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Félix Trinidad, uno de los grandes ídolos del Garden

SAN JUAN -- De entre grandes recintos alrededor del globo, hay uno que aunque en capacidad hoy día no supera a las más modernas, en el universo deportivo, artístico, político y social, suma demasiadas historias encabezadas por leyendas que lo han llevado a ser reconocido como el coliseo más famoso del mundo.

Llegar allí es el reto y el sueño de muchos. Provocar grandes derroches de energía y celebración lo han logrado muy pocos, y durante décadas ha sido el lugar predilecto e icónico, para una actividad especial: el boxeo.

"Llegó el momento grande en el Madison Square Garden. Mucho apoyo allí, pero no estuve en mi mejor momento. No es que no pude descifrarlo, es que se me hizo duro porque no era mi peso." Félix Trinidad sobre su pelea ante Roy Jones

El Madison Square Garden de Nueva York, conocido también como la 'Meca del Boxeo', ha tenido grandes embajadores de 'Fistiana' como Rocky Marciano, Joe Fraizer, Sugar Ray Robinson, Mike Tyson y Muhammad Ali.

Pero también goza una impresionante herencia hispana que han dejado su huella en la historia, desde el boricua Sixto Escobar en 1936, los argentinos Ringo Bonavena y Carlos Monzón, el panameño Roberto 'Mano De Piedra' Durán, hasta la era moderna con los también hijos de la 'Isla del Encanto', Héctor 'Macho' Camacho, Wilfredo Benítez y Edwin 'El Chapo' Rosario, entre otros.

Pero fue sin dudas el tres veces campeón divisional, el puertorriqueño Félix 'Tito' Trinidad el máximo embajador latino en el mítico Garden cuyo cuadrilátero fue enviado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional en el 2007 tras 82 años de servicio.

Las presentaciones de Trinidad garantizaron llenos totales, característica que fue emulada más adelante por músicos de trayectoria como el también salsero boricua Mark Anthony. También varios púgiles como Miguel Ángel Cotto lo han convertido en su segunda casa, pero ninguno como Trinidad.

Su carisma, sumado a su potente pegada y definición incluso lo llevaron a ser comparado con el mítico Robinson por varios reputados cronistas y analistas de la época.

Sus peleas allí -- un total de seis --, especialmente la que enfrentó ante Bernard Hopkins en 2001 dos semanas después del ataque terrorista a las Torres Gemelas en la 'Gran Manzana', y la que luego en 2004 marcó su regreso tras un retiro de dos años para enfrentar al temido pegador nicaragüense Ricardo Mayorga, fueron eventos sin precedentes en la trayectoria del boricua en la ciudad de Nueva York, a la muchos llaman también el segundo Puerto Rico.

La población de puertorriqueños en la 'Gran Manzana' es la más grande en los Estados Unidos en la actualidad. Son prácticamente la mitad de los 3.5 millones que habitan actualmente en la isla del Caribe.

La presencia de Trinidad en Nueva York durante sus años de gloria, era un bálsamo que le permitía a los boricuas de allí un contacto directo con sus raíces.
Aunque las victorias más grandes de Trinidad no fueron en ésta metrópolis del Este, sino en Las Vegas ante los mexico-americanos Oscar de la Hoya y Fernando Vargas, sus reyertas registraron mayores números de asistencia en el Garden, lugar que ofrece espacio para 20 mil fanáticos.

En Nueva York, Trinidad sufrió su primera y más dolorosa derrota: ante Hopkins. Allí también puso fin a sus años en el tinglado con un último revés, ante otra leyenda, Roy Jones Jr., en una noche que intentó sin éxito desempeñarse en una división que no le pertenecía.

Trinidad (42-3 y 35KO's), ganador de cinco correas mundiales, dos en la división welter, dos en súper welter y una del peso mediano, hizo suyo el Garden desde su primera pelea allí en 1997 cuando se medió al australiano Troy Waters a quien despachó temprano en el primer asalto en una pelea eliminatoria en la división de las 154 libras en donde no puso en juego el cinturón welter de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) que defendió exitosamente en 15 ocasiones consecutivas.
Trinidad rememoró cada una sus experiencias en el Garden en una reciente entrevista exclusiva que ESPN Digital le hiciera al astro del boxeo en su hogar en San Juan, Puerto Rico, en donde no faltó la emoción. Tampoco las lágrimas.

¿Qué tú sentías al pelear en el Madison Square Garden?.

"Yo le doy gracias a Dios por la oportunidad que me dio de poder llegar a pelear en el Madison Square Garden, la 'Meca del Boxeo', en donde grandes peleadores estuvieron allí. Cada vez que pienso en el Madison Square Garden, ¡wow!, me sorprendo. Hay cantantes y otras figuras que se presentan allí. Pero cuando hay boxeo, la cosa cambia. En Nueva York hay millones de hispanos, en especial puertorriqueños".

Debut ante Troy Waters. ¿Cómo fue esa primera pelea allí?

"Recuerdo en 1997 cuando llegué allí para enfrentar a Troy Waters. Era una noche en la que ví pelear en las peleas anteriores a otros tres grandes boricuas más: Edwin 'El Chapo' Rosario, Alex 'El Nene' Sánchez que peleaba con el mexicano Ricardo 'Finito' López y el extriple campeón Wilfredo Vázquez que iba ante un venezolano. El Madison está repleto. Muchos boricuas y latinos pagaron su boleto y estuvieron allí. Pero para mí llegar y pelear ante mi gente boricua era grande. Yo fui preparado a ganar aunque no era una pelea por el título. Era una eliminatoria para luego ir por el título de Terry Norris, que luego no se dio. Se acabó en un asalto".

¿Qué era lo más que te motivaba?

"Lo que había visto de todos los peleadores que peleaban allí, esa noche yo quería comprobarlo (en referencia al apoyo de los fanáticos). Escucharlos decir ¡Tito, Tito, Tito!. Eso me 'pumpeaba' como boxeador. Me daba mucha motivación para demostrar quien yo era. Algunos peleadores pues quizás les venía en contra, pero en mí era diferente. Eso me motivaba más".

Pernell Withaker fue el segundo. El primer medallista de oro.

"De Whitaker recuerdo que era escurridizo, una guardia tremenda. No era un peleador que corría mucho pero velaba lo que uno tiraba. Pero fui bien preparado para Pernell. Mis 'sparrings' me ayudaron mucho y fui confiado en que saldría con la victoria para mi gente de Puerto Rico y así fue. Triunfo unánime".

Transcurrieron precisamente dos años antes de que Trinidad regresara al Garden. Cuando lo hizo, fue en el 2001, luego de catapultar su carrera con un triunfo por decisión mayoritaria sobre Oscar de la Hoya -el segundo medallista de oro olímpico al que derrotaba- luego al superar igualmente a un tercer medallista dorado, David Reid, y a Vargas. Antes de ellas se enfrenó su natal país en una pelea preparatoria al colombiano Hubo Pineda.

Pero fue ante Vargas que encarnó la más grande sus batallas. Ante Joppy capturó el cetro mediano, su tercer cinturón en una división distinta luego de unificar con Vargas sus coronas súperwelter.

¿Cómo fue ese regreso a Nueva York tras dos años de ausencia?.

"Venía de enfrentar cuatro peleadores y me tocó pelear con William Joppy. Nos preparamos para él. Sabíamos que no era de gran estatura, pero un peleador de buena técnica. En el Garden me coreaban. Fue mi quinta corona mundial, pero la tercera en un peso distinto".

Bernard Hopkins (Septiembre, 29 de 2001) y el ataque terrorista del 9-11. ¿Consideras ambos eventos como el momento más triste de tu carrera?

"Ese fue un momento muy tenso para mí, para nuestro grupo y para los puertorriqueños en Nueva York. Cuando las Torres Gemelas fueron derribadas fue algo muy fuerte para la ciudad. Murieron muchas personas en ese ataque. Momento muy duro teniendo cerca la pelea con Hopkins que era unificación de títulos. Recuerdo que esa mañana (del 9-11) estaba tomando unos masajes cuando uno de los muchachos me dijo que las Torres Gemelas habían sido atacadas y luego vimos cuando otro avión impactó la otra torre. Solo recuerdo que en el hotel nos pidieron a todos que bajáramos al 'lobby'. Fue un momento bien duro. Pensaba solamente en que dios pusiera su mano para que la gente saliera con vida, pero muchos no pudieron lograrlo".

¿Trastocó ese suceso su preparación y enfoque?

"La pelea con Hopkins era para el 15 de septiembre. Recuerdo que pasados los atentados, estuve ayudando a repartir comida a las personas que estuvieron ayudando en las torres (World Trade Center). Fui en dos ocasiones. Nuestro promotor quiso también que estuviésemos. Pero nosotros lo hicimos de corazón. Eran seres humanos y tanto mi padre como yo hacemos el bien sin mirar a quién. Días después nuestro promotor Don King le indicó a mi padre que la pelea quedaba aplazada para el 29 de septiembre".

Hopkins te infligió tu primera derrota profesional al vencerte por TKO en el último asalto. El Garden fue el gran testigo. ¿Hubiese cambiado en algo el resultado de haber sido la pelea en la fecha original del 15 de septiembre o más tarde en el año?

"Nosotros detuvimos la preparación con el suceso. Y una vez que supimos que pelearíamos pues retomamos. Pero ese no fue el mejor Tito. Situaciones personales, lo ocurrido con las torres, no me hicieron ser el mismo. La suspensión, la espera. En mi carácter personal pues también tenía una situación que me presionaba en mi cabeza. Todas esa cosas juntas no me dejaron desarrollarme como esperaba en el combate. Si la pelea hubiera sido el 15, las cosas habrían sido diferentes. Pero el 29 de septiembre, no lucí como debí haber lucido. Si fue un gran combate. Pero allí (en el Garden) sufrió mi primera derrota. Nunca hubo una revancha. Hopkins nunca me dio la revancha. En una revancha, y lo digo hoy, 15 años más tarde, estoy seguro que Tito Trinidad se llevaba la victoria. No me la dio y se pegó en la lotería. Sabía que si jugaba de nuevo, se podía pelear. Fue un duro momento que no esperábamos en nuestra carrera".

Ricardo Mayorga, 2004. Quinta pelea en el Garden. Reivindicación ante un controversial rival. Fue tu regreso al mítico escenario.

"Es una de las conferencias me dijo que tenía un puño de nena. Pero, bueno, si yo comparo los puños míos con los de él, pues él tenía una mano más gruesa. Yo no sé si fue porque fue criado cortando árboles. Tenía mano de leñador. Fue mi regreso al Madison. ¡Wow!, estaba lleno a capacidad. Escuchaba el 'Tito, Tito, Tito' que tanto me gustaba. Habían pasado dos años y había un poco de tensión porque venía de una derrota allí en mi última vez. Pero una vez fueron pasando los asaltos pues mi condición fue mejorando. Fue la mejor. En el octavo asalto lo lastimé e hice mi regreso con un nocáut en mi pelea número 35. Le había dicho a Mayorga que con esa mano de nena le daría mi nocáut 35 y así fue. Creo que no pensaba que yo no era el tipo de pegador que era. El quiso probar y puso la cara y yo gracias a Dios con la puntería que me caracterizaba decidí darle con la derecha en gancho. Y luego volvió y me retó y le dí con una izquierda bien acomodada que hizo que le temblaran las piernas. Lo había lastimado. Yo en lo personal no me atrevería poner la cara a nadie. Hay que ser un tipo bien guapo, y también pensar que yo tenía algodones en las manos".

2008: Regresas tras poco más de dos años fuera del cuadrilátero a raíz de la derrota con Ronald 'Winky' Wright, para enfrentar a Roy Jones Jr., una leyenda, que te superaba en peso. Abarrotado el Garden aún cuando se sabía de la superioridad física de Jones Jr. ¿Porqué cerrar tu carrera con esa pelea?

"Hablaba de ese combate desde que estaba en las 154 libras. Siempre estuve hablando de ella. En las reuniones con Don King siempre se hablaba. Pero vino Mayorga en el 2004 y luego Winky en el 2005. Llamé a mi padre, meses antes (de mayo de 2008) porque tenía la inquietud de volver a combatir. Ciertamente le comenté que quería hacerlo con Roy Jones Jr. y pensando también de que él venía de dos derrotas fulminantes (ante Glenn Johnson y Antonio Tarver). Así que hablaron con Jones Jr. y como el había sido un 175 libras natural, le dijimos que haríamos la pelea en 170. Yo no tenía el físico para llegar a ese peso e hicimos el combate. Llegó el momento grande en el Madison Square Garden. Mucho apoyo allí, pero no estuve en mi mejor momento. No es que no pude descifrarlo, es que se me hizo duro porque no era mi peso. Aunque él no estaba en su momento, tenía sus habilidades y no pude pararlo. Del asalto seis en adelante tuvo que retroceder porque no pude pararlo a pesar de haberlo dominado en los primeros cinco. Del seis en adelante me ganó casi todos los asaltos y me tumbó en dos ocasiones. No pude ganar el combate, pero fue bueno".

En junio de 2014. Nueva York es el escenario, aunque no precisamente el Garden. Latinos de todas partes viajaron a Canastota para ver tu ingreso al Salón de la Fama junto a tú némesis Oscar de la Hoya. Dedicastes tu ingreso a tu padre Félix Trinidad Rodríguez y hasta le entregastes tu sortija.

"Un momento grande en mi carrera. Sin mi padre no hubiera sido nada y haber logrado nada de lo que logré. Esta entrevista que está ocurriendo hoy no hubiera sido posible si él no me hubiera guiado hasta éste punto. No me hubiese dado a conocer como lo que soy hoy día y lo digo con todo mi corazón. Mi padre trabajó intensamente conmigo para poder llevarme a lo más grande en el boxeo y por eso lo quiero y lo amo mucho y espero que Dios me lo bendiga siempre", expresó Trinidad un tanto emocionado durante la entrevista.

"!Wow!. Ese día de 2014 cuando llamaron a mi padre para decirle sobre el Salón de la Fama. Lo que habíamos trabajado durante muchos años, aunque teníamos una idea de que pudiera pasar, pero de que me llamaran de que me pasara, ¡Wow!. Fue mi padre quien me llamó para decirme que sería uno de los exaltados. Pensé de que todos estos años de trabajo valieron la pena. Sumamente complacido. Entrar con Oscar de la Hoya, Joe Calzaghe y el árbitro Richard Steele. La emoción fue mucha, pero especialmente hablar de mi papá. Mi padre y yo, venimos de una familia muy humilde. Pero pasamos muchos momentos duros en el boxeo. Tuve momentos altos, pero también pasé momentos fuertes. Hay cosas que todavía al día de hoy pasaron porque me dedicaba a entrenar. Pero ese día en el Salón de la Fama, cuando en ese momento hablo de mi padre. Ahí se recogieron muchos años. Mi padre me cuidaba. Hoy día a mis 43 años, está ahí todo el tiempo. Dios bendiga a mi papá. Hay que honrar a tu padre y a tu madre. Es lo que hecho en mi vida".