Boxeo
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Ward celebra el triunfo; Kovalev prevé apelar

LAS VEGAS - Andre Ward manifestó sus deseos de consolidarse como el mejor boxeador del mundo, libra por libra, y de ascender a la máxima categoría, luego de conseguir un gran triunfo que no dejó dudas sobre quién es el mejor púgil semipesado.

En realidad, sí surgió una duda. La promotora del vencido Sergey Kovalev advirtió que apelaría el resultado del combate del sábado por la noche, al considerar que el réferi no tomó las medidas adecuadas para evitar los golpes bajos contra el ruso, derrotado por nocaut en el octavo episodio.

Kathy Duva consideró que esos golpes antirreglamentarios incidieron en el desenlace de la contienda, y señaló que protestará el lunes ante la Comisión Atlética de Nevada, en busca de que se invalide la segunda derrota sufrida por el ruso a manos de Ward.

No obstante, Duva admitió que hay pocas esperanzas de que la apelación prospere.

“Debemos intentarlo”, indicó. “Él le propinó golpes bajos durante toda la pelea”.

Dos puñetazos por debajo de la cintura en los últimos segundos sentenciaron el revés de Kovalev, quien se sentó en la soga inferior del cuadrilátero mientras el réferi Tony Weeks decretaba el final del pleito, a los 2:29 minutos del octavo asalto. Ward, quien provocó una breve interrupción del combate en el segundo round al asestar un golpe bajo a Kovalev, no recibió más advertencias de Weeks por esas infracciones.

Sin embargo, fue un potente derechazo el que enfiló a Ward al triunfo en el octavo capítulo. Y el ruso no protestó mucho tras el final de la pelea.

“Pude haber seguido”, aseveró. “No sentí que él me diera un golpe para terminar la pelea. Es boxeo, somos boxeadores. Él me golpeó, pero no me lastimó. La pelea debió continuar”.

Ward y su esquina desestimaron cualquier idea de que los golpes bajos hayan ayudado a su victoria. Prefirieron celebrar un triunfo que dejó atrás la controversia generada por los jueces en noviembre, luego del primer combate.

En aquel pleito, Ward se recuperó tras caer en el segundo round y ganó por un punto en las tres tarjetas.

“Sin importar cuáles sean los pretextos esta vez, no tengo energía para responder a eso”, dijo Ward.

El estadounidense siguió invicto, al imponerse sobre Kovalev, reconocido por su fuerte pegada pero visiblemente cansado a medida que avanzó el combate. Ward estaba arriba en las anotaciones de dos jueces a la mitad del octavo episodio, cuando acertó un derechazo con el que se doblaron las rodillas de Kovalev.

Luego, finiquitó al ruso en una esquina neutral mediante varios golpes, incluidos los que son el meollo de la polémica.

“Sabía que esta vez sería distinta”, dijo Ward. “Él es un gran boxeador. Había que apretar el paso para llegar al siguiente nivel, y eso fue exactamente lo que hicimos esta noche, por fortuna”.

Ward, quien ganó el oro olímpico en Atenas 2004 y no ha perdido una pelea desde que tenía 12 años, dijo entre risas que quisiera ascender a la categoría de los pesados, para enfrentar al británico Anthony Joshua. Sugirió también que podría pelear en el peso crucero.

Independientemente de cuál es su futuro, cumplió su promesa ante Kovalev. Disipó cualquier duda de que su victoria en noviembre fue inmerecida.

Al hacerlo, obtuvo 6,5 millones de dólares y un abrazo en el ring por parte de Kevin Durant, uno de siete integrantes de los Golden State Warriors que acudieron al combate para ver a un púgil de Oakland que envió mensajes de aliento a los eventuales campeones de la NBA.

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