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Dilema en el desierto

MÉXICO -- Los Arizona Cardinals tendrán una nueva dirección ofensiva en el 2013, con la llegada del nuevo entrenador en jefe Bruce Arians, y su asistente Tom Moore.

Probablemente, también tendrán un nuevo mariscal de campo.

Kevin Kolb, adquirido vía canje con los Philadelphia Eagles, ha sido una decepción en dos temporadas con los Cards, y ya hay rumores de que Arizona podría buscar a Drew Stanton como una alternativa en la posición. John Skelton, Ryan Lindley y Brian Hoyer formaron parte --junto a Kolb-- del carrusel de mariscal de campo en el desierto durante la campaña del 2012, y los resultados fueron pobres.

Sin embargo, Arizona enfrenta una decisión respecto al ex pasador de la Universidad de Houston.

Kolb firmó por seis años y 62 millones de dólares a su llegada a la franquicia. Para el 2013, está programado para cobrar 11 millones de dólares, 9 millones de salario base más un bono de plantilla de 2 millones adicionales.

"El contrato de Kevin es algo que probablemente necesitamos arreglar", declaró el propietario del equipo, Michael Bidwell, a la radiodifusora KTAR. "Es un número elevado y dada la productividad e interrogantes acerca de su durabilidad, es algo que realmente creo que debemos sentarnos a discutir".

Aun si Kolb accede a renegociar su convenio con el club, no tiene garantizada la titularidad bajo el nuevo régimen.

"Ellos [los entrenadores] van a mirar a los mariscales de campo que tenemos y estudiarán el video", externó Bidwell en su entrevista. "Sé que han estado viendo eso, tendrán una junta para discutir los agentes libres, el personal, y todo lo demás. Pero creo que realmente se trata de echar un vistazo a los tipos que están en nuestra plantilla primero".

Está claro que los Cards no quieren invertir otros 11 millones a un pozo que ya les ha costado 20 millones a lo largo de dos temporadas, más una selección de segunda ronda y un esquinero de Pro Bowl en Dominique Rodgers-Cromartie, el precio del canje con Philly. Y si el nuevo grupo de entrenadores cree que las posibilidades de Kolb de ganar la titularidad no son buenas, definitivamente no tiene caso pagar esa cantidad de billetes a un reserva.

La tercera alternativa --cortar a Kolb para ganar espacio bajo el tope salarial y no seguir tirando dinero al pozo-- tampoco luce muy prometedora. Quedarse con las manos vacías tan poco tiempo después de una inversión tan cuantiosa hablaría muy mal de la organización.

El escenario ideal es que Kolb reestructure su acuerdo, pero el mariscal de campo no tiene por qué hacerlo si intuye que tendrá la oportunidad de competir por la titularidad en otro equipo, en caso de ser cortado en Arizona. Por el otro lado, si los Cardinals se sienten suficientemente desprotegidos en la posición, y no confían en las opciones que pueden estar a su alcance en la agencia libre o draft, podrían verse obligados a seguir con Kolb en plantilla.

Por el momento, parece que el mariscal de campo tiene suficiente palanca en la mesa de negociaciones como para no tener que aceptar en automático una reestructuración contractual que le implique un salario reducido. Mientras tanto, los Cardinals sólo han obtenido 14 inicios de un mariscal de campo al que le extendieron un contrato acorde a un pasador franquicia.

De cualquier forma, los Cards resultaron los claros perdedores en el movimiento por Kolb, y los responsables --el ex gerente general Rod Graves y el ex entrenador en jefe Ken Whisenhunt-- pagaron el error de cálculo con sus empleos.