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Jarrett Huard salva la noche de Superwelters; Lara y Charlo, sin rivales

El Barclays Center de Brooklyn, Nueva York, albergó la noche del sábado tres peleas de título mundial en la división de los Superwelters, pero sólo una de esas batallas respondió a las expectativas.

Sólo el monarca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), Jarret Hurd, tuvo un rival a la altura: Austin Trout.

En las otras dos peleas, tanto el cubano Erislandy Lara (Asociación Mundial de Boxeo) y Jermell Charlo (Consejo Mundial de Boxeo), por caminos diferentes, solventaron sus desafíos sin mayores problemas. Ni Terrell Gaushe ni Erickson Lubin eran rivales antes y lo confirmaron a la hora de sus combates.

Lara venció a Gaushe en las tarjetas y en un aburrido combate, mientras que Charlo noqueó a Lubin en el mero primer asalto. Es decir, no hubo pelea.

En el primer combate de la noche, donde Hurd cumplió su primera defensa del título FIB ante el ex campeón Austin Trout, todo fue muy diferente. Por momentos, Trout mostró su mejor versión en una pelea explosiva y de mucha emoción que llegó hasta el décimo asalto, cuando la esquina de Trout paró el combate.

Hurd se lleva explosiva victoria contra la mejor versión de Trout
La novedad de la primera pelea de campeonato en la triple cartelera era ver al campeón FIB de los Mediano Junior, Jarred Hurd (21-0 con 15 KOs). Era su primera defensa, la hacía ante el rival de mayor prestigio en toda su carrera, el ex campeón Austin Trout (30-4 con 17 KOs) y frente a la incógnita de manejar su boxeo abierto ante un oponente de guardia zurda.

La expectativa pasaba por la posible confirmación del poder explosivo de Hurd y el posible regreso de la mejor versión de Trout, la que insinuó en su derrota anterior, cuando vio acción por última vez en mayo de 2016 frente a Jermall Charlo.

Trout se mostró a la altura y lució como el de antes. Apeló a su experiencia, a la rapidez, se mostró elusivo, con golpeo desde los ángulos logró frustrar a Hurd y hasta se llevó a algunos asaltos al comienzo de la pelea.

Se vieron buenos intercambios. Ambos se llegaron con buenos golpes y una fea herida sobre el ojo izquierdo del campeón ayudó a las posibilidades de Trout, quien, sin embargo, se cansó luego del quinto episodio y Hurd –que no cuidó su defensa en ningún momento- logró llegarle con sus mejores golpes.

Hurd lo maltrató en varias oportunidades y lo lastimó. Trout intentaba mantenerse activo, hasta que al final del décimo episodio, su esquina paró la pelea.

Buena prueba para Hurd, un campeón con ventajas claras desde lo físico para la división, de mucho poder ofensivo, mucha asimilación, pero pobre en lo defensivo. Su boxeo atrae por la disposición a intercambiar metralla pesada y seguramente una pelea contra cualquiera de los otros monarcas habrá que esperarla con mucha expectativa, particularmente ante Charlo.

Al menos en su caso, Hurd fue muy claro al anunciar que le peleará a cualquiera y que no le tiene miedo a ninguno.

¡Vaya que bueno fue escucharlo!

Erislandy Lara retiene cinturón con aburrimiento
En la pelea estelar en Brooklyn, Erislandy Lara (25-2, 14 KOs) volvió a enfrentar a un rival inferior y nuevamente, su boxeo despertó más abucheos que aplausos.

La gente gritaba, “¡Esto es aburrido!”, mientras en el ring veíamos un combate enredado, de pocos golpes y de acción verdadera a cuentagotas, incluida una caída casi casual de Terrell Gaushe en el cuarto. Pero, también es verdad que no fue sorpresa. El cubano, por su estilo de boxeo, necesita enfrentar a rivales agresivos que ponen presión y buscan el intercambio para que luzca su esgrima técnica, boxeo sobre piernas, velocidad y trabajo por laterales.

Gaushe (20-1, 9 KOs) es un ex olímpico de 2012 con cuatro años como profesional. Pese a su buena carrera amateur, llegó a esta pelea con 30 años y sin precedentes que lo calificaran para un combate de título.

Gaushe no tiene pegada, carece de asimilación y es propenso a irse a la lona. Su mayor virtud es la propia de Lara, el boxeo técnico, de mucho estudio, de mucha cautela y de no arriesgar. Y como era de esperar, en dos rivales de ese tipo, se vio una pelea tediosa, aburrida y de poca acción.

La batalla se fue a la distancia y, por supuesto, la victoria fue amplia para Lara.

De todas maneras, con el cubano ocurrió lo que nos tiene acostumbrados a ver, más de lo mismo. Desde aquella recordada derrota –no exenta de polémica– ante Saúl “Canelo” Álvarez, Lara no ha logrado victorias sobre rivales sólidos. Ishe Smith, Delvin Rodríguez, Jan Zaveck, Vanes Martirosyan y Yuri Foreman fueron esos oponentes y apenas Martirosyan puede ser inscrito en la liga del respeto, mientras el resto es de segundo y tercer nivel, al igual que Gausha, su rival en Brooklyn.

Tampoco nos entusiasma su futuro. Es difícil imaginarlo en lo inmediato contra alguno de los otros campeones, Hurd o Charlo, por más que dijo estar dispuesto a enfrentarlos. Habrá que ver si luego de los abucheos hay interés en repetir la aburrida dosis televisiva con Lara de primera figura.

Charlo despacha rápido a Lubin
No hubo pelea en la segunda batalla de título de la noche. Charlo (29-0, 15 KOs), quien mantuvo su cetro CMB, noqueó a Erickson Lubin (18-1, 13 KOs) en el mero primer asalto y apenas en su primera entrada al radio de acción de su rival.

Un doble jab entrando y un gancho corto de derecha a la barbilla fueron suficientes para enviar al joven desafiante a la lona, donde quedó desmadejado y con espasmos que llevaron al réferi Harvey Dock a decretar el KO.

Como se suponía en lo previo, Charlo fue demasiado rival para un Lubin de apenas 22 años y sin el debido rodaje para afrontar una pelea de este nivel.

En lo poco que se vio en ese primer asalto, Lubin –un ortodoxo que usualmente pelea con la guardia cambiada– tomó la iniciativa y se apropió del centro del ring trabajando con el jab y buscando colocar algún golpe desde la distancia.

Charlo se mantuvo fuera del anillo, esperando, moviéndose por laterales. Tuvo un par de intentos de llegarle a Lubin en contragolpe, pero todo hacía imaginar que ese sería apenas un round de estudio.

Sin embargo, a 20 segundos del final del asalto, el campeón sorprendió a Lubin rompiendo la distancia y colocando un golpe corto que alcanzó para noquearlo.

Tras la meteórica defensa, Charlo dijo que quiere a Hurd (campeón FIB), pero, curiosamente, no mencionó a Lara, quien también afrontaría una batalla de poco riesgo en el combate estelar en Brooklyn.

La triple cartelera no cumplió con lo prometido ni tampoco prometió algo mejor para el futuro próximo.

En Brooklin faltaron rivales de nivel para dos campeones de nivel y en el caso de Lara, ni siquiera lo escuchamos desafiar directamente a alguno de los otros campeones y sólo dijo estar dispuesto a pelear contra quien sea, aunque aclaró que es buen amigo de Charlo.

A su vez, Charlo sí dijo querer a Hurd, pero no habló de Lara al final de su pelea.

¿Evitó hacerlo, acaso? Es decir, no hay promesa directa de ver al cubano contra Charlo como todos los fanáticos reclaman.