Boxeo
Bernardo Pilatti | ESPN Digital 6y

Lomachenko o Berchelt, dos estilos, la misma noche en peleas diferentes

Que dos grandes carteleras se realicen en una misma noche, puede ser una mala o una buena noticia. Mala porque nos obligan a elegir, buena porque, ¡qué bueno, que elegir sea el problema! Pero más allá de irnos con una u otra, el 9 de diciembre será una jornada histórica para los dos extremos del boxeo: el boxeo técnico, el de esgrima, el de ajedrez táctico de un lado y el boxeo agresivo, explosivo, de presión, de intercambio por el otro. No sabemos si Vasyl Lomachenko vs. Guillermo Rigondeaux o Miguel Berchelt vs. Orlando Salido será la pelea del año, pero en lo previo será "la noche del año".

Nueva York o Las Vegas, serán receptores de miradas diferentes. Los fajadores siempre han emocionado a la gran mayoría, los exclusivamente técnicos han creado una fanaticada fiel y de menor tamaño. Uno es boxeo de masas, el otro es boxeo de culto. El golpe el elegante de la hoja delgada y sin filo del florete durante el delicado combate entre esgrimistas o el golpe contundente del martillo, la lucerna que rompía la línea enemiga durante la sangrienta y brutal edad media.

Dos combates y dos grandes referencias. En uno el ucraniano Lomachenko, en el otro el mexicano Berchelt ¿Cuál batalla elegimos?, parece ser una pregunta a la que necesariamente necesitamos encontrarle una respuesta.

VASYL LOMACHENKO VS. GUILLERMO RIGONDEAUX

El ucraniano y el cubano son leyendas del boxeo amateur. Campeones olímpicos, campeones profesionales, con records de victorias en su etapa aficionada y consagrados entre los mejores Libra por Libra en su fase profesional. Verlos frente a frente es un homenaje a sus brillantes carreras, pero también un desafío a la imaginación cargado de morbo.

¿Mantendrá Lomachenko su estrategia habitual ante un rival diferente a todos los enfrentados? ¿Será demasiado riesgo para Rigondeaux el aumento de peso corporal? ¿La velocidad del ucraniano será demasiada para la posible menor velocidad del cubano debido a ese aumento de peso? ¿Cada vez que entre al anillo, cómo evitará Lomachenko el largo brazo de Rigondeaux en el contragolpe? ¿Tendrá Rigondeaux un plan que le permita contrarrestar o anular el boxeo lateral y la velocidad de piernas de su rival?

El choque entre estos dos ex campeones olímpicos llega cargado de buenas incógnitas, pero también sometido a la posibilidad cierta de "las malas incógnitas" a partir de que las cautelas. Son dos rivales que se respetan y hay posibilidades ciertas de que "cautela" se transforme en "pelea aburrida. En lo previo, la diferencia de estilos nos debería garantizar un choque entretenido, debido al sentido de su esgrima: defensiva en Rigondeaux y ofensiva en Lomachenko. Algo que ya analizamos el 29 de agosto en "Las claves del ¿qué pasa?"

"El estilo del cubano requiere de la acción ofensiva del oponente para que sus herramientas funcionen. Esperar, utilizar su largo brazo para mantener distancia con el jab, esquivar, provocar el error, contragolpear, abrir su defensa con la astucia de sus movimientos y tomarlo a contrapié, o fuera de balance o sin una defensa adecuada para lastimar y eventualmente noquear.

Lomachenko es diferente. Sus desplazamientos son largos, recurre de manera permanente a los laterales, a la velocidad para colocar combinaciones cuando entra en velocidad y al doble jab entrando, previo al remate con su mano atrasada. El trabajo desde los ángulos o su alto volumen de golpeo le permiten abrumar a sus rivales. Pero su pegada no parece tener la contundencia apropiada para terminar alguna pelea con un solo golpe.

En una pelea entre Lomachenko y Rigondeaux abundaría el componente táctico y como lo dice el primer análisis, ambos se jugarían al error para ganar esta pelea. Rigondeaux al error ofensivo y Lomachenko al defensivo.

MIGUEL BERCHELT VS. ORLANDO SALIDO

Será un verdadero clásico mexicano en la misma noche del 9 de diciembre, pero en el Mandalay Bay de Las Vegas. Berchelt es la figura en ascenso y Salido el viejo guerrero que se resiste a jubilar sus armas. El primero es campeón, es joven y a las características de fajador suma una llamativa capacidad técnico-táctica en su boxeo. El otro, es un fajador, que no da pelea por perdida, que empuja, presiona, recibe tres si es necesario para conectar uno y abruma a sus rivales con su acoso permanente.

Berchelt es el que despierta expectativas, el que todos quieren ver para saber en qué se ha superado para su nuevo desafío. Salido es aquel fajador que divide el corazón del aficionado; ya quieren que se vaya, pero ya quieren que siga peleando. Su estilo representa la esencia del boxeo como guerra, como entrega. Su corazón es de guerrero y el fanático le sabe perdonar todo, hasta las derrotas. Pero también esta pelea esta tan cargada de expectativas como también de incógnitas.

En su última pelea, ante un rival a modo como el colombiano Arístides Pérez, Salido mostró su peor versión, fue a la lona en el tercer asalto y sufrió por momentos para solventar un desafío, en lo previo, fácil. ¿Veremos el mismo Salido contra Berchelt? Si el que sube al ring de Mandalay Bay de Las Vegas no consigue superar a la versión anterior, no habrá pelea. Berchelt será demasiado rival.

Mucho se ha hablado en el tiempo reciente sobre el posible retiro de Salido, su estilo de boxeo (fajador, de intercambio) entretiene y recibe ovaciones, pero su mecha es corta. A punto de cumplir 37 años, parece que su cuarto de hora quedó atrás hace mucho tiempo. ¿Entonces cuál es la incógnita?, debería ser la pregunta y su respuesta única: existe el riesgo de que la pelea dure el tiempo que Berchelt le otorgue a su rival. Si Salido no mejora a lo reciente, no habrá pelea.

A sus 25 años, Miguel Berchelt aún parece que no ha alcanzado el límite de su mejor rendimiento. Luego de su victoria sobre Francisco Vargas, a Berchelt en mi análisis lo identifique a Berchelt como un "administrador de extremos", un término que perfectamente podríamos utilizar para imaginar al Berchelt que veremos contra Salido"

"En el caso de Miguel Berchelt, la variedad de sus herramientas impondrán a sus futuros rivales la necesidad de adecuar su boxeo a su nutrido arsenal. O bien maneja sus piernas con el criterio del mejor boxeo elusivo como rompe su propia distancia para fajarse al tú por tú en la mera corta distancia. Berchelt puede también administrar el vértigo con mucha inteligencia, algo que le permite arrancar de manera alucinante en un pleito tan exigente o consigue bajar el acelerador de manera brusca para tomarse un descanso acudiendo al trabajo sobre piernas, sin perder el control de la pelea. El no sufre el despliegue único del elusivo que necesita inevitablemente del esfuerzo ajeno para lucir ni sufre el karma del fajador cuyo boxeo solo tiene un sentido de ida y sin retorno. Miguel Berchelt de dos estilos de boxeo, construyó uno propio y le va muy bien con el invento".

Bajo esa descripción, parece una misión imposible que Orlando Salido consiga una victoria el 9 de diciembre, pero sin duda, mientras dure la disfrutaremos. Algo parecido, al menos en lo previo, deberíamos vaticinar de Lomachenko ante Rigondeaux. Las diferencias físicas, el mayor poder ofensivo y las cualidades en ascenso de un campeón más joven ante un rival más pequeño y en camino al retiro, facilitan el pronóstico. Lomachenko es el gran favorito.

De todas formas, son dos grandes peleas, son dos grandes expectativas y las dos, seguramente, ocurrirán a la misma hora. No es necesario, al menos esta vez, decidir cuál veremos, "veremos las dos", está decidido. Aunque haya que hacerlo con un solo ojo en cada pantalla de televisor, bien vale la pena ser bizcos por una noche. No siempre tendremos oportunidad de ver a los dos extremos del boxeo en una sola jornada. La única incógnita, que ojala también se devele esa noche, será: ¿veremos luego una unificación entre Lomachenko y Berchelt, en caso confirmen su favoritismo?

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