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Pelo, barba y teléfonos descompuestos

Michel Da Silva con barba al ring del Casino Buenos Aires. Lo hicieron bajar para afeitarse y combatir. En pelea duró 2m32s ante Mirco Cuello. La historia dispara otros recuerdos de barberías, afeitadas y otros cortes.

El brasileño Michel Da Silva, conocido por “Bebu”, viajó a Buenos Aires con un record de casi impresionante: 13 peleas, todas ganadas, 12 de ellas antes del límite. Debió combatir con el santafecino Mirco Cuello, invicto en 8 peleas con 7 antes de lo estipulado, por el título sudamericano vacante en una velada organizada por la Federación Argentina de Box.

Aunque durante el pesaje, Leonardo Bianchi, fiscal de la Federación Argentina de Box, le advirtió que debía afeitarse para poder combatir, no lo hizo. Y fue así que, cuando subió al ring, debió volver a los vestuarios y afeitarse. Duró más todo ese proceso que la pelea, porque Mirco Cuello lo noqueó en menos de tres minutos.

Detrás de esta historia, aparece el cuestionamiento a algunas reglas del boxeo argentino, ya que en todo el mundo existen peleadores que suben con barba y nadie se lo prohíbe. En el reglamento de la FAB y en la práctica (a veces) deben subir afeitados.

Nadie se imagina que podría haber ocurrido si hubieran venido a combatir a la Argentina Marvin Hagler o Manny Pacquiao, por ejemplo. De la misma manera que el “medio punto” terminó anulado luego de diez años de vigencia, el reglamento argentino también mantiene la cuestionada por algunos (nos incluimos) “cuenta de pie” o “de protección”.

La misma habilita al árbitro a iniciar la cuenta si algún boxeador está sentido, según su criterio, aunque no haya caído, cosa que no ocurre en ningún país del mundo.

Por supuesto que el hecho llevar a recordar algunos casos interesantes.

Así, Oscar Natalio “Ringo” Bonavena efectuó su última pelea en el Luna Park de Buenos Aires luciendo un breve bigote. Fue cuando le ganó por puntos a Raúl Reinaldo Gorosito en noviembre de 1975, en el estadio Luna Park. Para no desentonar, también Gorosito lució su bigote. Eran los tiempos en que la Comisión Municipal de Box ejercía el control en el boxeo de la ciudad de Buenos Aires.

El ex campeón argentino de los ligeros y retador al campeonato mundial WBC, Ricardo Daniel Silva, muy conocido por “Kojak” por su reluciente calvicie, aporta un recuerdo a propósito del tema.

“En septiembre de 2001, tenía que pelear con “Rocky” Giménez en el estadio de la Federación. Un directivo –debe haber sido el fiscal- me invitó a afeitarme una pequeña barbita en el mentón, aunque era insignificante. Lo hice y subí a pelear, pero sentí que la tijera no cortaba a todos por igual, ya que otros colegas míos, como Julio Pablo Chacón –que fue campeón mundial- o Walter Crücce, en cambio, podían subir con sus barbitas candado. Creo que deberíamos fijarnos en temas más profundos, porque aquí tenemos los mejores médicos del mundo y todos afirman que un corte en la cara no es más peligroso que en la cejas o en el cuero cabelludo, en donde hay mucho más cabello”.

Silva, que tiene un record de 68-27-4, 29 KO y que disputó el campeonato mundial ligero WBC ante Miguel Angel González de México en 1995, cuenta que “Parece mentira, pero mi mujer –con quien trabajamos en el gimnasio entrenando boxeadores- peleó embarazada de mi hijo porque los test se exigían cada 6 meses”. Eran los tiempos en que la FAB ya regía totalmente al boxeo profesional, tras el cierre del Luna Park.

Una de las razones del afeitado es por el tema de posibles heridas, aunque también hay pelo en las cejas y las cabezas, en donde, por cierto, se producen muchos más cortes que en los sitios mencionados.

En el caso de la pelea Cuello-Da Silva, el visitante fue advertido en el pesaje y cuando llegó al casino, por el fiscal de turno. Pero, para sorpresa de todos, cuando trepó al ring y se quitó la capucha que le cubría el rostro, lució su barba. Resultado: debió regresar a los camarines y fue afeitado como se pudo por varios diligentes colaboradores. El árbitro fue Hernán Guajardo, quien advirtió del tema casi a último momento.

¿Cuál es la responsabilidad del referí? Según varios árbitros consultados, “La autoridad del árbitro empieza cuando están arriba del ring y toca la campana. Un árbitro controla y hasta colabora con el fiscal de turno el tema de los vendajes y la vestimenta, aunque no es específicamente su función ya que quien tiene la autoridad es el fiscal”.

“El reglamento habla de aseo, vestimenta, y barba o cabello desmesurados, o cabello exageradamente largo por lo cual habría que saber qué criterio abarca la barba desmesurada”, aporta otro referí. “Lo cual también es un tema. ¿Qué se hace en el boxeo femenino si se debe cumplir con la regla del cabello desmesuradamente largo, cuando las mujeres generalmente, tienen cabelleras muchísimo más largas que sus colegas varones?”

El asunto es que, teléfonos descompuestos mediante, nadie se percató del detalle hasta que “Babu” haciéndose el disimulado subió al ring con su barba.

“Dejarlo pelear hubiera sido sentar un precedente de que cualquier otro puede hacer lo mismo”, se dijo. Y, efectivamente, los reglamentos están hechos para ser cumplidos.

Pero…

Curiosamente en otra velada FAB, también efectuada en el Casino Buenos Aires, el norteamericano Jarrell Miller subió al ring con barba para enfrentar a Ariel Bracamonte. Si bien estaba involucrada la Asociación Mundial de Boxeo en dicha ocasión, en el combate no hubo título en juego. Alguien socarronamente, preguntó: “¿Quién se hubiera animado a mandarlo a afeitar a Miller?” haciendo alusión a los 155 kilos del norteamericano, quien terminó ganando por puntos.

Muchos recuerdan los gruesos bigotes de los ex campeones mundiales medio pesados Víctor Emilio Galíndez o Miguel Angel Cuello.En realidad, fue para las fotos al menos en Argentina, ya que mi hermano Víctor siempre peleó a cara limpia en nuestro país”, afirma Roberto Palmero Galíndez, su hermano.

Cuello, en cambio, si usó bigote cuando le ganó el campeonato mundial WBC vacante a Jesse Burnett (21 de mayo de 1977, KOT 9) pero la pelea fue en Monte Carlo. Nada extraño, puesto que fuera de la Argentina está permitido. Recordemos a Roberto Durán, Mantequilla Nápoles, Alexis Argüello o Carlos Palomino.

Alguna vez un rival de Carlos Monzón –uno de los tantos norteamericanos que llegaron a Buenos Aires para enfrentarlo antes de que se consagrara campeón mundial- también pasó por el barbero. Pero lo suyo fue un bigote y quedó apenas como una anécdota sin nombre ni apellido flotando en el tiempo de los más memoriosos.

El tucumano Pedro Rubén Décima, antes de pelear con Paul Banke por el campeonato mundial super gallo del Consejo, hizo una presentación ante el chileno Pedro Villegas, radicado en Mendoza, el 18 de mayo de 1990 en Boulogne, Buenos Aires.

Si bien su bigote era muy leve, no faltó un miembro de la Federación Argentina de Box que se presentó con la orden de que, si no se afeitaba, no podía pelear. Eran los tiempos en que ya Juan Carlos Lectoure no organizaba boxeo y más de un mal pensado afirmó que semejante orden de afeitada tenía intenciones de complicar las cosas. Finalmente, Décima se afeitó, peleó y ganó por puntos aunque sufrió dos caídas. Poco después, el 5 de noviembre –y ya con el bigote crecido- noqueó en Los Angeles a Paul Banke, tras derribarlo tres veces y se consagró campeón del mundo del Consejo.

El mismo Jorge Fernando “Locomotora” Castro lució alguna vez una barba candado y, aunque es difícil asegurar que peleó así, nadie deja de recordar al cordobés Miguel Angel Aguirre, llamado “La Cobra”, y también “Tommy” (su seudónimo más recordado). Enfrentó a Castro en Merlo, Buenos Aires, por el título sudamericano crucero de la Confederación Latinoamericana (CLAB) en julio de 2004. Castro ganó por puntos.

Este cronista, que estuvo la noche de Pedro Décima y su afeitada de apuro, también asistió a la pelea Castro-Aguirre, en donde a pesar de estar un título en juego, nadie dijo nada.

Tal vez el problema consista no solamente en el reglamento sino también en el hecho de que, siendo la Federación Argentina de Box la organizadora de sus propios festivales, se convierte en juez y parte al autorizar a los peleadores.

Decimos esto porque el impresionante record de “Babu” Da Silva (33) incluía una inactividad muy larga, desde el 17 de agosto de 2018, cuando Da Silva venció en 6 asaltos a Carlos Soares Macedo, que llevaba 7 peleas perdidas una tras otra antes del límite y que quedó con 7 ganadas (6 KO) y 14 perdidas (11 KO). Sin embargo, Da Silva subió a disputar el campeonato sudamericano de la división pluma. Los resultados quedaron a la vista. Teléfonos descompuestos a la hora de comunicar records con pocas equivalencias o barbas descuidadas.

Finalmente y para poner una breve cuota de color aunque suene a contrapelo: en los años 50, una importante compañía de artículos de afeitar norteamericana, puso en la radios y las pantallas de la incipiente televisión, transmisiones de boxeo, en las que se hacía escuchar el slogan musical que indicaba el “Cada mañana”. Eran los tiempos de la famosa “Cabalgata Deportiva”. En el casino de Buenos Aires, como una ironía del destino, la famosa marca volvió a hacerse presente, ya que mientras afeitaban al boxeador brasileño en cámara, como un show extra, se notó claramente la marca del mismo producto, como un resabio del pasado.

Un pasado que a veces, en el boxeo argentino, se niega a morir.