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El Tri: tan cerca de Alemania 
y tan lejos de Las Lomas

No era el arrejuntado turístico de Escocia. Ni era el arrejuntado turístico de Gales.

Era Dinamarca, un seleccionado serio que tiene una columna vertebral y que no rota, o no da "oportunidades" o no da "alternativas tácticas" por capricho.

Cuando quiso, pudo: 2-0. Y desparasitando el área mexicana, en un recorte, o tomando después bajo alucinógenos a la zaga, en minutos, el cuadro danés crucificó a Guillermo Ochoa.

Nuevamente, a México le entregaron el queso en forma de balón, y el ratón nunca se dio cuenta de la paciencia del gato danés. Y 2-0 porque Guillermo Ochoa ahuyentó el fantasma de Santa Clara 7.0.

Más allá de las pretensiones danesas, en un partido bajo histeria, por la perniciosa epidemia de lesiones, México deja interrogantes, que después de tres años y medio, es deseable que el académico del sopor y el estupor, Juan Carlos Osorio, tenga, en verdad, mejores respuestas que los misérrimos saldos competitivos.

1.- Ya se ha dicho: es complicadísimo que si no se sabe quién va a jugar, el futbolista, involuntario conejillo de Indias, sepa a qué y con quien va a jugar.

2.- Esas sociedades magníficas que dan los matrimonios en la cancha, bajo la regla de Osorio, las conforman espontáneos y sorteados divorciados. Unas horas antes del juego descubren su acompañante, aunque hayan pasado días, sin ensayar juntos. A tocar de oídas.

3.- Además de esas citas a ciegas, que organiza el buen casamentero colombiano, y no hablo de la Sodoma y Gomorra de Las Lomas, al jugador se le debe aplaudir, pero sólo por momentos, el desesperado afán por improvisar ante las enmarañadas notas de una libreta con tallones bicolores.

4.- Más allá de la parálisis física y mental en el primer gol de Dinamarca, el segundo es un sopapo para bobalicones, en un saque de banda, pero el escaso sufrimiento de Dinamarca podía explicarse porque nunca hubo un entramado definido en la generación de jugadas.

5.- Insisto: el futbolista mexicano improvisó y por eso sus acercamientos fueron buscapiés personales y circunstanciales, nada ajeno a la idiosincrasia de un pueblo que elige reaccionar al "a'i se va", en lugar de planificar, planear, ordenar y ejecutar.

6.- Sepultada ya, incinerada ya aquella promesa de futbol ofensivo, proactivo, generoso, devastador, con el que se presentó a Osorio, y abanderó él mismo, Dinamarca es otra ratificación de que el 7-0 no es la letra escarlata en la frente de Osorio, así como vencer a EEUU en Columbus, tampoco es diploma absoluto suyo. En el primero, los jugadores se ausentaron despavoridos en la masacre, y en el segundo se tragaron sus propias gónadas antes del salir a la cancha.

7.- Así, sin un once definido, con jugadores y puestos agitándose en la tómbola desenfrenada y lunática del técnico --las catafixias de Chabelo son más saludables-, México ha perdido hasta la túnica de protagonista en juegos de preparación. Este no era molero... y lo hicieron mole.

8.- Preocupan jugadores. Algunos escondieron la pierna: Moreno, Guardado, Jonathan, entendiendo que con la lúgubre suerte que tiene el equipo, pudieran perderse el Mundial.

9.- Y otros se escondían detrás de los rivales, como Giovani y Héctor Herrera, de quien se ha dicho que se siente tan agobiado por la resaca conyugal tras la gala a Eros de hace una semana, que pensó en renunciar al Mundial. Salcedo sigue buscando más la tarjeta roja que el balón, mientras Jesús es muy poco Gallardo en defender. No es su culpa, al indio lo hicieron compadre y se equivoca de perfil, se traga los amagues, si hace mal las coberturas y los relevos.

10.- Joachim Low hizo sus labores de espionaje. Sus emisarios no usan tinta azul o tinta roja. Para el diagnóstico del Tri, no hace falta escribir una palabra de cuatro letras: caos.

Tan cerca de enfrentar a Alemania, y parece que toda su masculinidad la dejaron los seleccionados mexicanos en las alcobas de Las Lomas.

Osorio y los jugadores tienen una semana. Tranquilos: 29 de las 30 concupiscentes porristas de Las Lomas no tienen visa a Rusia. Y Herrera carga un traumático cinturón de castidad.

Ojo: no sólo ha llegado el momento de la encerrona, de la terapia grupal, entre jugadores y cuerpo técnico, sino también de la intervención robusta, enérgica, de Denis Te Kloese y de Guillermo Cantú. ¿O los pantalones largos les quedan cortos?

Vaya que lleven hasta al aspirante a hortelano, Imanol Ibarrondo, con su colección de las mejores frases de arenga de Og Mandino, Robin Sharma, Gibran Jalil Gibran, Lee Iacocca, y hasta al parlanchín tepiteño, orfebre de esa sentencia para que la entiendan los jugadores: "en casa manda el gallo, pero las gallinas son las que ponen los huevos".