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Evangelizan Santos al Infierno y a la Liga

Santos Campeón. Exorcizó los pronósticos. Mató a todos los matones: Tigres, América y Toluca. Y el trofeo Clausura 2018 le pertenece con todos los destellos del merecimiento.

Santos ascendió de entre los Infiernos del Toluca: 1-1 en el veredicto y 3-2 en el Global. De nuevo Robert Dante Siboldi demostró esa habilidad para manejar el tablero e improvisar sobre las exigencias de los momentos del juego.

Con el 0-1 en la mano, al minuto 55, Siboldi quisó ahorcar la mula de seises. Y lo logró. Sacó a dos de sus todo terreno: Javier Cortés y Oswaldo Martínez, para meter a Diego de Buen y a Jorge Villafaña.

Con 35 minutos por delante y el asedio desesperado de Toluca, parecía un acto suicida. Pero, de nuevo, Siboldi eligió en qué terreno y con qué condiciones debía jugarse el partido.

Parecía con esos movimientos, en la juventud del segundo tiempo, que el técnico de Santos entregaba el partido. No era así: en realidad empezó a recuperarlo conforme a sus necesidades.

Ciertamente Jonathan Orozco fue la figura santista después del Gallito Vázquez, y es reflejo del abordaje constante, pero desordenado de los Diablos Rojo, heridos por ese gol marcado por Furch apenas a los diez minutos de juego.

Pero con dos goles de amparo ante el tribunal del marcador global. Siboldi demostró tener un manejo claro y bien trabajado de las condiciones del juego.

De hecho, el agónico y dramático gol de Toluca, obra de Hauche, es una de las pocas distracciones y atribuible a un error de asistencia en la zona del otro Jonathan, el turista Rodríguez.

Aparte, el capítulo del Gallito Vázquez: cinco balones cortados dentro del área, anticipaciones, elección serena de la salida del equipo, que lo convierten en jugador determinante, como lo fue en el Bicampeonato de León y en el título de Chivas.

Ah, pero su estatura, no le permite estar en la selección nacional, pese a demostrar que es mejor que cualquier de los convocados por Juan Carlos Osorio, para ese tipo de funciones.

Toluca tuvo poca respuesta. Hernán Cristante sigue desperdiciando su fe en un Ángel Reyna que sólo da chispazos para mantener engatusados a sus bobalicones. Lo peor es que elige enviarlo en lugar de Leo López.

Además, sigue sin entender que hay un momento del juego en que los compromisos rebasan espiritual y emocionalmente a Rubens Sambueza.

Y en esa pléyade de desahuciados por otros equipos, Robert Dante Siboldi los inviste de nueva gloria como multicampeones: Jonathan, Oswaldito, el mismo Gallito y Javier Cortés.

Irónico pues que estos cuatros, los supuestos desechos tóxicos de otros planteles, enaltezcan la vigencia competitiva de sus respectivas carreras.

Y, bueno, el árbitro César Ramos Porlossuelos, perdón Palazuelos, tuvo una de las menos erráticas actuaciones de su equivocada carrera. Mientras que Toluca estudiará una nueva oportunidad para Hernán Cristante, ahora se consolida Siboldi, con la esperanza de que no ocurra, como otras veces, que las chequeras de otros, desvalijen un proyecto. La palabra la tendrá, cuando estallen las últimas burbujas de champaña, Alejandro Irarragorri.