlos Osorio, en una de las primeras charlas en corto con él. "Profe, ¿sabe usted verdaderamente dónde se vino a meter, cómo se maneja la Federación y lo especial que es el jugador mexicano?". Recuerdo su sonriente respuesta: "No debe ser muy diferente de Colombia".

Habrá, espero, oportunidad de preguntarle lo mismo nuevamente.