Boxeo
Pablo Viruega | ESPN.com 7y

Chávez Jr. desperdicia oportunidad de brillar y 'Canelo' la aprovecha

Julio César Chávez Jr. tuvo una oportunidad perfecta para demostrar lo que tanto se le ha criticado: la ausencia de hambre de triunfo.

Sin embargo, el Junior fue el mismo. No entendió el entorno en el que se encontraba, no comprendió el escenario en el que estaba, no asimiló que el boxeo, su apellido y Saúl “Canelo” Álvarez le dieron una nueva oportunidad para colocarse bajo los reflectores del boxeo mundial.

No hubo un solo round que Chávez Jr. ganara. No hubo un sólo momento en el se le vieran algo positivo. No hubo deseo de morir de algo ante un rival que fue infinitamente superior. No hubo más que un Junior en el ring. No un Julio, mucho menos un Chávez ni tampoco un boxeador. Sólo se vio a un hombre que se paró en el ring durante 12 rounds y que fue castigado sin saber qué hacer, sin estrategia, sin hambre, sin ganas. ¡Sin nada!

“Canelo” hizo su pelea. Se dio vuelo con combinaciones, con golpes donde él quería conectarlos, no donde Chávez Jr. los permitía.

Fue una pelea perfecta para “Canelo”, que ni se cansó ni se agotó ni fue exigido ni se preocupó sino que se ocupó de llevar a Chávez Jr. a la escuela de la mano y le dio su lunch.

Se esperaba más, mucho más de esta pelea entre dos mexicanos que históricamente dejan todo en el ring, pero no se puede cuando uno no entrega ni el orgullo.

No podemos criticar a “Canelo” por no conseguir el nocaut. No era necesario para demostrar que fue muy superior a su rival. El tapatío está listo ahora para GGG en septiembre. Ojalá que ese pleito nos entregue más que el “Canelo” vs. Chávez Jr.

Por lo menos, lo mejor de la noche fue el reto que se lanzaron “Canelo” y GGG. Fue lo que rescató la velada.

Cierro con esto que publiqué en Twitter: “Canelo da un paso más y demuestra que en cada pelea progresa como boxeador, mientras Chávez Jr. no tiene nada que hacer en una cartelera PPV”.

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