Boxeo
Carlos Irusta 8y

Por qué le voy a Cotto

BUENOS AIRES --  Esto de arriesgar resultados y pronosticar peleas es tan viejo como el boxeo y, por supuesto, tan engañoso como alguna promesa de amor, pero es difícil resistir la tentación. Sobre todo cuando la pelea que viene es tan atractiva e intrigante.

No vamos a mencionar cifras, ni números: eso queda para los que creen que los números rigen todo en la vida. De hecho, todavía hoy hay quienes afirman que dos más dos son cuatro, cuando en la vida no siempre es justamente así. Y menos en el boxeo.

El Canelo Álvarez hizo una paupérrima demostración frente a Floyd Mayweather perdiendo todos los asaltos, mientras que Miguel Cotto, quien también cayó derrotado, hizo una gran pelea.

Puede ser un elemento de referencia, ¿Por qué no?

Más allá de eso, este cronista cree en la victoria de Miguel Cotto. Por supuesto, lo único seguro en la vida es que nada es seguro. Se sabe que, por juventud, fortaleza, ambición y hasta necesidad de convertirse en estrella de primera magnitud, Canelo debería imponerse. Es el candidato de los apostadores, ya que es el favorito, y seguramente también de la mayoría de los expertos, teniendo en cuenta ese factor invalorable que es la juventud.

Aunque la experiencia también es invalorable y no puede comprarse en ninguna oferta de fin de año. Y tal vez por ahí es que pase mi idea de que Cotto puede ser el ganador. Cotto es, ante todo, un sobreviviente. Ha peleado con todos, ha ido subiendo de categorías, ha pasado desde el infierno de perder la credibilidad por algunas bajas actuaciones hasta convertirse hoy, de nuevo, en primera figura.

Ante Canelo, además de su gran experiencia, Cotto seguramente va a contar con su mayor velocidad. El mexicano es lento casi por naturaleza, y si trabaja con golpes cruzados, buscando el cuerpo –que sería lo indicado- para desgastar a Cotto, también puede recibir duros contragolpes.

El oficio de Cotto va a ser fundamental, porque lo que se espera es un Canelo confiado y fogoso, buscando demoler al rival y por eso mismo, arriesgando en los ataques.

El boxeador joven en casi todos los casos es quien debe proponer la lucha abierta y friccionada, imponer su mayor frescura y, en este caso, también su mayor fuerza. En ese trabajo, es posible que no exista otro plan que no sea el A, o sea buscar la pelea, proponerla siempre y arriesgar en los cambios de golpes, sabiendo que los suyos van a ser los más dañinos.

Es en ese terreno en donde le tenemos confianza a Cotto, quien seguramente medirá sus envíos para filtrarlos por adentro, tanto en uppercut como en cross, dejándole el gasto físico a su rival. Lo que no me queda demasiado en claro es de qué manera puede reaccionar Canelo en su faz emocional si Cotto llega a frustrarlo en la pelea abierta.

Hace poco –y lo comento más como un ejemplo que como una comparación-, Lucas Matthysse confesó que solamente tenía un plan ante Viktor Postol: atacarlo y no dejarlo armar. “Ese es mi plan A, B y C”, afirmó. Sabían todos que el ruso iba a congelar la pelea en los primeros asaltos. Y así fue. Y, cuando Matthysse empezó a tratar de buscar una variante, ya era tarde: frustrado, sintió que no podía ganar y decidió quedarse en el suelo cuando recibió un golpe en el ojo que le obnubiló la visión.

Ese es el peligro, salvando las distancias, con el que puede enfrentarse el Canelo, puesto que Cotto seguramente también tratará de enfriar la pelea y los ánimos de su joven y contundente adversario. Salir a los costados, cambiar de frentes y disparar al cuerpo será –o puede ser- otra de las tácticas del puertorriqueño, teniendo en cuenta el estilo frontal de su joven rival. Cotto apostará a la pelea larga; Canelo a terminarla lo antes posible.

Cuentan algunas leyendas de la selva que el puesto de jefe siempre vacila ante un aspirante más joven. Es la ley de la vida, de la misma manera en que se trata de sobrevivir. Y por eso hemos indicado que Cotto es un superviviente: ha subido y bajado y se ha visto cara a cara con el triunfo y el fracaso.

Como aquellos viejos marinos que han sorteado ya muchas tormentas, este sábado enfrentará al vendaval de guantes que le va disparar Canelo, sin perder de vista el control del timón y la dirección de la brújula.

Es por eso que le voy a Cotto en lo que va a ser, seguramente, una gran pelea. Después de todo, siempre es mejor arriesgar la opinión antes y no dar cátedra con el periódico del lunes en la mano…

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