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Chivas ... ¿tan desahuciado como Tigres?

LOS ÁNGELES -- ¿Crisis en Chivas? ¿Caos? ¿Desahucio? ¿Eliminado en la Jornada 5? Cierto: es sotanero, tiene sólo tres puntos, huérfano de victorias y es el sexto equipo más castigado.

Hace unos meses, en el Clausura 2017, Tigres, campeón del Apertura 2016, llegó a la Fecha 6 con cuatro puntos, cierto con una victoria incluida, y sobre su víctima en la Final, el América.

Hasta esa Fecha 6, el equipo con el mejor plantel de todo América, parecía condenado a la guillotina de la Campeonitis, y por igual se le desahuciaba de pretensiones de Liguilla.

Al final, ese mismo Tigres desahuciado en la Fecha 6, disputó el título y sucumbió ante Chivas, quien tuvo de aliado al árbitro Luis Enrique Santander.

Hoy, Chivas encara la resaca del campeón. Sus cifras tienen ese saborcito fúnebre del epitafio. Para Liguilla necesitará conseguir 23 puntos de 36 en disputa, es decir, a partir de este miércoles ante Santos necesitaría cosechar el 64 por ciento de las unidades en disputa.

Matías Almeyda, Chivas no alcanza el nivel de futbol del torneo anterior. Hoy, juega bien, pero sólo por momentos, y carece de solución de gol, como debería serlo Alan Pulido.

Hay explicaciones puntuales del momento actual del Guadalajara. Parecería precipitado, pero no infundado, entender a quienes ven a Chivas fuera de la próxima Liguilla, y abdicando al trono de la Liga MX.

1.- LOS DESAPARECIDOS...

¿Dónde están Orbelín Pineda y Rodolfo Pizarro? Hoy son una versión muy lejana a su protagonismo del torneo anterior. Pelean menos por la pelota, recuperan aún menos, y se equivocan cuando la tienen a su servicio.

Más dramático es el caso de Orbelín, considerado el mejor jugador mexicano del torneo anterior. Aquella serenidad e inteligencia para transformar cada balón en una propuesta ofensiva, ha desaparecido. Su presencia en el área ha perdido la astucia, y hasta asombra su inseguridad para salir con el balón.

Parecería que la experiencia fallida y penosa, por la confusión de posiciones y funciones con Juan Carlos Osorio, en la vergonzosa Copa Oro, aún sigue enquistada en las cabecitas de ambos jugadores.

2.- LOS ALIADOS SE VOLTEARON...

La mano oscura que les dio el título al perdonar aquel penalti, es la misma que hoy ha metido en problemas al Guadalajara. Parecería que quieren lavarse la cara con nuevos errores.

Y si el arbitraje saca la daga a traición, Matías Almeyda ayuda menos, hurgando en las molleras rencorosas del cuerpo arbitral. Ya debería haber entendido que en el futbol mexicano el que hiere con el verbo, muere a silbatazos.

A una serie de desaciertos arbitrales, nocivos al Guadalajara, se agrega de manera monumental lo ocurrido ante Puebla. Le expulsan a Pereira (minuto 16) quien ni siquiera le dio un zape al rival, mucho menos lo toca.

Además, Ríos Jácome decide no marcar un claro penalti sobre La Chofis López, a pesar de que él y su juez de línea estaban de frente y sin estorbos en la jugada. Dos bayonetas desleales en un mismo juego.

Cierto: los americanistas dirán que a ellos les ocurrió lo mismo y sin embargo vencieron a un equipo mejor estructurado que el Puebla, como lo es Lobos BUAP, pero las Águilas de Miguel Herrera son capítulo aparte.

3.- BAJA DE JUEGO...

En un acto de desesperación y poca mesura, pero de evidente impacto, Matías Almeyda se sumó, de motu proprio, a la mesa de debate de Futbol Picante por ESPN.

En un acto de expiación, innecesario bajo el riguroso razonamiento de "explicación no pedida, acusación manifiesta", Almeyda reconoció que su equipo no ha podido alcanzar el nivel de futbol del torneo anterior. Ah no, pos brujo, Matías.

Más allá de las desapariciones subrayadas de Orbelín Pineda y Rodolfo Pizarro, habrá que agregar el bajo ritmo de un Ángel Zaldívar pagando aún réditos de su lesión, más los descensos de Michael Pérez y el acertijo de Carlos Cisneros, con el agregado de la inhabilitación y rehabilitación de Alan Pulido.

Pero, ojo, Chivas no juega mal, aunque sus momentos de futbol, de buen futbol, carecen de constancia y, sobre todo, de contundencia, entendiendo que el Conejito Brizuela aún no rasura mentalmente la lesión por el pisotón de Rubens Sambueza, y que La Chofis, pues, La Chofis, sigue siendo más La Chofis que Javier López.

Por eso, desahuciar en la Fecha 5 al Guadalajara, parecería precipitado, claro está, a menos que tenga razón Matías Almeyda y a alguien le siga supurando el título del Guadalajara, y los árbitros sigan queriendo cobrar en abonos, las supremas pifia de Santander.