MÉXICO -- Casualmente, el destino vuelve a unirlos de alguna forma, porque será este sábado cuando Édgar Sosa y Jhonny González, aquellos que se forjaron como campeones del mundo entrenando en un camellón de una de los principales ejes viales en la Ciudad de México, se estén jugando probablemente el resto de sus carreras.
En situaciones completamente distintas, ya que Sosa va a tener en California al más peligroso reto que se pueda tener justo ahora en peso Mosca ante el noqueador Donnie Nietes, y Jhonny saldrá como amplio favorito para derrotar al nipón Hirotsugu Yamamoto, aunque al final el objetivo es el mismo, volver a la elite.
Tanto Sosa como Jhonny crecieron como boxeadores y se hicieron campeones en el gimnasio Díaz Mirón, un gimnasio sin dirección, al que sólo se podía llegar prácticamente a señales. Ubicado en el Eje 3 Oricnte, Eduardo Molina, cerca de la Escuela Nacional Preparatoria 3. Ahí donde algunos estudiantes se convertían por segundos en fanáticos de boxeo mientras cruzaban la calle para entrar o salir de la escuela.
Recuerdo alguna vez haber entrevistado a Édgar, aún sin ser campeón del mundo, no sólo porque entrenaba en un camellón, al aire libre, con la contaminación de entonces, sino porque él se cosía su propia indumentaria de trabajo. Los shorts o calzoncillos con los que peleaba los bordaba con sus propias manos.
A Jhonny, a quien también he seguido la pista desde hace más de 10 años, también le entrevisté poco antes de lograr su primer campeonato del mundo. Fue Jhonny quien, entrenado por su padre, se convirtió en el primer campeón mundial del gimnasio Díaz Mirón al ganar el fajín Gallo OMB, y luego llegó Sosa como titular Minimosca CMB.
Años después, gracias a sus logros, el Díaz Mirón quedó sólo como un recuerdo, pues las autoridades locales aprovecharon el momento para construir un gimnasio mejorado, con un ring de decente y no el de una cuerda sobre cemente en el que se forjaron JHonny y Édgar hacia el campeonato.
El Díaz Mirón de hoy tiene techo y hasta ventanales cuando antes la contaminación y el murmullo del tránsito daba casi un toque romántico a la preparación de los boxeadores, aunque también es cierto que sus vías respiratorias siempre padecían esa situación.
Con Sosa fuera del gimnasio del camellón, y Jhonny con gimnasio propio, este sábado los dos van a buscar la gloria deportiva. El triunfo más significativo sería sin lugar a dudas el de Sosa por la calidad de Nietes, pero también es cierto que el mexicano no es favorito para ganar el choque en el StubHub Center de Carson, California.
Por su parte, Jhonny debe arrollar a Yamamoto en la Arena Oasis de Cancún para tratar de mantenerse en el camino hacia una nueva pelea titular. Los dos tienen los mismos sueños, sólo que hoy el panorama se antoja complicado para estos peleadores que alguna vez se forjaron como campeones en un camellón de la Ciudad de México.