Boxeo
Carlos Irusta 38d

Canelo Álvarez-Jaime Munguía: rivales elegidos, coronas más seguras

El Saúl Canelo Álvarez despierta amores y odios por doquier, dividiendo aguas. Sea quien sea el rival que tenga enfrente, empiezan las polémicas. Para un sector, será un “paquete”; para otros, sus seguidores, un adversario lógico.

Es difícil ponerse de acuerdo a veces, sobre todo porque es el cristal con qué se mira lo que predomina, aunque los hechos sean irrefutables.

Claro, esto no es novedad y muchos críticos del campeón mexicano tal vez no recuerden que, justamente, la historia data de muchos años y situaciones similares aparecen para equilibrar las cosas.

Su próximo rival será el excampeón mundial mexicano Jaime Munguía, luego de muchas especulaciones previas. El combate fue presentado en el Beverly Hills Hotel, con una gran ceremonia, en la que por supuesto estuvieron presentes Renato Bermúdez y Salvador “Chava” Rodríguez, para mostrarlo y contarlo todo en ESPN KNOCK OUT /El Show, ya que el encuentro será transmitido por esta producción, desde Las Vegas. El 4 de mayo. Por supuesto, no puede decirse que Munguía fue elegido justamente por ser un rival fácil, pero el tema sigue flotando cada vez que el Canelo sube a un ring.

Mientras tanto, hagamos un repaso de algunos ejemplos históricos de aquello de “rivales elegidos a dedo”…

Jack Dempsey, el célebre campeón mundial de los pesados, llamado también “El campeón salvaje de los años salvajes”, reconoció en su autobiografía y también en el “The New York Times” de 1960, que nunca quiso enfrentar a Sam Langford. “Al único que le tuve miedo”, aceptó. De hecho su manager, Jack Kearns, recibió la visita del afroamericano quien le pidió enfrentar a Dempsey. “En realidad estamos buscando alguien menos complicado”, fue la respuesta del promotor. Por ese entonces, Langford, “El Rompehuesos de Boston”, tenía un ojo de menos y andaba por los 40 años.

Harris Wills, “La Pantera Negra”, tampoco logró combatir con Dempsey. Aunque habían firmado contrato, el gobernador de Nueva York decidió cancelar el combate, por temor a disturbios raciales. Le pagaron 50.000 a Wills como compensación, y éste quedó en la historia como el rival que Dempsey evitó.

Joe Louis, el recordado “Bombardero de Detroit”, realizó 25 defensas exitosas de su corona de los completos. Y, más allá del número y del tiempo de su reinado, se recuerda aquello de “El paquete del mes” (“The bum of the month”), cuando entre diciembre de 1940 a mayo de 1941, defendió su corona ante 6 rivales que fueron prácticamente descalificados por la prensa. La racha llegó a su clímax cuando enfrentó al medio pesado Billy Conn, uno de los grandes semipesados de la historia. Aunque Billy iba ganando, Louis lo noqueó en el 13er asalto el 18 de junio de 1941. En la segunda edición, “El Bombardero de Detroit” venció mucho más fácilmente por KO en el octavo. Esa pelea fue la primera de campeonato mundial pesado televisada. Fue para ese combate que cuando Louis se refirió a Conn, aseguró: “Podrá escapar, pero no esconderse”. Entre junio de 1937 y junio de 1948, realizo 25 defensas exitosas. Un record que hoy se mantiene –y seguramente, se mantendrá por muchísimos años- en la división de los completos.

Floyd Patterson, otro campeón mundial completo, tampoco las tenía todas consigo cuando le nombraban a un amenazador contendiente como Sonny Liston. Mejor dicho, era su manager, Cus D‘Amato, el que no quería esa pelea. La historia cuenta que cuando fue a visitar al entonces presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, éste ya en la despedida, le preguntó: “¿Y… Cuando va a pelear con Liston?

Años después, Floyd aceptó que luego de pedido presidencial, le resultó imposible no combatir con Liston. Y asi le fue… Cuando se enfrentaron, el 25 de septiembre de 1962 en Chicago, Liston lo noqueó en 2m06 segundos. Hubo una segunda edición, esta vez en Las Vegas, el 22 de julio del año siguiente y Liston tardó un poco más en terminar la discusión: 2m10 segundos. En los dos casos, todo terminó en el primer round para Floyd. Por algo “El Viejo Cus” no quería hacer la pelea.

Carlos Monzon es cuestionado (¡Todavía hoy!) por no haber peleado con “nadie”. Muchos de sus detractores repasan los vencidos por el santafecino y encuentran que ninguno podía ponerlo verdaderamente en peligro. “Lectoure lo llevó muy bien”, afirman. Esto sirve para hacer un alto y

dejar en claro, al menos, para este periodista, dos temas. Uno: ningún promotor de un campeón contrata o acepta a un rival que le pueda ganar al suyo, salvo que no haya otro remedio; dos: en el caso específico de Monzón, ni el más obcecado de sus detractores puede mencionar a un solo retador que haya rehuido, lo cual desbarata totalmente la teoría de “rivales a dedo”.

Roy Jones Jr., considerado uno de los grandes de los tiempos modernos, también debió cargar una mochila semejante. Por un lado, la cadena HBO llegó a exigirle que eligiera rivales más competitivos, porque se iba perdiendo el interés por verlo. Y por otra parte, recordar que cuando se menciona a Jones Jr. siempre aparece el nombre del polaco Dariusz Michalczewski, considerado por entonces el mejor semipesado del mundo más allá de Jones. Se hizo famoso por ser “El boxeador con el que Jones nunca quiso pelear”. Y eso que el polaco era campeón WBO (totalizó 23 defensas exitosas), con lo que se podría haber unificado la corona de los medio pesados. Jones decía que no podía arriesgarse a viajar a Europa, por temor a que le robaran la pelea, como le había pasado en los Juegos Olímpicos (Seúl 1988). A su vez, el polaco argumentaba algo similar con referencia a pelear en Estados Unidos. Resultado: la pelea nunca se llevó a cabo.

Floyd Mayweather, considerado el más grande de los últimos tiempos, hizo gran parte de su campaña final en Las Vegas. Y más allá de las grandes condiciones que mostró siempre, lo cierto es que su pelea con Manny Pacquiao –combate que el mundo del boxeo esperaba con ansiedad, anunciado en 2010- se realizó recién el 2 de mayo de 2015 cuando ya “Pac Man” (36) estaba alejado de su mejor momento. Ganó Floyd por puntos a los 38 en el MGM Grand de Las Vegas.

Ray “Sugar” Leonard no evitó oponentes que se recuerde. Pero no está demás consignar que, cuando se midió con Marvelous Marvin Hagler en abril de 1987, exigió que la pelea fuera a 12 rounds y no a 15. De esa manera se ganó tres asaltos que luego –así se vio la pelea- hubieran sido cruciales para el resultado. Si esto es opinable –después de todo él hubiera no existe- en cambio hay otra pelea clave.

Fue cuando en noviembre de 1988, obligó al campeón mundial de peso crucero, Donny Lalonde, a exponer su corona, pero dentro del límite de los supermedianos. De esa forma, Leonard logró dos coronas WBC en la misma pelea, ya que el título super mediano de las 168 libras, recién creado, estaba vacante.

Aunque sufrió una caída, luego se levantó y venció a Lalonde en el 9no round. Lalonde registró 75,750 Kg (167 libras) y Leonard 74,900 kilos (165 libras) aunque luego reconoció que subió a la balanza con una robe en la que había puesto varias monedas de un dólar para registrar más peso.

Lalonde, recordarlo, era campeón medio pesado, cuyo límite es de 79.378 kilogramos (175 libras), por lo que combatió casi cinco kilos debajo de su promedio habitual.

Omar Narváez también fue muchas veces criticado por enfrentar a rivales de menor jerarquía. “Eso es absolutamente falso”, afirma Edgardo Rosani (“Morresi”) que como matchmaker estuvo muy ligado a él en casi toda la campaña. “Narváez siempre peleó con sus retadores obligatorios cuando tuvo que hacerlo, incluyendo a Naoya Inoue”. Su derrota ante Nonito Donaire, por puntos, fue en el ocaso de su carrera.

Rosani hace una aclaración importante: “Lo que más valoriza la actuación de Narváez fue que luego de un accidente en moto, ocurrido en junio de 2005 (sufrió el choque de un auto cuando viajaba en moto en la ciudad de Córdoba) su mejor mano, la izquierda, quedó destrozada. Fue un milagro que siguiera peleando. Reapareció en París, el 5 de diciembre de ese año y le ganó a Bernard Inom por nocaut técnico”.

Narváez, a pesar de esa mano –la izquierda, la más importante, ya que es zurdo-, peleo hasta 2019. Cuando reapareció ante Inom tenía 30 años y en su última pelea tenía 44.

“Naoya Inoue y Nonito Donaire lo encontraron ya en el ocaso, pero esa no es excusa. Lo que no puede negarse es que jamás evitó a un rival”, afirma Morresi.

Sin embargo –y por eso lo consignamos en esta nota- se insiste en afirmar que “El Huracán” Narváez siempre rehuyó rivales que fueran riesgosos para él.

Queda bien claro que ningún promotor elige a un rival que pueda ganarle a su campeón. Llevar una carrera es difícil y no es para cualquiera. Y, sin dudas, el caso de Canelo Alvarez suele estar expuesto a corazón abierto.

Es necesario aclarar que para este periodista, si le gana a Munguía, estaría muy bien el Canelo que se midiera con David Benavidez, para demostrarle al mundo que no esquiva ningún rival.

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